miércoles, 29 de mayo de 2013
RAYOS X EN LOS OJOS
A veces dicen que se subestima al guionista, a su talento: Es duro serlo, sólo tiene que crear algo pero que debe de estar al margen de sus egos personales y manías persecutorias, porque no todo es de aprobado, aunque la creación sea libre y el personaje hable o actue sin control porque sale desde el interior de una persona que lo crea. !Ahí está el detallazao!. Que diría: Mario Moreno. Tampoco se trata de decirle al guionista sobre cómo hacerlo, de cómo debe de crear un ambiente para imbuir nuestras cabezas en él sin sobresaltos en la credibilidad. No osaríamos dirigirle sobre el cómo articular a los personajes, para darle vida al muñeco en el papel haciéndolo interesante, genuino, único. Pero, siempre, debe de estar arropado de credibilidad y no caer en el disparate que dé para atrás. Desgraciadamente, en esta tarde, se ha padecido la licencia de escribir cómo viene en gana, sin rigor de conocimiento. Incomprensible en un PV, siempre con esmerado guión. No todo vale para hacer interesantes las situaciones, pero a costa de resultar inverosimiles, cayendo en tramas huecas por falta de imaginación o de información. No se puede escrbir cualquier "chorrada" sobre el comportamiento de los invidentes. La historia de la escapada de "Hipólito" para con su su novia ciega que no tonta, el "Mirañar" que parece un actor de doblaje al que, por fin, le van a conocer tras escucharle e imaginado tras creerle tal o cual otro actor, ha sido penuriosa y una chapuza integral. Una ciega que ha salido airosa de todo tipo de obstaculos para sortear los laberintos de su orfandad además, que por intuición conoce, a través de los sentidos corporales, hasta los colores, al abrazar a "Alfonso", sabe de inmediato que no es su amor. Es más, los ciegos cuando aman, aman el aura de los demás como ningún mortal. Aman su alma, su olor, su silueta, sus proporciones, sus rasgos, hasta su voz, como nadie. Los mejores oyentes que tenemos los locutores son ellos. !Vaya "gatillazo"!. El que nos ha metido hoy. A un ciego, jamás, ni en la televisión seria o en la vida , le sacaría de un error de equívoco con su amor, el que se siente halagado de ser confundido, sino que la propia !Quintina" hubiera irreconocido al hombre sobre el que se abalanzó. Quien fue ciego, al recuperar la visión, no deja atrás sus rayos X en los ojos. No todo vale. Magnífica hoy, Blanca Parés, cuando asoma ya con gafas oscuras y caracter. Su bastón ahora es su arrojo, se sustenta en su gran personalidad que sólo una desgracia la tenía algo apocada. !Grande Blanca Parés! "Quintina" para nosotros.
José Ignacio Salazar
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