EL LOBO HERIDO

Hace algunos años, era yo un niño, en un pueblo de Navarra cerca de Estella, apareció entre sus calles un lastimero lobo herido. Fue la primera y última vez que he visto en mi vida tal bello animal. Herido por las escopetas de algún cazador, desperdigado y triste, abatido, miraba como "Conrado" esta tarde. No se escuchaba su aullido ya, le habían cortado la vida, se sabía morir. Miraba lastimeramente. "Conrado" en la mejor secuencia de la tarde se deja abofetear, es un enamorado desesperado que ha perdido a la mujer y razón de vida. Tiene para mí su referencia en aquel lobo solitario y bueno, asustadizo siempre al hombre y al fuego pasional, su aullido se escuchaba también en el silencio y altanera gallardía de un patán con clase, "Conra", de un idiota que no ha nacido sino para hacer sufrir a los que más quiere, que arrastra la desgracia hacia ellos, un lobo con ojeada lánguida y furtiva que nos pedía que nos apiadáramos de su tristeza.

Es que ni esas aspiradoras robóticas, ultramodernas, que te barren hasta los pelmas de la casa, metiéndose en todos los rincones de la intimidad del hogar, son tan eficaces como estos dos  que te funden hasta las baterías, sin desmerecer por supuesto al resto de actores, buenísimos la mayoría, pero ellos dos albergan un grandioso peso visual. Son dos alimañas dispuestas a devorar o dejarse hacerlo.Tienen como la excelente Carlota Baró, tanta simbología y representan a espacios tan densos del querer y de un aciago martírio por desamor que, de un golpe visual, te dejan sin actividad motora, rígido muscularmente y con el disco duro de repuesto.

Secuencias desgarradas e implacables que hemos visto en el capítulo de hoy. !Fijense!. Ha  habido momentos dinamiteros, pero este arranque se lleva la palma por esa inversión brutal  del significado de una herida, que pierde dolor cuando se arranca el apósito y lo arrecia cuando ella le desplanta o él cree que ya ha encontrado a un finolis diestro en el esgrima con bisturí. Le mordía el dolor que albergaba un cuerpo herido en el alma por la ausencia del olor cercano de la mujer que amaba y que la tenía tan cerca y creyéndola tan lejos. Esa muchacha adorable que es opresión en su pecho nada más verla. Torturándose y echando más sal a su herida en la tiranía de la separación y de las desgraciadas consecuencias de haberla rechazado después de una historia tan bonita.

La monja burlada o a palos. Es que sido el destripe esta tarde, en torno a esta encerrona preparada por inocentes monjitas a la Madre de todas ellas.

Era el mejor Molière que nos podía "colar" PV. Desde ese arranque en el jardín, que recuerda a esa ironía sobresaliente de las obras de este cáustico escritor francés que desarrollaba una parte de los enredos de sus tramas en jardines que olían a burla y a manipulación. Donde los grandes sentimientos, los amores más dispuestos a luchar por vencer a la canalla, los sometimientos más feroces y destructivos y la mejores bodas salían de una intriga concertada entre hojas y plantas, aire libre, codicia  y mucho cachondeo, terminaban en final feliz y justo. El gran Molière. Aderezado con una sabia moralina en favor de esas mujeres que siempre acompañaron al "Maestro", grandes olvidadas en aquella sociedad española de gentuza masculina, enseñoreada y prepotente, porque son los seres más perfectos de la creación, son las compañera fieles de  Dios para salvar a la humanidad y son el porvenir de la raza humana, como contaban Scorsese y Louis Aragon. "Aurora" no es ninguna deslenguada ni descarada ni pecadora. Es una mujer que practica las enseñanzas del evangelio sin proponérselo frente  a una tortuosa monja que cree que si se muere, por un infarto, como el hacen creer en unas secuencias que son de jolgorio divertidísimas, se va al infierno. Mala entraña, cruel visceralmente y una pobre desgraciada que ha entregado su vida al rencor aderezado con odio, para obtener ningún resultado divino entre sus rezos y cánticos de ese convento que está por cierto todo descascarillado, como su vida , su Dios y su corroído  pasado.

Víctima esta monja a pesar de ella misma. Me ha recordado con alguna variante al "El médico a palos", sólo que aquí el medico es real. Pero se trata de un enredo. Le hacen creer a la monja que le revivirá. Le diagnostican una afección pasajera y con un pinchazo y reposo está como para sacarla a bailar en la fiesta de la patrona. Todo entre cuitas para salvar a enamorados y trucos de monjitas celestiales para evitar que "María" no pueda seguir su camino de encontrarse al fin junto  el amor de su vida. La monjita, como los apaleados de Molière" prueba de una medicina inocua entre una mascarada para, mientras tanto, enredando halagos, timando a idiotas, desenredando malsanos entuertos y juntando a amantes anhelantes y desgraciados por las conveniencias sociales  y jueces locales, las cosas se resuelven entre pícaros y bufones.

