Me alegro muchísimo del éxito de PV. A pesar de todos los
defectos y sinsabores que procura, incongruencias y tramas que colean por ahí,
de los altibajos, siempre hemos dicho
que se trata de una buena televisión al
viejo estilo. Con un guión bien construido y culto, casi literario y con una
estética de color adecuadísimo, cuasi
surreal, que parece sacado del
daguerrotipo de los fotógrafos de la España de Romanones.
Posee una magia embriagadora y cuenta con uno de los
mejores planteles de actores de la televisión en los últimos diez años. Muchos,
se han forjado ahí en esa plaza de PV o en sus aledaños y hasta en la “Cañada
del diablo”.
Algunos me han censurado que
escriba sobre algo tan nimio: Un serial de media tarde. ¡Cómo si no hubiera
temas más importantes!. También es mi especialidad, comencé en el periodismo
escribiendo sobre cine y filmes cortados por la censura y
he hecho crítica de cine muchísimas veces, en prensa y radio. Cuando era un crio, era muy feliz y me mandaban al Festival del cine a entrevistar a "pelo" a Blanca Estrada, Klaus Kinski o a Ana Belén.
Pero PV me subyugó desde el
principio. Entré por casualidad. En una tarde de gripe, vi a Ramón Ibarra,
estaba ciego, y me gustó su interpretación con la de, entonces, su inocente hija:
Sandra Cervera. “Raimundo” me recordaba a Baroja, a su espíritu aventurero y
vital con toques desengañados, y su
hija rememoraba a las legendarias heroínas inventadas de los cuentos de Grimm que ansiaban un final feliz. Tenía clase
y buen guión.
“Mariana”, estaba con toda la
familia “Castañeda” al completo, era emocionante y Carlota Baró me deslumbró.
Me pusieron a “parir” porque, en uno de mis primeros escritos, dije de mi
afecto por su trabajo y de modo maleducado me respondieron que yo debía de entender muy poco para
considerar buena actriz a Carlota. Hoy, es la mejor actriz de PV. Y se le reconoce.
Los enterradores de Carlota, asomaron luego a la opinión pública para
recuperarla.
Carlota que ha renovado el
lenguaje del Galdós más castizo, con su nueva “Saturna” cuando son los ojos de
la criada que ven la realidad de la vida antes que nadie y que, sin hablar
siquiera, lo dice y lo denuncia todo.
Es el personaje más literario y noble del serial, como Alejandra Onieva era el
más espiritual.
Es que es un goce lo bien que
está trasladadas toda la enorme cantidad de referencias literarias y
cinematográficas que se “cuelan” tras una trama costumbrista, nos dejan
boquiabiertos, enriquecen y son un placer disfrutarlas.
La mayoría de los “protas” son
muy buenos actores. Bouzas, Gadea, Camps, Serrano, Martín...... todos. Y en
especial Enric, Maribel y Selu, siendo el descubrimiento Blanca Parés, una
chica que interpreta a un personaje admirable que proviene del mundo de las
sombras y que ha conseguido interpretar a un ciego como pocas actrices en el
cinematógrafo.
Ha habido secuencias que, hoy,
son leyenda en la televisión. El parto de “Pepa”, la entrada de “Pepa” en la
boda. La muerte de “Pepa” desangrada. “Mariana” y el cine. La llegada del
cinematógrafo a PV o muchos momentos con “Quintina”, entre ellos cuando, de
pitonisa, rechazaba por amor a “Hipólito”,
en aquella carpa del “Circo Roger”. Selu Nieto contemplándo su supuesta fealdad en un espejo.
Megan fue un descubrimiento y
pocas actrices concitaron tanto apoyo popular y las elogiamos tanto. Luego,
desapareció, la leyenda urbana apuntaba a desavenencias por motivos diversos y
creo, sinceramente, sin conocer cuales fueron sus reales motivos, que sí pudo
evitarlo y continuar. Fue un error la drástica resolución que tomó si se pudo haber evitado.
Hoy, Megan, no es ni por asomo
aquella enfrentada a la hipocresía “comadrona” del PV más cáustico y amargo que
conocimos. Del que más nos convenció: Él de los amores desgraciados, pero inmensos que hubo. Y se diluyó en una serie que no explora a otra Megan en sus
cualidades que las tiene y muchas, recuerda en GH mucho en sus registros a la díscola y bella partera y no resulta como abogada. Se
dedica más a las poses fotográficas y a los juegos "chuchis" de
tendencias en moda. ¡Una lástima!.
Él decirlo me ha supuesto la
expulsión de algún lugar, amenazas, insultos y hasta ofensas personales y
profesionales. Lugares de los que me ausenté de inmediato.
Por cierto, alguna razón
tendría, muchos de los difamadores y verdugos de mis opiniones, ya no alaban la
etapa de Megan en la nueva serie, como
debería a tenor de su impulso de barrendero para con los demás contrarios. Ni comían ni dejaron comer ya que nos
echaron a algunos por constatar una realidad que, hoy, en prueba, ya no llena
los foros sino con material reciclado de PV. Aquellos fans le han hecho un daño
inconmensurable.
Mientras, la elegante donostiarra: Loreto Mauleón, se
hizo con las riendas y domina el tema. Es más, ha sorprendido su capacidad para
los registros y con convicción. Loreto y la nueva etapa reactivaron la serie,
reforzándola. La serie continua y alcanza éxitos. Hoy, ha subido del 6% de sus
inicios al 20% en audiencia.
Llega la nueva etapa.
Enrevesada y que puede, digo puede, rememorar algo a la etapa Megan/Pepa. Su
hija real, “Aurora”, llega para hacerse valer y reivindicar su lugar mientras intenta “tragar” la mala peste de ese
demoníacamente enternecedor pueblecito de la televisión, entre sapos, culebras
y asesinos. Aunque no me convence el “pegote” de los lecheros.
Ariadna me da buena
expectativa. Me gustó en “Cobardes”, de Corbacho y Cruz. No he visto su
“Lluna”, dos años en la serie “El Cor de la Ciutat”. Sí que puedo escribir
sobre un corto precioso y muy bien realizado: “Wonder Land”, de Estrada. Sobre la
tristeza y vacío después de unas vacaciones, que me recordaba a “Verano del 42” pero
en nuestro idioma y sin cortes, otorgando a ese final de unas vacaciones, algo tangible en
la experiencia: La melancolía acidulenta de que acaba el estío y que nunca más
se repetirán aquellos días desenfadados y nostálgicos.
¡LARGA VIDA A PUENTE VIEJO!!!.
José Ignacio Salazar
No hay comentarios:
Publicar un comentario