Ha habido secuencias
importantes esta tarde. La de la entrada de “Mirañar” al nuevo comercio, pulcrísimo y ordenado, en hilera casi militar sus productos, súper explosivo en ofertas de ultramarinos,
muy bien puestecito y casi que parecía todo colocado en nichos, ha sido antológica. Por la mirada asombrosa de Blanca
Parés, ojos de periscópio, y por la impresionante reacción
final de Enric a punto de convertirse en natillas de flanín con aroma a quemado, flotando en el aire como un
recordatorio de esquela.
No esperábamos menos de Blanca
en el día de su cumpleaños. 22 añitos cumple hoy, una actriz, que nos ha traído
a los espectadores en estos meses y en su personaje: La limpieza, la honradez, los sentimientos
más honestos y la explosión momentánea cuando se sentía atacada; que nos ha
emocionado con la ternura y que ha puesto mucho de lo que los del signo de Virgo acaudalan:
La inteligencia, el orden y el resultado en el trabajo conseguido con mucho
esfuerzo. ¡Feliz cumpleaños!. Una chica que tiene enorme mérito, sobre todo en
un país donde, ya, algunas actrices se dedican a viajar a Argentina, a cuenta
de gorra, para asistir sin bochorno al timo de los Olímpicos que no entraban en
posibilidad.
Mérito, el salir de casi
poco para haber alcanzado, con sus ojos vivarachos, su figura sencilla y su
rostro enternecedor, semejantes resultados de princesa de la televisión. En cada tarde demostrándonos que, la felicidad con tu pareja adecuada, puede ser
eterna en un pueblo de mala gente pero de buena de igual modo. Es un bálsamo,
Blanca, el que trajo a PV cuando llegó con los feriantes. La sagacidad y la delicadeza de una ceguera que era la de
un tiempo que discurría sin prisas, cuando la melancolía de la invidente se aposentaba dando lugar a otras
sensaciones que, sólo, eran privilegio de una inmortal ciega en los anales de la
televisión.
Su historia, y lo escribí desde
el principio, siempre me apasionó. Y a ella y a su increíble personaje excelentemente interpretado, al
que perdonamos sin duda defectillos, les albergo un gran cariño.
La llegada esta tarde al comercio, entre el trío protagonista, un enredo
al estilo de Jardiel (“Salid que os va a ver el propietario”), ha estado
embutida de un golpezazo de humor tan saludable como decentísimamente extravagante. Mostrado a
través de esa absurda, para alguno, situación que jamás comprenderá; con esos
peculiares y característicos personajes que son un “descojono” total;
contemplada con esa sonrisa en “Hipólito (“¡Sálvese quien pueda!”). Con esa
mirada hiperbólica de “Quintina”, colocándonos en una atmósfera delirante y con
tal despropósito para el usurero y
gandul “Mirañar” padre, que haces acopio de risa para tres o cuatro días
seguidos.
Los mejores resultados de
Ariadna los da en el dúo con Sandra. Desde el primer momento. Cuando se
reconocieron sin haberse presentado, cuando se confiaban los problemas, cuando
se identificaron casi parentescamente, cuando siempre se han apoyado. Ariadna es buena actriz, sin dudarlo, pero no funciona con Álex
como debiera, pienso yo; incluso parece le tiene excesivo respeto. Tampoco con Jordi. Pero sí muchísimo con Aida, algo con
Loreto, también con Alejandra, con María Bouzas mucho y con Sandra sobre todo. Pasajes hermosos como el del libro verde
de esta tarde. La historia de quien permanece en la memoria colectiva y en el
sustrato de lo que, el alma humana, guarda como conmoción, en su amiga
“Emilia”, los tiempos de “Pepa”. Hoy sí que era García Márquez y sus
centenarias soledades. Los sentimientos compartidos en torno aquel libro que la
pobre “Pepa” escribió y dibujó cuando aprendió a leer. Son las historias que
levantaban la epidermis en el cine mudo y de estrellas verídicas. De humildes chicas retratadas en mísero que eran las mejores enamoradas de todas. Toda una documentación en imágenes que transmitía la influencia de la protagonista principal
de PV: “Pepa Balmes”. El libro, un modo púdico y emocionante de entrar con
respeto en la vida íntima de una chica apaleada y maravillosa que casi no sabía nada, una apaleada que llegó sola y que, al morir, dejó todo una comarca de amigos. El
libro entregado sobre las raíces familiares, la cultura que elaboró desde la
experiencia. Hierbas amargas, corazones generosos y cálidos, añoranza de
aquella época convulsa de PV. Una secuencia muy natural, brillante sobre todo
por Sandra, refrescante en medio de aguas de colonia anejas y abundante en
sensaciones agridulces muy bien llevadas. Mito y “Partera” conviven en el
recuerdo y en sus descendientes y amigos, pero sin restar protagonismo a su
presencia siempre evidente a lo largo de esta segunda parte.
Echamos de menos más "rol" para Carlota. Es un error y un desperdicio. Esperemos se enmiende aunque, tal como con el adelanto con el que se rueda, puede que ya se haya subsanado. Aunque en cada secuencia mantiene un aplomo inmarchitable y un brío sin parangón que no se olviden de la gran capacidad que tiene esta señorita para indagar y transmitir todas las raíces de los más problemáticos desencuentros.
Me ha gustado mucho la
secuencia, creo que rodada en la cañada y roca donde murió “Pepa”, entre
“Paula” e “Isidro”. Me recuerda al Truffaut que cantaba a la naturaleza, la
pasión, el desamor, la infidelidad a tu auténtico querer y la mentira piadosa.
En “Jules et Jim” las amistades se contraponen a los amores, se equivocan
situaciones, y consigue PV, como plasmaba Truffaut en este film, que nos sintamos
muy atraídos por Elena y por Javier, que lo han bordado hoy. Huele a tres, ahí.
En esta secuencia y en otras recientes, lo comentamos, esta el inicio de
algunos de los revulsivos de aquel mayo del 68; la verdad que salía a la calle
y propagaba el amor de verdad, los encuentros con la naturaleza y el amor entre
ella y desatado en pasión. Nada más alejado del capricho en estos personajes;
se han sentado esta tarde en el campo para demostrar la credulidad de la
apariencia, sobre la vulnerabilidad del supuesto enamoramiento cuando se miente
y que nada es simple aunque lo parezca en las interpretaciones de ellos. Javier
y Elena retratan la realidad con verdad
crédula, adolescente y se encuentran en una tela de araña entretejida
por los ojos que todo fisgan de “Aníbal” y su cerebro que lo ha preparado en
pequeños detalles que procurarán grandísimas frustraciones.
Soberbia Alejandra enfrentada al mal que bien conoce.
Soberbia Alejandra enfrentada al mal que bien conoce.
Por supuesto, dedicado a Blanca Parés por su gran labor y sencillez humana que tiene. En su cumplepocosañitos. Un beso Lady White. Espero conocerte antes de que llegues a los 130 casi ya adjudicados que tienes.
Que risa con los Mirañar esta tarde y bonito lo del libro que dices. Te he leido que te vas al festival y que ya no escribiras en esos día pero ¿volverás? verdad. Felicidades a Quintina y veo que te gusta mucho. ten cuidado no te vayas a enamorar de una artista. jejejej Besos
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