!Cómo veíamos a Donosti en la última época de Odón!
Mi Odón es magnífico aunque va a necesitar muchos
“Rompeolas” para contener el maretón que amenaza la delicadísima situación
económica del ayuntamiento.
Yo sé que a
muchos donostiarras les parece insustancial esto de los presupuestos,
emotivamente más alienados con las comedias de la vía pública y sus
titiriteros, a otros no y quieren saber de la sospechada anemia tesorera del
Ayuntamiento. La ejecución del presupuesto
arroja un pavoroso déficit de 6,5 millones de euros.
En estos días, asaltan a mi
cerebro los recuerdos algunas secuencias del film de Noman Jewison: “El
Violinista en el tejado”; un film maravilloso que necesita hoy de una visión
comprensiva, ya que el film es de 1971. Un ejercicio de trasladar con cariño
las secuencias cinematográficas inicial del violinista y la de la boda con su
célebre “Sunrise Sunset”, cuando se casan Tzeitel y Motel. Amanecer y anochecer
en los presupuestos donostiarras para este año. Y es que como en esta película,
trabajar en presupuestos obligados es como una tonada de violín, sencilla que
parece pero con peligro de caerse del tejado y romperse la cabeza. No puedo
sino sentirme extrañamente satisfecho porque en cuatro páginas explicativas, me
acaban de presentar por fin, en mi ciudad, ese plan de gobierno dentro del
denominado Sistema Presupuestal, que tiene como objeto optimizar la asignación
de los recursos públicos a través de una adecuada programación y elaboración
del presupuesto, previo a una eficiente ejecución del mismo y para garantizar
el desarrollo económico y social de los contribuyentes. Ya desesperaba, pero
digo escépticamente satisfecho porque, si bien deseo descubrir estímulo entre
estas cuartillas, encuentro arriesgado contemplar a la novia antes de la boda,
porque los himeneos de antaño acuden a mi mente, con sus vientos matrimoniales
que soplaron de mal agüero; porque, al
margen y comprendo que nunca están al gusto de todos, no se han cumplido las
previsiones casi nunca y porque hay muchos rumores sobre la situación crítica
de nuestro ayuntamiento. Y yo siempre he defendido el debate sobre la realidad
municipal donostiarra, tantísimas veces cosmetizada por la servil prensa de la
ciudad, a excepción de algunos pocos periodistas loables y profesionales, que
ahuyenta con la pomada y el ungüento para relajar al ciudadano y hacerle creer
que tienen el look de sastrería de más
alto nivel figurativo, cuando no hay sino un cosido sobre retales palabreros ya
transitados.
Las primeas críticas surgieron
del Partido Popular, cuando se respondía desde su petición de responsabilidades
del por qué de la demora en la presentación para después de Semana Santa del
borrador del documento; con la réplica de Susana García Chueca,
responsabilizando a los cambios en el gobierno y el tiempo para adecuarse los
nuevos cargos, así como por estudios de rigor sobre la metodología de Personal,
Bienes y Servicios y las Transferencias Corrientes. Empezamos bien con tanto
rigor que por cierto, otras instituciones y ayuntamiento, también solventan dificultades. Hace no mucho tiempo,
insustancialmente, se decía que no había crisis; ahora, es llegada la cruzada contra la infección
económica complicada que nos corroía y que no manifestaban; hoy, es la
legislatura donde es menester reactivar la coyuntura de crecimiento negativo,
consecuencia fatal del embeleco, para revitalizar la competitividad; enfático
escapismo oportunista que llega muy tarde y falto de credulidad total. Las metástasis, ulcera la economía de San Sebastián. Tarde ya.