El miedo a la muerte como una debilidad en la monja. La cura y el halago como modo de engaño efectivo y de sacarnos a otra realidad. Adaptandose a  los pavores de una monja, una secuencia genial de ganarse a la monja de este modo por parte de una ladina "Celia", preciosa Mariña, que conoce que los más inteligentes, como en las obras de Molière,  son los más proclives a caer de bruces en el engaño. Sobre todo los que más piensan estar en posesión de las llaves del Reino y se le pilla con un soplo fuerte que te da un "yuyu" al corazón y se lo "tragan" y no se lo piensan más.

Buen Jordi, El rebelde orgulloso, con la réplica de una Mario Martín que no nos cansamos de verles. es tan rural y tan avanzado en la Teología de la Liberación, cuando ni Teilhard De Chardin ignoraba hasta donde llegaría este humanismo para necesitados y oprimidos dentro del discurso de la Iglesia, sobre la pobreza, el reparto y el poder.

Desde luego los mejores registros de Jordi son, al márgen de la comedia musical, en los encuentros con Mario Martín y con Eleazar Órtiz, "Padre Celso" de otros tiempos. Por cierto, grande Eleazar, interpretando al político y abogado Serrano Súñer en "El tiempo entre costuras". Clon físico del cartaginés.

"Martín" es la sombra de un personaje, desestructurado emocionalmente por lo ocurrido a su amor, pero que ha demostrado una hondura emocional y una rebeldía implacable por conseguir justicia y poder compartir el amor de su vida en libertad, de "manda narices" esta tarde.La esperanza es lo último que se pierde crea unos momentos esta tarde que brillan con luz propia. Es estremecedor, entrañable, rebelde y perruno para con los avatares injustos e inasumibles de la vida. Buscando la esperanza y saltándose todas las normas. Mucho realismo costumbrista, mucha duda existencial, un personaje muy humano e irascible, hijo de aquella " partera" con la que no pudo jamás alguno porque aún vive en el aroma de PV y en la sangre revolucionada de sus hijos.

Increíble actor, bajito pero inmenso. Le ha dado tanta hondura a esta su mirada al entrar y conocer a "Rita" que se ha adueñado del televidente, no me cabe duda. La mejor interpretación de toda la trayectoria de este actor, Eduard Alejandre, un trabajo que imprime carácter a un capítulo, un prodigio de éxtasis ante la belleza de "Rita". Dignifica "Doroteo" al pobre y contrahecho, del ingenuo explosivo, del iluso aparente en un mundo de espabilados y zarpazos.

Una viudita alegre. Charlotte Vega que es angelical también pero sin hábito y pisa el cielo de la piel suave de "Isidro" el desaparecido en combate. Dureza en esta última imagen con "Rita", belleza y sobriedad dentro de un contenido duelo al recibir la noticia, otro apaño y otra manipulación de "Doroteo", sobre la muerte de "Aníbal". Un poema hermosísimo sobre la fealdad, la sugestión diabólica y las dolencias asmáticas de unos incapaces atormentados por su pasado.

Emotivo momento de perdón a "Gonzalo", de complicidad para el futuro, interpretado con una hondura encomiable por Fernando Coronado. En la "Casa de comidas" transformada hoy en un pequeño paraíso sobre la comprensión hacia la rectitud de unos sentimientos nobles de amor por su hija en "Martín". Momento sobre la necesidad de reconciliación, sobre la búsqueda de la felicidad de los hijos y sobre el deseo de estar junto a ellos sin que vagabundeen peligrosamente en aventuras peleonas por el mundo. Necesidad de reconciliación con ese otro lado sacrílego para muchos, que asume como benefactor en la deriva emocional que sufre "Alfonso", después de comprobar que los matrimonios sin amor pero bendecidos son nefastos y que la vida y la felicidad conyugal sólo dependen de dos enamorados y de ningún púlpito más. Aunque no suelo hablar mucho de "Alfonso" es porque es el actor con una linea marcada estricta y muy profesional, pero no cansa, es cósmico, denso y muy profundamente sagaz, es de pueblo pueblo, es un maduro reacio pero noble y que tiene puntos de sentimiento casi femeninos aunque no le tiembla el pulso para hacer justicia a la "Castañeda". Es muy buen actor y representa a un guión casi autobiográfico de aquellos familiares a los que se visitaba en las aldeas perdidas y te ofrecían jamón jamón y todo lo que tenían en la alacena.

Mañana llega "La bofetada" a "Mariana" y tendremos crudos momentos comentados. Decir que, esta tarde, Carlota Baró y Don Mario Martín, me han saludado por wassap, me he hecho muchísima ilusión, lo he agradecido infinitamente que estos dos actorazos, con Selu los mejores de PV, se hayan dirigido a este humilde periodista que escribe con mucho entusiamo sobre este maravilloso y mágico serial porque lo quiere muchísimo.

Me lo ha pedido mucha gente,voy a pedir a Carlota Baró una entrevista  próximamente, porque quiero que conozcan ustedes a este chica prodigiosa en su voz y registros interpretativos, muy y muy simpática, absolutamente devocionada y perfeccionista que comenzó desde el anonimato prácticamente, entre fogones y unos hermanos de aúpa y hoy  es la mejor actriz de "Puente Viejo" y heredera biológica del cine silente.