PUENTE VIEJO: AMOR DESGARRADO

Cuando conocimos en los primeros capítulos a Ariadna Gaya, dijimos era una inmensa actriz que recuperaría ese tono inmenso, vital y mágico, desesperanzado de los mejores días de su madre: "Pepa Balmes", superándolo en otro tiempo diferente. No nos equivocamos. Un personaje dolido, enamorado sin límite, que derivaría en una portentosa mujer madura a golpe de cornada de amor, orgullosa, batalladora, dejaría de ser una teenagers en tránsito para emular a aquella  madre cuando se ha enfrentara al abismo de la vida adulta. Hoy ha nacido la substituta en la televisión de Megan Montaner, con o sin la publicidad de foros y mediática que acaparó aquella humilde "partera" e instintiva actriz que infectó sentimentalmente el buen corazón de los grandes espectadores que tiene PV, los mejores de todos. Una de las más grandes actrices de la televisión, con Carlota Baró y Adriana Ugarte: Megan Gracia Montaner.

Hoy ha sido la tarde de Ariadna Gaya. Como con la inauguración del "Titanic", con botella en el casco duro de "Conrado"; un momento de experiencia irrepetible que nos ha puesto los pelos de punta, porque encierra en ese casco de vidrio todo el amor que siente por su hombre, rompiéndolo y sacándolo al exterior como una cascada de sentimientos que ya no se pueden ocultar ante la agonía de un hombre roto por el amor enfrentado que los dos se tienen. Ya nada importa, sólo la vida del ser más querido y al que no puede olvidar. Nos hemos hecho seguidores acérrimos de Ariadna y espero nos trate bien y no nos mande a paseo por pelmas.

Metiendo un rayo fulminante en una botella. Un golpe seco y certero, eficaz, sin vuelta atrás y con la contundencia de quien no se lo piensa dos veces. Un gesto gamberro y provocador pero necesario que en manos de "Aurora" se ha transformado en terapéutico y lúcido, grandioso de amor porque rompe el desencuentro sentimental a base de ese botellazo  de urgencia amorosa, desaprensivo pero urgente, o eso o el camposanto y otra" Candela" para el "Jaral". 

Es que esta trama, barre para casa. Enorme "Conrado" en esa su prepotencia y tozudez, casi pateando al "doctor Lesmes", orgulloso, activo, de amarga desesperación, hundido en alcohol, memorable entierro de su vida que ha trasladado este perturbado enamorado sin fuerzas ya pero con su último aliento que le recuerda entre vapores y sudores fríos que se va por amor a quien ya no podrá amar y besar más.!Inmenso!.

Le aman tanto que le han agredido con un vidrio pero él ya no se da cuenta, hace tiempo que ha perdido el rumbo, tal vez en un pasado del que poco sabemos aunque sí intuimos. Todo forma parte de una larga y espléndida secuencia de un funeral interruptus, no exenta de humor negro, melodrama intenso y existencialismo costumbrista. Algo desengrasada también desde una ironía donde quien te quiere, daño te hace a base de un mamporro en el moño occipital. Todo llevado por unos actores como Rubén y Ariadna muy en estado de gracia.

El médico "Lesmes" que no es tonto, como buen cirujano, sagaz, con gran capacidad para conformar un diagnóstico clarito y que conoce la bioquímica de ese otro amor para él, que es la propia "Aurora", se da cuenta que son muchos  detalles  que delatan la pasión inconfesable y la mentira despechada sobre lo que manifiesta estar superado, por la ayudante. Hay es donde se adquiere un bello tono quebradizo, cuando se decanta la secuencia, en esa mirada de "Aurora", por una melancolía húmeda que desequilibra las emociones en la chica y que acaba sucumbiendo, con su logrado registro facial, a la verdad sentimental que ya no se puede ocultar y menos a un médico.

Sin embargo el médico explota el dolor ajeno y le pide se vaya de la vida. Un gesto que apoya la opinión que hemos dado sobre "Lesmes" en este blogger que las mata callando, que es un "zorreras" y que quiere usar de una superioridad intelectual para, haciendo de samaritano o de Jesuita, apartarle del peligro de reincidir en un amor que clama por seguir reproduciendo lo que se interrumpió. Un grandioso amor. 

Yo es que a este "doctor" en medicina le observo un hombre absurdamente apasionado por sus fantasías y películas que se monta en plan "plasta" para con Aurora. Que no nos va a lanzar grandes y agradables emociones, aunque sí que en una caracterización está muy bien Perurena, en que viene a demostrar que la ingenuidad y el conocimiento científico coexisten sin problemas. Está hecho de la pasta de la que se construyen los sueños de la infancia. Aunque falla en el deje peculiar de su tierra, la "s" pronunciada exageradamente y las frases lanzadas, todas, hacia arriba. Son defectos muy graves.

"Aurora", mujer madura a pesar del aliento adolescente. Una historia de amor desgarrado tan poderosa como desesperada porque prevalecen los sentimientos ante el morbo de quien comparte lo más sagrado que tienen las parejas, el misterio y la dependencia emocional. Un capítulo magnífico en su rigor y entusiasmo que está barriendo a muchas tramas. Lo siento. Me recuerda mucho al cine del realismo poético francés de los años 30 de Marcel Carné. Al cine de Michel Spinosa de los 90. Al gran Zulawski de "Lo importante es amar", con la inolvidable Romy Schneider, filme mítico de los 70; amores frenéticos entre hombres y mujeres, rotos, para el arrastre, de cuando aquella historia pasional de hace poco parece comienza de nuevo en el dispensario. Televisión romántica y entenebrecida, con personajes atípicos, magnífica realización, algo nerviosa que puede parecer pero muy meditada y precisa.

Unos capítulos, el de ayer y el de hoy, de gran dramatismo, con toques de humor y mucha violencia sentimental. La cámara ha seguido a los "protas" en sus encuadres más expresivos, los deja, los aleja, los retoma escudriñando todo sus recovecos. Resultados óptimos en parcos espacios o lugares apenas iluminados.

Un dispensario es el testigo y motor de un reencuentro emocional. Un hombre que se abandona en el riesgo, mecido por un dolor inconmensurable y una mujer que no puede callar ya que, el alejamiento, está lleno de ternura y hostilidad y de muchísimo amor, ha comprendido lo que le ama, el camino desandado y ha bordeado la línea de lo que dolería tras la muerte de una grandioso hombre de amor.

El amor y la destrucción donde los dos son víctimas y verdugos y que ya no creen en lo que dicen no sentir.

Dedicado a Pablo, un chico que me ha reconocido por la voz en una cafetería, oyente y que me ha animado mucho cuando cree él algo que yo dudo, que doy información valiente, verdad y consuelo y entretengo a mucha gente. "Gracias Pablo!.