Once meses por detrás en el
tiempo, un 19 de mayo se aprobaron, con el equipo de gobierno y el PP, rechazo
de PNV y EA, unas cuentas funámbulas, fuera de la realidad, un presupuesto de
429,5 millones de euros, un 8% menos que en el anterior ejercicio. También,
desde el cristal oscuro de la irrealidad soportada en un papel, se nos mencionó
de las inversiones, de la contención del gasto corriente y de la prioridad
demagógica de las ineludibles políticas sociales. Se proponían medidas
espléndidas sin ingresos reales, que nunca se cumplirían, invocando un
sorprendente futuro progresista; una fantasmada para un estado de gracia
económica de verlas llegar, supeditado a previsiones de una menor recaudación
tributaria de la Diputación y preocupado por indemnizaciones sobre Illumbe, así
como por el desfase impresentable del presupuesto de año anterior. En el año pasado, se erró en las previsiones
y la endeble gestión estacionó al
ayuntamiento, ya, en una ubicación económica limite. Y llegamos, tarde e
inseguros, al 2010.
En esta ocasión, de nuevo, la
misma leyenda, se presenta un papelón general, virtuoso recital detallista
sobre culminación de proyectos; trazado con punta de diamante sobre políticas
sociales; que desgrana enérgicamente objetivos de acceso a la vivienda;
iluminado con materia mágica para acciones de empleo y freno del desempleo,
ofreciendo oportunidades laborales; sensorialmente minucioso para cuadrarlo renunciando a ciertas
infraestructuras, equipamientos y obras;
que será aprobado en junio y entraría en vigor en julio, justo dos meses
antes de cuando deben comenzarse los trámites para el próximo del 2011. En este
2010 el borrador es de 394,7 millones de euros, con notable reducción del 8% respecto al del 2009.
Mal comenzaremos y peor caminaremos si la errática ficción y
las disfunciones de la gestión de los anteriores presupuestos no se subsanan;
si continuamos hacia adelante como si nada hubiera ocurrido y no se impulsan
las actuaciones que se van retardando. Los antecedentes son sombríos con muchas
actuaciones municipales retrasadas o paralizadas; concretamente 8.641.193.93€ de baja al no realizarse los
ingresos, y el resto de baja asciende a 13.577.517,06€. Pero es ferozmente más grave: estamos en números rojos con un
déficit corriente alarmante, ya que los gastos ordinarios, cuesta abajo y sin
frenada, se sobrepusieron a los ingresos corrientes y de capital. Ahora, que no
estamos en bonanzas, no se puede pintar a la chita para darle un aspecto
erótico, compensando su fealdad con la taquilla del circo; cerrándose el año
con un déficit corriente de 6,5 millones de euros, un cráter taponado con
recursos de deuda e ingresos de
capital, no pudiéndose hacer la compensación con continuo crecimiento de
ingresos y aparentando júbilo con un Salut i força al canut como en otros
tiempos; con un gasto de personal hoy de 120 millones de euros, para 185.000
habitantes, incluidos los 1400 trabajadores municipales más los 800 de los
Organismos Autónomos. Y llegamos al actual momento electoral. ¿Tiene
credibilidad este gobierno municipal, ya que se incumplen casi siempre las
evaluaciones?. Íbamos a ahorrar 8 millones;
tenemos 6,5 de déficit. Estamos pagando con créditos el gasto corriente
desbocado y el corrector Plan Económico financiero, creado cuando se sobrepasa
la deuda desde los límites impuestos por la ley de estabilidad, un Plan que
costó 60.000 euros, no se ha cumplido este año y el que llega tampoco cubre los
objetivos señalados. Más de 17 millones solicitados, sumados a los 172 de deuda
de largo plazo. ¿Habrá que elaborar uno
nuevo?. Como en el soundtrack del citado film “El Violinista”: Cómo se pasa el
tiempo... . Amanece y anochece... . Sociales y tarde... . Caligrafía y vaho...
. Papelin y beguin the beguine... . Cómo vuelan
los años tan rápidamente cargados de
sueños y pufos... . Y sin estación de autobuses.
Dedicado a Petrita Tamayo, que amó a San Sebastián y a la RADIO.
José Ignacio Salazar Carlos de Vergara.
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