Mientras “Candela”, en la
tristísima secuencia del regreso a su pastelería que significaba el
apesadumbrado recuerdo de un “Tristán” con el que, desde esos pocos metros
cuadrados, soñaba todos los días y vivía para él, mientras la viuda narraba
momentos de desesperación a un extraño “Olmo” aparecido sorpresivamente para
dar el pésame, en un instante en el que
la mujer no ve el rostro al “Mesía”, éste, mira con sorna, afila los ojos y sonríe burlonamente,
como alegrándose con recochineo de lo que le está
sucediendo a la pobre pastelera. Está cuerdo. Es una siniestra mímica, de gran poder visual,
una mueca que nos retrotrae a las de aquel actor Vincent Price. Una especie de fantasma
de la ópera con andares de Quasimodo, marcando un recuperado estilo a lo más
sanguinario del pasado de “Olmo”. Ha sido un momento aterrador, cruel, creando
en medio de desasosiego de la mujer, una atmósfera tan espeluznante como
tenebrosa. Iago ha estado monumental en ese instante, casi inapreciable, de lo
mejor por su paso en PV. Ha durado un segundo y como en el caso de Vincent, con la maldad de cuando miraba
con destellos de saña encarnizada y que hacía temblar. De todos modos huele a
tragedia todo esto.
Y por cierto hablando de
Price, recordar en “Los crímenes del museo de cera”, de André de Toht, un algo
similar al intento de incendio del “Jaral”. Como era incendiado y consumado
aquel lugar por un diabólico demente
que decide vengarse así con cierta dosis de locura. Y coincide en que lo
macabro no hace alarde de sangre o quemaduras y se limita a seguir manteniendo,
en la casa de los “Ulloa”, el suspense en la congoja del público, en la mente
de la imaginación del telespectador, como en el film de igual modo.
Momentos de terror e intriga
en el “Jaral”. Una pequeña joya, la que se filma estos días en esta casa.
Presos los finados de congoja y pánico. Huele a thriller de perturbación
sicológica y no precisamente sólo en “Jacinta”. Detrás de las apariencias y del
rapto hay otra realidad que involucra a otro alguien con su venganza muy mal
intencionada. Aire de revancha y de trastorno muy agudo entre situaciones que
yo creo, es una opinión, se entretejen para dar un golpe mortal a “Soledad”,
privándole de su hermano. Envolvente ambientación que exuda algo de alguien con
careta enigmática y muy falsa. Detrás de la sonrisa de “Olmo” se puede esconder
una intención odiosa repleta de perversidad.
Me ha hecho muchísima gracia cómo se confunden las apariencias, en los
temas crueles y en los domésticos. “Mariana” y “Quintina” ven en un ramo que
lleva “Mauricio” un apunte sesgado de que se puede tratar de su galán pimpinela.
¡Vaya par de dos quinceañera con más edad!. Ha sido una secuencia, llevada
conmovedoramente por Blanca y por Carlota, como aquellas en la que unos
maravillosos adolescentes buscan al autor de una carta de amor inocua, cuando despertaba la atracción como algo absolutamete divino, picarón y sexuado; cuando
todas aquellas historias olían a uniforme de colegio de adolescentes y se montaban aquellas
fantasías inocentes y los primeros escarceos con alta combustión emotiva.
Boré Bouika/"Terence" comienza a sospechar de "Olmo". Inquietante reflexión que le confiesa a una "Soledad" muy en su sitio en estos días, como anfitriona de "La Casona". Tensa narración por un posible terror doméstico y cotidiano estos días en PV. Tal vez se encuentren, él y "Alfonso", ante el hallazgo de un farsante "Mesía", sospechando ante su modo de implantar cierto espionaje, que puede transmitir dudas sobre su cordura o no, pero que transmite ya miedo, tensión y pavor mediante una sugestión que puede ser contagiosa para los que le presumen, al orate, como un inesperado lúcido a la luz de un candil, de vigia nocturno por entre las calles de PV.
Gran actriz y madre y una de las actrices a la que mejor le pesan los años. Por interpretación, madurez y por maquillaje. Pero siempre hermosa. Es un canto a la reconciliación de todos y un icono de armonía y fidelidad. Un personaje maravilloso. No sólo lleva con gran belleza la erosión del tiempo sino también el contraste entre lo maduro y lo jóven, de lo reseco y lo frondoso. Sandra Cervera/"Emilia". Muy entrañable.
Alejandra Onieva/"Soledad" es la anfitriona con todos los honores y lucideces recobradas. Un personaje femenino mil por mil. Nada complaciente con las represiones y con las miserias de su sexo, vistas por una sociedad carcundiosa. Estos días está, no sólo hermética, sino aguda y presagia la tragedia que llega. Desde que vió a "Olmo", supuestamente trastornado, concluyó en el embuste del peligrosísimo antaño asesino, subvertiendo las apariencias y formulando su escepticismo total.
Impactante momento entre hermanos. Un modo de hablar y de tratarse con contundencia y sequedad. Una radiografía de la mentira y de la rebeldía. Hábil juego de tratos desconsiderados, tratos diferenciales, celos, amores truncados y miradas hirientes que traspasan la pantalla y declive de hermanos patriarcas mayores.
Desde esta ventana del "Jaral" se ve el monte Jaizkibel al fondo, desde Francia
Dedicado a mi amiga Rosa Guiñón, la Voz de tantas películas, que proximamente la entrevisto.
Me comunican desde Italia que, hoy, Alex Gadea, ha estado en un programa de televisión, un señor como siempre, serio mesurado y muy reservado. Pero que ha sentado mal, que han quedado muy incómodos con esta entrevista por el comportamiento de la presentadora..vergonzoso! preguntas estúpidas, banales, embarazosos.Una gallina! Sólo una cosa: las mujeres italianas no son así! . Son mujeres inteligentes, que han estudiado y sobre todo nunca pondrían en incomodidad a un huésped nuestro. Gracias amig@s italianos por vuestra información.
ResponderEliminarJose Ignacio, la entrevista la puedes ver en la página de Alex Gadea y a mi me ha parecido divertida, tanto es así que he opinado que a ver si se toman nota en antena3 y le hacen una entrevista en El Hormiguero o en Espejo Público que son los dos programas donde hay entrevistas. Ahora bien, si la idiosincrasia de los italianos no la consideran divertida, eso ya es otra cuestión...
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