EL GUARDAESPALDAS

¡La que se ha montado!. Casi me linchan por interpretar, a mi modo de leer el cine, la secuencia del hospital de ayer. Por supuesto que yo no hago apología del maltrato y no me río de lo que, en una realidad, en una clínica, le puedan infringir de morboso o sañudamente denigrante a un paciente  y menos impedido. En la emisora lo hemos denunciado en muchísimas ocasiones, sobre llamadas y malos tratos vejatorios que hemos recibido. No soy ningún monstruo. Es más, soy el único locutor de radio en San Sebastián que incluye estas quejas entre su programación. Cuando casi toda la prensa censura escritos de horrendas quejas sobre malos tratos a enfermos en clínicas y residencias, con casos concretos.

He recibido algunas durísimas críticas por la jocosidad que me produjo la secuencia entre María e Inma. Geniales las dos, por cierto. ¿Que quieren que les diga?. ¿Que pida perdón?. Cuando yo escribí sobre ello, lo pensé, pero decidí transcribir mi estado de ánimo, de morirte de risa, ante tanto ensañamiento tal y como yo lo capté en la intencionalidad dentro de la realización de la secuencia, jamás como aprobación de esta crueldad en la vida civil, en esta escena y en la mayoría de las que comparten María e Inma. La ficción no es el mundo real, admite ciertas licencias, entre ellas la exageración y el humor negro, que no son irrespetuosas ni frivolizan una tragedia. Ejemplos hay muchos. Pepe Isbert fue un "Verdugo" cachondísmo. Berlanga, en "Vivan los novios", de la muerte de una madre hizo un enredo bufo y hasta la puso con hielo en la bañera y del matrimonio un descojono total. En "El pisito”, una gran desgracia, es motivo de pasarte hora y media riéndote. En "Plácido" la burla hacia la caridad es total y te ríes de los pobres que son pobres. Es que PV entronca en esta secuencia, para mí, con el humor más negro de aquel cine de denuncia, crítico, de mordaz ironía, de ácida sátira sobre situaciones sociales o políticas, un cine que te mete el corazón en un puño a través de lo burlesco. Es un puntazo de PV. No es jocoso, es muy triste, pero la narración es hipérbole pura y humor cirrótico y así la interpreto yo, como otras secuencias las tomo en su ser transmitido. Todas las malignidades no están tratadas de igual modo en este serial. PV tiene muchísimo, en estas escenas entre “Francisca” y  “Jesusa”, del cine español de Berlanga, Bardem,  del cine mexicano de Buñuel de los 50 y español de los 60 y de su lectura revulsiva en  la cinematografía española. Que fue atacada sin piedad por el facherío santurrón de su tiempo franquista. Jamás pensé que estuviéramos rozando la saña de los 50, la intolerancia hacia un modo de filmar o pensar, establecer como pauta de denuncia, que se vivió en aquel tiempo contra la vanguardia crítica cinematográfica en  España,  al  denunciar la crudeza a través de la mordacidad y del humor tenebre. No sólo en españa, en Italia, Federico Fellini, mostraba una sorna caústia sin precedentes, cruelmente, sacaba impedidos en camilla y a la intemperie, en la secuencia del timo de la aparición de la Virgen a dos niños vstidos de comunión, frente a miles de personas y cámaras de televisión, en "La dolce vita". Hay situaciones tan indignas que, para compenetrarlas, hay que entrar con dientes serrados. Cada secuencia la analizo en total libertad y como creo comprenderla, me es transmitida. ¡Que barbaridad!. Me recuerda a lo que me contaba mi padre sobre “La Codorniz” que era perseguida por embromar lo más sagrado.

Yo escribo con absoluta honradez y nunca jamás para agradar. Jamás para acariciar los oídos de nadie, mis amigos son los que saben compartir conmigo todos los puntos de vista porque me respetan como yo a ellos. Sólo faltaría que, en mi blogger, no tenga libertad para expresarme. Me empiezan a acusar algunos de malos tratos, maltratos a actores, personajes, historias de amor, lo cual es una calumnia pero voy a seguir escribiendo porque no me reprocho nada. No creo que hay un blogger por ahí más encariñado y respetuoso, que este, para con PV. Ya en esta España no se va a poder reír uno cuando le venga la gana. Sólo falta ya una ley apología del escrito sobre los maltratos que digo yo y... ¡A la cárcel!. Como con Franco. Y felicidades de nuevo a María y a Inma, de Berlanga las dos. Los censores que se ocultan tras un demagógico derecho a opinar que no es tal sino de imposición del suyo y de negación del mío.

