jueves, 6 de junio de 2013
ENAMORADA EN SILENCIO
!Qué gran actriz ha devenido Loreto!. Personaje discreto que siempre guarda una puerta al decoro y a la sensatez. Un papel difícil que podía caer en la cursilería y en el culebrón, pero que lo ha dignificado hasta grados de obligada mención, como reseña de calidad, dentro de la paupérrima televisión actual. Esta tarde lo ha demostrado con una limpieza exquisita, en el careo con el cura. Es una actriz muy diferente a todas. Y es un éxito esa búsqueda emocional hacia su amor, cuando no le han enseñado a vivir su emotividad en libertad. Ejemplo de interpretación culta que nada tiene que ver con las nimiedades a las que estaba obligada a hacer, en el subvencionado "Goenkale". Ahora, sí está aprendiendo. Ha ido afinando sus interpretaciones hasta cargarlas de amor noble de mujer y de sabia humanidad. !Es una muy buena chica!. Es una prudente rebelde que guarda en la cartuchera una bala directa a la hombría del guiñapo "Fernando". Pero siempre en el filo, entre el deseo de transgredir pasionalmente el mismo y la contención para no sobrepasarlo. En la secuencia con el "Padre Anselmo", Mario Martín, otro actorazo que, en el doblaje, se ve la calidad de piel curtida que atesora, en esta secuencia, "María", ha estado justamente compungida, sabia y desesperada, reservada y sufrida. Es una señorita de andares elegantes y de pisar firme, donostiarra inteligentísima y llena de sensibilidad. De "saber estar" y que nos da lecciones a todos. Será una de las actrices de la televisión que, más, saben transmitir sentimientos hondos a raudales y de modo absolutamente natural, sin dramatizar. Sabio fue quien pensó en ella para llevar el "rol" principal sin la "partera", en PV. No necesita exagerar y ha sabido aprovechar esta oportunidad para formarse plenamente. Reconozco que desconfié sobre ella al anunciarse como sustituta de Megan Montaner. Pero...me equivoqué. Y reitero mis diculpas. Me gustan las actrices como ella, taimadas y discretas. Serenas y heroínas valientes. Realmente, lo apercibo, estoy viendo a una chica de las del San Sebastián más elegante, cosmopolita, culto, pero en PV. Como tantos otros abandonó su ciudad: Petrita Tamayo, Ramón Reparaz, la "Koxkera": Ana María Saizar, el infausto Ángel María Baltanás, Marisol González, Alfredo Landa, que en la diáspora triunfaron siendo muy apreciados. Me recuerda a una compañera mía de la radio: Mari Carmen Baltanás. No, en lo físico, pero si en su saber calmarse y atender a lo que importa. Que era enormemente disconforme con todo, pero guardaba su carácter en la trastiensa para cuando era necesario. Muy buena de sentimientos. Le gustaba, ese día entrañable para los donostiarras de "Santo Tomás", hablar por teléfono desde Madrid. Con su voz, nos transmitía a los que estábamos en el estudio, una sonrisa tensa y un brindis por la lealtad y por la mujer. !Nos emocionaba!. Esa sonrisa, poniéndole cara, es Loreto/"María". Interprete de amores postergados que gusta recordar y de los que tantos recuerdos tenemos todos. Actriz de pasiones sublimadas por los obstáculos del destino hacia los verdaderos enamorados, de padecer resignadamente el veneno inoculado por un convencionalismo, haciendo imposible su amor. Pulsiones de "María" que nos demuestran que, la vida, es mucho más que las mezquindades y del "!santísimo y confiésate!" de los cuatro descalza-putas que le rodean, a excepción de "Mariana", en "La Casona"·". Se reprime pero se identifica con "Gonzalo". No es de nadie pero sí anida en el corazón de un hombre por encima del sacramento de matrimonio y de la casulla del siervo de Dios. Inmersa en un mar de sentimientos indescriptibles, nervio cada tarde, elegancia en cada capítulo asegurada.
José Ignacio Salazar
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