Se aproxima la reconciliación.
Una anciana, “Rosario”/Adelfa, lleva esta
tarde y a duras penas, a una expectante Aurora”, hasta
el lugar en el cual, hace más de una década(agosto de hace un año, televisivamente
hablando), expiraba dando a luz: “Pepa”/ la grandiosa Megan Montaner. La locura embriagó de sinrazón al
caballero, cada día más hundido, que acude a tan macabro paraje, desesperado,
pensando en reencontrarla o en acudir, por la vía rápida del suicidio, a un
incierto encuentro. Ya que ni la hija le perdonará. Todo se arregla mientras hay vida. Una autoflagelación antológica.
Se aproxima una historia real como la misma vida, de
trascendencia humana, que salva los escollos de los rencores y de los recelos
atávicos. Un modo de enfrentarse al futuro a través de la reconciliación entre el
“vivo” retrato en fuerza y coraje de “Pepa”, “Aurora”, con el mejor
padre del mundo, "Tristán". Un bello apunte para mañana que nos ha vestido la mirada de
“sobrenaturalidad”, de remembranza por aquella belleza inmortal del pasado y de
“Pepa"; de la aflicción y tristeza de aquellos días con final tan trágico. Cuando lloró tanto el público. Después de la muerte de "Manolete" y de "Fofo", la de "Pepa, ha sido la más lacrimosa. Entre la flora y la fauna de aquella “Cañada”, los peligros y las melancolías que
no acaban de vaciarse del alma. Se pregunta tantas cosas, sin respuesta.
Lo propuesto para mañana forma parte de un hermoso pasaje, que nos hará
emocionar y enamorar de sus protagonistas. Llega un momento triste, pero
optimista. Romántico, donde dos excelentes actores, Ariadna y Álex, vivirán el
reconocerse mutuamente, redescubriéndose, en el mismo lugar en el que nació la
vida para uno de ellos, “Aurora”, después de aquella tragedia como la que vivió
“Tristán” al perder al único y más grande amor de su vida. Seguro que se dará
esa oportunidad de ser felices y empezar de nuevo.
No ha tenido precio toda la ironía acumulada en torno al pobre cornudo
de “Fernando” y el desayuno que, fortaleza, no se si le habrá dado la
suficiente para comenzar el día con brío y alegría.
La amoralidad en la “Francisca”con el carnero degollado de “Fernando”/Carlos Serrano, ha estado dentro de los más
brillantes momentos de María Bouzas. Y la reacción de no dar crédito, por parte
de Carlos Serrano, una réplica que ha
sido una bomba en la tarde televisiva. Se nos demuestra una vez más que, todo
vale, para conseguir unos fines. Que la moral es plastilina porque, de lo
contrario y de ser severa, corrompería al ser humano y que, la amoralidad, es
el protocolo más conveniente para ciertas clases burguesas que viven de sus acomodos y negocios, ya que aporta
grandes ventajas sociales y dividendos sustanciosos. Por ello, que siempre le vemos a “Paca”, en los
borrosos bordes de la ley y carente de escrúpulos. Acepta el adulterio, con
discreción y le pide al pobre “Fernando” que mire para otro lado y que se agarre bien la cornamenta, que es cosa buena para los músculos de los bíceps. Se le han colocado los pitones sobre la frente y frontales, incluso, hasta en el trasero inquieto que no encontraba acomodo
en la silla aterciopelada de la “Casona”. Este, además, es un cornudo infeliz y
un cabrón. No consentidor e infeliz y desesperado. Ha estado tipo Valle-
Inclan. Un esperpento surrealista, en el cual se sustituye el llanto por risa, en
los lances muy serios del honor conyugal. Cuernos con café con leche para
empezar el día.
Te querré siempre, se quieren hasta verse envejecer juntos. A diferencia
de aquellos filmes cáusticos franceses de los 70, hirientes y absolutamente
provocadores, que hizo el censuradísimo Maurice Pialat, donde las relaciones provocaban su disolución por asfixia, en la pareja de moda en PV, en “María” y “Martín”, es
todo lo contrario. Nada se les resistirá, incluso si se tuvieran que ir a
América. Es otra época. Se canalizan de modo diametralmente opuesto los
vaivenes emocionales. Me gusta la nada fragilidad de las relaciones, entrambos.
Ya no es aquel “te odio pero te quiero”, parejas metidas en desgaste, sino en
un crescendo de amor absoluto. Total, todo es una historia. ¿Para qué amargar
al público?.
Me gustan muchos estos amores repletos de relajación, trasgresión y de
connivencia táctica entre los demás en los cuales la desestructuración cívica
se desarrolla y consolida.
Mañana volvemos
Dedicado a la hija de Juanjo, propietario del Bar Cervecero Etxeberría, de la calle Íñigo de Donosti, que tanto aprecio, nos lee y que quiere ser periodista. No quiere que dé su nombre.
Te puedo hacer una pregunta a quien de los del Puente Viejo te pareces sin te pareces a alguno Jose Ignacio. Me ha encantado lo de los cuernos me he reido tanto jajajjajjajaj es que he vuelto a ver el capitulo y no parabas de reirme. Un besito mi escritor favorito
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