TRATAMIENTO DE SHOCK CERCA DE PUENTE VIEJO

Antes de nada quiero agradecer a los numerosísimos lectores que han leído el artículo dedicado a Carlota y a Alejandro. Los viernes suelo colocar la crítica sobre una parte del capítulo, dejando para el domingo, el resto. "!Regresa a mí Nicolás!" ha gustado muchísimo (lo han leído hasta esta mañana:1785 personas), pero ha dado que hablar en algún foro, suceso que no había ocurrido hasta ahora con semejante saña, arremetiendo groseramente contra mi y mi escrito de reconocimiento de Carlota y Alejandro en el capítulo. Lo siento pero PV continua y creo que con expectativas por parte del respetable. Todo el personal y los actores se lo trabajan y sobre el resultado exponemos nuestra opinión día a día. Yo tengo mi estilo, es mi trabajo y lo único que pido es que, al criticarme, no se afirmen nulos datos de lectura del blogger que le "constan" a alguno y otras falsedades escritas con muy mala fe, sobre que nadie ha leído el artículo de lo dulzarrón y ñoño que es, se burlen de mí y de la gente que me lee. Yo tengo muchísimo aprecio al trabajo de Carlota y a su persona de igual modo le tengo mucho cariño. Si algún día no estuviera a la altura, se lo diría y si el serial decayera, también de igual modo se lo manifestaría. Sólo, hice plasmar su buen hacer en este viernes, le guste o no a algunos y con el estilo adecuado que consideré. Se lo tome alguno por desfasado, rosa, pesado, aburrido, incomprensible, lleno de verborrea, digno para que no lo lea nadie y que ni yo entiendo, es mi artículo. Como me criticaban, yo no transformo un pésimo serial, muy mal interpretado, en buenísimo, con palabrería, casi una segunda parte de “Lo que el viento se llevó” con una material para el vertedero. El serial no sólo me gusta, me apasiona, aprecio y razono sobre su calidad. Y sin Megan, día a día sigo el acaecer de PV. Guste o no a algunos que no me perdonan que, cada tarde, transcriba mis buenas vibraciones al contemplar PV. Por cierto más que dulce, soy bastante más amargo en mis capítulos.

El capítulo de hoy lo titulo de este modo por lo que me parece intuir que ocurre en esa residencia para catatónicos y demás perturbados en trastorno bipolar y con el motor parado.

Tal vez estemos asistiendo a un tratamiento de shock para hacerle reaccionar ante estímulos y movimientos con el cuerpo del paciente por muy macabros que puedan parecer. Me está aportando cierta culturalización sobre este síndrome, este trastorno que deriva, en “Francisca”, maravillosamente interpretado por Mariá Bouzas, en su faceta entre la excitación depresiva y el  estupor catatonico. Hay que verle cada tarde sonreír, desde el oscuro fondo de una caverna que anida en su mente,  por sentirse querida y agitarse revulsiva pero impotentemente en lo facial, cuando ve a la enfermera que parece más perturbada que ella, de modo cruel, lacerante y para ejercitar juegos morbosos y crueles, vejatorios y trastornados. Inma Gamarra lo está haciendo fantásticamente y creo que esta semana podremos entrevistarle en el programa “Página en Blanco”.

Aumenta la temperatura en la habitación sosegada por la truculencia que se desarrolla y las bajezas ensañadas contra la “Paquita parada”, rayando incluso la pornografía. Creando una histeria y una inflamación de todo su despótico ser, el de esta  señorona acostumbrada a someter a todos bajo su yugo, ahora escupida y obligada a beberse los lapos de la enfermera, a vestir de lacaya mientras sus ropas y sombreros son para la clase inferiormente populachera, semidesnuda y humillada, insultada, que no puede levantarse y mandar matar a la enfermera por las afrentas, indecencias e indignidades a las que le somete una “Jesusa” que juega obscenamente con su cuerpo, sometiendo a mil profanaciones y restregados depravados. Para una terrateniente, tal vez sea el camino de la curación, la bota de una bolchevique y la entrada del “Soviet” en los mismísimos cimientos del latifundismo de PV. Donde las dieron, las reparten ahora. 

