EL ENIGMA DE LA FOTO DESCUADRADA

Estos días, por mis vacaciones, seré más breve en estas pequeñas crónicas de PV.

Recuerdo que, cuando era niño, me encantaban la literatura y el cine con las  historias de misterio y de búsqueda del asesino. En la radio iban quedando radioteatros con relatos de esta mi devoción y donde comencé a conocer las voces de los que, luego, han sido compañeros míos en la APEI-PRTVI de Barcelona: María Dolores Gispert, Juan Manuel Soriano, Isidro Solá o Marta Martorell. Hoy, en “Puente Viejo”, he vuelto a mis muy poquitos años porque yo escuchaba esto cuando tenía 3 septiembres. Tengo mi casa repleta de filmes de “ Miss Marple” o de “Hércules Poirot”. Así que conozco algo el tema. Mis padres no me dejaban ir a contemplar estos filmes y yo me escapaba al cine “Actualidades” para verlos clandestinamente. ¡Mira!. Hoy, que me han dado una buena noticia, ha sido la guinda el serial, que me ha hecho inconmensurablemente felicísimo. Ya tengo entretenimiento para que no me aburra en la elegante Francia durante los próximos días y este relax del anonimato me propiciará estudiar la foto en su simbolismo siniestro.

 

Ni que decir tiene que no me cuadra nada con “Nicolás”, ni la foto, ni el diafragma, ni lo dicho en romancero calé al lado de la fuente de PV por este Sigüenza, el fotógrafo de los alrededores más recónditos. Ni le creo nada y miente como casi todos los hombres, por zalamería o porque busca otros intereses que esconde entre sus ladinas gracias, mientras asoma su mandíbula para pegar la dentada o practicar como gargantua.

Cuando se viaja al espacio, hay que vestir como un astronauta. Cuando se ve una foto, hay que mirarla bien como si uno fuera el fotógrafo a realizarla. Como Antonioni, en su “Blow-Up”; Sir Alfred, en “Notorius”; Darío Argento, en “El pájaro de las plumas de cristal”, donde la foto y el encuadre cantaban la “Traviata”.

¿Por qué Sigüenza hace una foto descuadrada de ese símbolo carnal de la belleza perfecta que ha encontrado en el cuerpo y ojazos de “Mariana?”. ¿Por qué "Quintina", como  una reina de la pradera, se encuentra en el casi centro de la visión óptica?. La foto está descuadrada y a mi “Mariana” le corta la coronilla como en "Tambores lejanos". Esta sacada para ningunear a la persona de la izquierda y poder obtener una prueba impresa de la chica de en medio. 

Tiene talento visual. Un pequeño detalle, tal vez, que descarga una descomunal carga de significado. Me gustan ciertos apuntes surreales de PV. Este ha sido uno bien clarito. En la foto hay un gran valor expresivo, casi golfo, misterio e intriga campestre, alucinas porque impresiona la toma.

No sé. Seguiremos a Sigüenza cada día más cerca. Me ha recordado al “Blow-Up” de Antonioni. Grandioso film de los 70 y uno de los mejores que he visto en mi vida. Soy un devoto de él. La foto tiene tantos matices. Atesora tantas multiplicidades de punto de mira. Sugiere según quien la vea. Habla en muchos idiomas. Cada uno la estudiamos desde nuestra propia experiencia vital. Ha sido fabuloso tres buenos actores: Carlota, Blanca y Sigüenza. Un poco claro triangulo perfectamente trazado en línea, una foto, una interpretación de la imagen y seguramente, un significado oculto y muy oculto en Sigüenza. Y otro dato: “Quintina” siempre asoma cuando aparece el cameraman. ¡A saber!. No me parece que sea la belleza y sensualidad de "Mariana", quien acapara el objetivo con su hechizante apariencia escénica. 
Por otro lado, las dos actrices, Blanca y Carlota, demuestran en el congelado de la foto, que transmiten el lenguaje con el cuerpo, como las dos mejores de PV que son, herederas del "silente" y la expresión del cuerpo y ojos,  es todo en ellas.

Sí que parece ser que, Carlota, se quita uniformes  avinagrados y le dan un guión acorde para su talento y amplísimos registros. Se desmelena en el amplio sentido, que se estaba quedando mustia y parapléjica en la casa muertos de "Paquiya"; un texto para que se explaye este magnífica actriz, sacando a pasear sus ojos y talle, cimbreados para que exprese lo mejor que lleva dentro. Era obligado y nada arriesgado. Carlota siempre ha sido provocadora, pasional y muy emotiva, aunque de interpretaciones oculares y fotográficas.

 

Selu ha sido hoy el gran “Toto”, Antonio de Curtis. Sus ademanes de bailongo al llegar al “Colmado”, que parece lleva una cantina encima; su sonrisa dentona, cuando la comicidad sobrepasa al lenguaje, es "Toto". La paradoja de estar sin trabajo y que hace surgir el humor de pequeñas o grandes tragedias, es “Toto”. Ha tenido Selu, como "Toto", mucho de irrealidad y chuscada, todo lo contrario a la clásica comedia italiana al uso de Risi o Germi, que practicó aquel “príncipe” que se compró títulos nobiliarios,  que era Antonio de Curtis, es decir:"Toto".

A mí, que soy muy liberal en cuestiones de sexo, no me ha terminado de gustar  el aparejamiento romántico previo a ser facturada "Rita" para una boda. Procede de la resignación cristiana que le comentaba "Don Anselmo" y buscar el camino de la felicidad. Me ha parecido una anomalía en el guión y una traición cornamentada en la vida civil. La factura de la secuencia ha sido prudente, como si abochornara el acto sexual programado. Tal vez, sí que podría haberse planteado más arriesgadamente; no ha sido así, por cierto pudor para no exaltar. De hecho, algunos fans, están que trinan con que "Isidro" no se casa y se acuesta con la desdichada de "Rita". Ha sido poco provocador y muy escasamente emotivo pero, eso sí, con los dos actores(Javier y Charlotte) interpretando con una precisión que han salvado la canalada.

Dedicado a mis compañeros que este año estaremos en el Festival:  Juli Labeguerie, Patricia Medjidi, Esther Guruceaga,  Ainour e Iris de una emisora vitoriana. Vamos a hablar claro.