EL GUARDAESPALDAS

Memorable secuencia de amparo y justicia, nobleza y fidelidad a una ama y a sus supuestos deseos de protección hacia su ahijada tan querida.

“Mauricio” hoy en Ámsterdam y el mejor capataz de todos. ¡Grandioso Señor!. Marcando un tiempo de gloria y esperanza en PV. Tocan fibras, Loreto y Mario, muy profundas sobre el desamparo y la necesidad de una persona fiel y poderosa a tu lado. Muchas  mujeres  desean ser protegidas, muchos hombres sus  protectores (espero que no salten a la yugular por lo que he dicho), es una entrega de amor de un súbdito a sus amos y porque no hay derecho al maltrato ya indisimulado y vilmente retorcido y canallesco de “Fernando” hacia su esposa. En plena plaza, con un “Conrado” espléndido que se ha salido del burladero para lidiar a un asqueroso pequeño gangster sin carrera y oposición. Aunque está tejiendo momentos escabrosos que tampoco a él le van a  dar paz. Mario se ve rueda con mucho agrado con Loreto.

No me reiría jamás porque no estaba grabado con ese registro, aunque se desarrolla en ese templo bipolar que es “El Colmado”, de la agresión tras la acusación de robo de escarchados, por parte de “Dolores” a una inocente y buenísima “Quintina”. Esta secuencia era totalmente chapliniana y preciosísima. La huérfana recogida y maltratada entre las paredes de un infecto lugar por una malvada bruja. Que se le trata así de desconsideradamente porque era pobre, ciega y carecía de amparo. Momentos que en el cine mudo dieron lugar a filmes fantásticos, y hay que felicitar a Blanca Parés porque, en su rabia e impotencia cuando se siente agredida, laten mucho de la soledad y falta de cariño que llevaban muchas mujeres abandonadas en un camino por sus padres, porque eran ciegas o inservibles, descariñadas y recogidas,  que las estigmatizó y lanzó a la vida para ser pisoteadas. Heroinas de Charlie Chaplin. Siempre he dicho que este personaje de “Quintina” me apasiona y lo llevo estudiando desde que la sacaron del río. 

“Aurora” está enamorada de verdad. De quien menos lo esperaba. Y se está confesando a “Conrado”. Y dice algo que ayer lo trasladábamos a este blogger, detrás de su fuerza y vitalidad están el desencanto y las nuevas responsabilidades. Me ha parecido una secuencia muy bien interpretada por Ariadna, todo el capítulo (en la plaza apoyando a María, con su madre "Candela" y en la mesita del bar con “Conrado”), y que confirma lo que comenté de ella ayer tarde. Un desencanto romántico e inocente, producto de los años de ausencia. Y aquí es preciso hacer notar que, la supuesta nerviosidad de Ariadna, al interpretar, no es sino un modo de mirar a la cámara y de expresarse tan tajantemente y con tanta dulzura y visceralidad, desde lo hondo de su ser maravilloso. En la infancia vivió y después sobrevivió penando ausencias y muertes. La poesía sólo se puede palpar desde las sombras de una vida, desde los sueños rotos, desde los amores más equivocados. Desde lo más cruel del subconsciente de la mujer en este caso. Me ha gustado cómo ha analizado su infelicidad desde una perspectiva tan femenina y noble, sincera, desde un amor puro que siente y que es la causa de su depresión que nos ha roto el corazón, como "Quintina" también,  no sé sí por ternura o lástima.

Hoy ha estado acertadísima Ariadna. Pocas veces en PV, unas palabras, han adquirido tanto sentido y  verdad, las de las chicas que se arriesgan atravesar las puertas tras el primer beso que les emocionó que conlleva una apuesta al desengaño de modo más palpable que otros sentimientos. Seguiremos con este amor que me está gustando.

Por cierto a Alejandro Sigüenza siempre le he apreciado, de lo contrario no hubiera hablado de él o mucho menos. No olvidemos que es el novio de la mejor actriz de PV y queremos lo mejor para Carlota. Lo que ha cambiado en mí es la valoración sobre el tránsito del personaje, que adquiere un rigor amoroso del que carecía en principio o que podía estar simulado en las etapas intermedias. Pero jamás he desconsiderado al actor ni mucho menos menospreciado y me ha gustado, del mismo modo, en todas sus estaciones de su amor. Y su historia de amor, cuando la hay oficialmente,  me ha parecido bella y lo transcribí como tal, envuelta en ese beso de ella hacia él y en la flemática reacción de “Nicolás”.

Dedicado a Marta García. Una histórica de “El Tiempo” en TVE”,actriz de doblaje, la Voz de Sophie Marceau en “A la luz del fuego”.