Hay un filme francés de hace 30 años, que se llama así “Tratamiento de shock”, que llegó absolutamente cortado a Madrid, de Alan Jessua, que se desarrolla en una especie de lugar idílico junto al océano, un centro de talasoterapia, donde se prometía el milagro del rejuvenecimiento a base un determinado tratamiento. Y algo sucedía en aquel lugar. Me recuerda. 

Protagonismo para un alicaido "Isidro" que llega para los próximos capítulos. Otro actor del que me escriben devaluándole, Javier Abad. Pues el chico resulta elegante y es un actor que evita mucho la infección sentimental, es sobrio y las penas las guarda, huyendo del efectismo que no hay que confundir con la sosería o la mala interpretación. Conjuga muy bien su mirada que divaga con su desgarro emocional.

Quiero felicitar a Loreto. El jueves finalizaba el capítulo con esa conversación entre “Aurora” y “María” sobre el beso y lo poco que parecía había afrentado a la hija de “Pepa” aquel abrazo y lengua al gaznate del “patán”. Un ejemplo de cómo ha evolucionado nuestra apreciada donostiarra. De aquella pizpireta medio “Ni-Ni”, una cursi con la fusta y con traje de montar pijotón, que bajaba la escalera en su primera aparición de señorita malcriada, gazmoña y tontita. La “María” de hoy es una señora en pena, jóven y guapa pero desazonada y presa de honda tristeza, sagaz y conocedora melancólica de los caminos por los que transita el amor y la actriz lo reflejó, el jueves, inconmensurablemente bien en casi tres minutos, dando la réplica a Ariadna.

La experiencia en la vida y como actriz, se fusionaron en esta secuencia, momento adornado con una belleza casi celestial, la de una actriz que tiene muy muy buena imagen de mujer de categoría. Loreto atesora lo mejor de las señoritas donostiarras de antes: armoniza con la elegancia cosmopolita, el saber estar, la agudeza, la inteligencia y se balancea en un plano liberal donde las normas al uso o los enfrentamientos con el “Paticojo”, en su atrevido interior, pueden ser transgredidas por el amor o por lo que le venga en gana. La ruinosa EITB, plagada de enchufados y groserías, no ha sido la mejor plataforma para que una actriz de grandes potencialidades, educara todo su cuerpo matizando registros, desarrollara la capacidad de interpretar con una naturalidad y elegancia impresionantes desde la voz, los movimientos elegantes y la multiplicidad de registros que viene acaudalando desde aquel primer capítulo. El mundo inocente de “María” se esfumó, pero ella sigue vigente y cada jornada más profesionalmente perspicaz. Sus contenidos pajaritos de otra feliz época, vacíos y bobalicones de contenido, en “María”, se llenan plenamente de contenido maduro que Loreto transmitió en esta secuencia mediante unas miradas que valían más que mil palabras. 

Quiero destacar una secuencia entre Enric y Selu que me parece de órdago a la verborrea embaucadora o demagógica  que, siempre, ha tenido la casta política española. Sobre la no necesaria intervención de la ley, por falta objetiva de delitos, pero que para la autoridad era consecuencia de haberlos previsto y atajado antes de que fuera necesaria la actuación de un gandulazo de alcalde y de su hijo guardia tonto. Siempre embaucando a los pobres súbditos. Lanzando y creando mensajes optimistas, barriendo para casa, confundiendo creando problemas que no existen para revertir las buenas noticias de ausencia de infracciones, en brillantes detenciones de malhechores para afianzar expectativas electorales y llevase la “pasta” de paso. Cachondeo directo y lúcidamente amargo.

Para mis lectores que me soportan día a día.