EL AMOR EN FUGA

 !FELICITACIONES A AIDA!

Un precioso capítulo esta tarde que me ha cogido muy melancólico. Por ello me he reencontrado con el mejor Truffaut de mi vida. Aquel que como en PV y en “María”, encontraba la fascinación de la mujer y la gratitud en el triunfo del amor a pesar de todas las pegas que se le puedan poner en su tránsito. Y ha sido también el resuello del director francés en ese collage que han realizado en el capítulo, entre “María” y “Gonzalo”, recortando emotividades vividas en otros momentos de su desafortunado amor, pegadas maravillosamente entre escenas de amor que casi no avanzan porque retroceden, añadiéndoles el tiempo que pasa inexorablemente y acucia más el tomar una decisión de marcharse, de fugarse con su amor. Algo imposible. Por los lazos existentes y por la venganza del cochino “Fernando” que pudiera acarrear. Aunque pudiera parecer una sosada, no lo es. Aunque no tenga la efervescencia volcánica de los amores de “Tristán y “Pepa”, estos dos enamorados loquísimos, como todos, construyen un nido de amor imparable, desbocado, irrenunciable, muy rico en sentimientos, emociones y sensaciones que saben transmitirlos al espectador, más por Loreto que por Jordi. Siempre me ha gustado mucho, yo soy persona muy lanzada para enamorarme, me gusta ese dibujo del deseo que embarga a los dos tras los reencuentros. La primera secuencia ha sido corta pero no menos sensual, seductora y sobre todo muy natural. Son dos actores elegantes, sueltos. Plenos de sentimientos caóticos y agridulces, de recuerdos de días de encuentro felices, de desavenencias, de encuentros furtivos desde aquellas primeras emociones de los prolegómenos. Un buen Truffaut.

Venimos de un Festival y me ha traído a la memoria el primer film que contemplamos este año: “Futbolín” de Juan José Campanella. ¡Bravo!. Por las mujeres. Preciosas Blanca y Sandra. Y precioso momento de reivindicación de fuerza espiritual de dos mujeres frente  a dos lechuguinos mal criados. !Una tronchada!. Me han recordado al “Amadeo” virtuoso que tenía que enfrentarse al más fiero de la zona de alrededor. En aquellos golazos hechos con la mano. Frente a las fanfarronadas locales de los dos jilipuertas, autómatas tontos y engreídos de la nada, dos chicas de corazón abierto, con viveza aldeana y sensibilidad para parar un tren, meten un ¡Gol!!!. Uno tras otro para demostrar que pueden como los que más y que nada justifica que sea un síntoma de mariconeada injustificada. Escena con naturalidad en las expresiones faciales de ellas y de histrionismo acabose en los dos paletos del hijo y padre “Mirañar”. Cultura de bar y de fútbol, cruzadas contra el equipo contrario y unas féminas rústicas e inolvidables. Casi parecía un match de “Toy Story” con ese baño lúdico, fémina carismática de aquellos juguetes de este film.

Requetebonita secuencia la de la pastelería y el ánimo que procura a “Candela” hecha un alma en penita y, cada día, refrenda su dolor de modo más dramáticamente convincente. Las mejores, las amigas, siempre lo primero: la amistad por encima de todo. Aunque, para mi gusto, faltaban Carlota y Blanca. Dulce y encendida secuencia. Tranquilamente nos demuestra que, el mundo, es del amor, de la lealtad, que es un nido de esperanza y que no hay tiros que se puedan dar que rompan el equilibrio hacia el bien y que se sirva con los pasteles de la gran Aida”. Me recuerda al director francés Patrice Leconte, que habla mucho de amistades, que termina siempre por confrontar la mezquindad humana de algunos, con la realidad de pureza de las mejores gentes.  Cuatro paredes, masa de pan, un horno, unas fantásticas actrices y un derroche de lágrimas en memoria del soldado que se fue.Auténtico trozo de  de vida y necesidad de amor en común.

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Momento de reencunetro con aquel que los "Peplums" trasladaban. No en vano en un actor de "género": Mario Zorrilla. Cómo ser libre, cómo aprender a ser manumiso después de solo convalidar la tiranía que le establecía el camino obligado a recorrer. Personaje con ciertas dosis de ética. De hecho, esta tarde, el actor, casi nos ha hecho creer que ha vivido en un monaterio toda su vida y que respeta a todos, y a señora, mucho más de loq ue parecía a primera vista. !Bien por Mario!.

Por cierto he recibido muchas felicitaciones por destacar a Carlota, que se lo merece. Sí, es ciertísimo y me alegra que los reconocimientos les lleguen a ella y a Aida, después de ser consideradas unas secundarias de relleno. Es a primera actriz en la que reparé, conjuntamente con María Bouzas, cuando comencé a ver un PV ya entrado en temporada. Hoy ha habido otro de esos momentos de pulsión maravillosa en los que participan Carlota y Blanca, en la cocina, haciéndose la desinteresada por un Sigüenza que no aparece de momento. Emocionante ver el rostro de "Mariana" repleto de tretas huidizas e inconfensable interés por el fotógrafo, y el de "Quintina" de picaronería sublimada. Limpisimos corazones de chicas de pueblo, deslumbrandonos con aquella candidez de cuando las chicas quería a los chicos y se hacían las remolonas con el que soñaban aunque no lo confesaban ni a la de tres. Aquella sutileza de las mujeres de antaño que era una de las grandes virtudes que susurraban sentimientos y tocaba fibras muy profundas. No en vano, los italianos, la identifican con Sophia Loren y algunos de por aquí menospreciandola como tercera de entre los pucheros. Aunque algo va cambiando.

La "Mariana" con sus suspicacias  a flor de piel y sus avisos llenos de sentido y de comprensión a los enamorados de PV.

La gran "Pepa" que lleva dormida aún en su cuerpo vapuleado la enorme !Ariadna". Sonroja a cualquier aprovechado y deslenguado que, escondido tras su mediocridad, se dedica a pisar a los demás.

Gran corazón el de "María" cuidará a quien le cuidó a ella durante muchos años. O sease cuidará a una mujer de cuidado, espléndida de catatónica de todo menos del dedito.

Dedicado a quellos días primeros del Festival del Cine pasado. !Preciosos!. Antes de la gripe y de lo repetitivo.