!Qué impresión!. Que secuencia!. El odio y la impotencia sexual de un asesino filtrando los buenos sentimientos que tuvo "Gonzalo", salvándole la vida, para enterrarlo seminconsciente en una tumba lejana y olvidada. Impresionante recreado del sadismo de "Fernando"/ Carlos Serrano. Entre borbotones de sangre que le manan a "Gonzalo", una paliza que le quebranta toda la osamenta y parte la nariz desgarrando músculos y astillando costillas. Una ironía fétida y carroñera, como melodía de despedida; todo, el odio ciego que le profesa este pequeño "Capone" al ex sacerdote, una televisión que ha rebasado todo, superando credibilidad. Se ha visto lo máximo en "Fernando". El aire viciado en el que ha vivido, la ociosidad de un calavera, la impotencia sexual para amar sentimentalmente, la fanfarronería, un gallito sin remisión, un ser cruel y despiadado de grandísimos complejos de inferioridad, que hace uso de una violencia porque no sabe vivir en paz en una sociedad noble y campesina. Ni él mismo es capaz de sopesar hasta dónde puede llegar y complicar su fechoría hasta lo inesperado, esta tarde lo ha demostrado. Ha creado una verdad legal que intenta imponer, deshaciéndose de los obstáculos mediante la violencia y el asesinato y poder erigirse a flote en ese lugar repleto de desolación y tristeza. El odio genera más odio.Cuatro letras que pueden destruir el universo.Impactante y sobecogedor PV de hoy.
Hemos aprendido hoy, en "María", "Gonzalo", "Raimundo", "Olmo", "Don Anselmo"... el valor del respeto, del cariño, de los valores buenos de nuestros antiguos, frente al crimen organizado o la impiedad absoluta, los bellos valores que conforman una sociedad salubre y sobre la que vomita el crimen sobre los inocentes.
Sangre en el barro. El amor y el odio tienen ojos cegados por el volcán que llevan dentro. Este patético momento de un Ecce Homo es un momento para el recuerdo, un hombre enterrado vivo, al que sólo le resuena el eco de una mano que sobresale de la tumba.
Ha sido de un realismo insultante lo filmado, muy bueno. Ha hablado, sin pelos en la lengua ni ahorrar escabrosidad, del odio al más alto nivel. El odio es gris, como el gris que deja una última palada. Ha crecido en el túnel de una vida licenciosa, este "Fernando", que se transmite en pandemia y no se puede volver atrás ni aterrizar. Latir de nuestro corazón al ver la supervivencia desde la fosa, repeliendo su amabilidad cínica, en ese "correrse" tras un entierro ya que no puede hacerlo con "María",
Si hubiéramos podido apartar la mano que con una pala cavaba la última morada al final del camino.
Precioso reencuentro con una aparente "Francisca", que me da que no tendrá continuación con finales felices y comieron perdices, ya trama "liquiden" a "Jesusa". Por cierto la encantadora Inma Gamarra nos adelantó en la entrevista que no volvía a PV. !A saber!.Ha sido curioso, y yo defiendo a una amiga, como Inma, cuando se desdice en público sobre ella por su maldad ficticia, en tanto que perdonan a una grandísima criminal, Montenegro", que hasta resulta tierna y primaveral.
Yo pienso como "Fernando", la "Paquita", no cambia a pesar de las carantoñas agradecidas a un tonto "Raimundo". Es que me reía esta tarde a más no poder, tenía este personaje una cara de chispero bilbaíno que no podía con ella mientras, escuchaba embelesado por lo que parecía una transmutación genética, en la resucitada señorona de sus amores. Es de la misma estirpe que su yerno, sonríe y agradece a quien le perdona todo y le salva la vida, pero tiempo le faltará para matar a "Raimundo" en menos que llegue a su dulce hogar de la "Casona".
Experta en proporcionar falsos alivios frente a los extremos durísimos que cuece en su sesera para comerse a cualquiera con patatas y cordero de Aranda sazonado con vinagre y flambeado todo con coñac. Hay que ver en la foto al "Pobre Raiumundo", se le estaba poniendo cara de esquela ya, manejado en su tierno anarquismo por fuerzas negras, mediante la sutileza, el agradecimiento una hondura humana increíble y una mano maestra que le puede cortar los cataplines cualquier día. Es tan extraterrestre y tan dionisiaca la "Paca", que parece extraída para una snuff movie. "Pobre Raimundo" tentado por el sentimentalismo más añejo, tanto filosofar leer prensa liberal para acabar anodinamente en manos de una mujer que sí es sabia, muy práctica y mala. Como en aquella época y hoy, cuando se adobaba, se envalentonaban más aún más los señores y señorísimas.
Inmensos Jorge y Luichi. Terror en la "lechería". Miradas que muestran reflejos deformados de una situación que huele a muerto también. Situaciones escabrosas y muy reconocibles. Lo que se maquina y lo que da pavor. Sofisticación en la imagen de "Aníbal", fuerza motriz en lo que teje y conspira contra una pobre mujer que le mira con espanto.
Huyendo como si se hubiera visto ya casado y con hijos, "Conrado" se las "pira" del puesto de los quesos al ver llegar a su tormento "Aurora". Ella creé en lo que dice, que todo es prudencia en él y que tiene que forzarle a dar el paso. Pero no por eso agria o disminuye psíquicamente su romanticismo aunque es doloroso. Hoy se ha quedado patidifusa cuando le han evitado para no caer en males mayores. Hay algo, no obstante, que tiende al claroscuro en ella porque le empieza a costar cara su franqueza y bellos sentimientos si rubor público, su perspicacia del incuestionable amor que ve en el corazón de "Conrado" hacia ella, bajo siete llaves encerrado un mítico amor eterno que está segura le profesa. Y el galán está traumatizado y oculta una privacidad que sólo a él le corresponde no compartir. Forjado, como todos los veteranos, en la materia oscura, entre turbulencias y amarguras que perviven bajo su coraza de hierro.
El sonido de la cornucopia. Menudo morbo está creando la inocencia risueña de "Quintina" poniendose a servicio del empleado de la Diputación, antiguo compositor de himnos. O me equivoco o va a ser "Quintina", motivo de incendio en algún espectador por la novedad de una supuesta cornamenta que poco se ha visto en PV de esas corridas. Llegan momentos de voyeur no de imágenes sexis sino de pajilleros mentales que no ven nada pero lo imaginan con gran gustirrinín. Menos mal que "Amadeo" aún no había descubierto eso de hacer el amor por teléfono (que lo haría muy bien y con estupenda dicción enfatizada y música incorporada) por teléfono, que se lleva mucho en San Sebastián, ciudad pionera en no comerse un "rosco", porque es que a " Txelo" se le pasa el arroz escuchándole desde la centralita.
Hoy se lo dedico a María Bouzas y Carlos Serrano, únicos.
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