viernes, 21 de marzo de 2014

LOS CELOS DE MARIANA Y EL CAPITÁN MAURICIO HADDOCK


ACTORES DE LA TARDE:       CARLOTA BARÓ Y MARIO ZORRILLA
SECUENCIA DE LA TARDE:    LOS CELOS DE MARIANA Y EL CAPITÁN MAURICIO  HADDOCK.
Aunque el domingo tendremos la segunda parte del capítulo de hoy, hacemos referencia a una trama que esperaba con mucho interés. Dos secuencias la conforman, rodadas ya hace algún tiempo y en las cuales se desmelena una aparentemente mujer sin celos supuesta, una hierática "Mariana", y que rompe gesto y compostura y muestra sus bombardas y cañones en esa mirada hacia "Mauricio", en una mujer donde donde su rutina e impasibilidad se quiebran  al dispararle fuego cruzado al capataz ante sus florituras formales, arrogancia perfumada, cogote en celo por la otra criada, "Fe", en la cocina de la "Casona". Entre tanto dramón, esta secuencia, unida a la de los braceros en la plaza y su capataz al estilo del "Capitán Haddock" y el absurdo diálogo, genial, en "El Colmado" sobre los impermeables y el "ok", ha sido lo mejor.
Dos enormes referencias cinematográficas, de Luis Buñuel y de las maravillosas viñetas del belga Hergé y su "Tintín" con su personaje más entrañable: El "Capitán Archibaldo Haddock", con su temperamento levantisco, estentóreo, interpretativamente altisonante, un personaje como "Mauricio" esta tarde, con corazón y palpitación del alma de filibustero que lleva en el fondo.
Me es muy difícil hablar de mis mejores amigos cuando interpretan, y Carlota y Mario lo son y temo no ser objetivo. Pero han estado sutil y más descaradamente aún, interesantísimos. !Vaya dos!.
El grandullón "Mauricio" que bien podía haber salido de un filme mejicano de don Luis Buñuel. Haciendo esta tarde de pelanas seductor al que, dos bromistas,  le han dicho que tiene el cogote más lindo desde "La Puebla" hasta las de "Villadiego". Con todo el repitorreo que se suele montar en las cocinas  en un melodramático cortijo de  señores feudales. Miradas pasionales entre criados, maduros a los que se les pasa el arroz y que van de jovenzuelos perfumados, criadas inocentes y desesperadillas, personalidades primarias, sobreactuaciones palurdas, celos desmelenados en la sirvienta, y miradas terribles. ¡Una gozada!.
Hay que felicitar al bruto "Mauricio", Don Mario por su histriónico posar ante su público doméstico y a la levantisca "Mariana", Carlota, porque ha estado genial. Por haber tratado con una desmesura surrealista su papel de cabreada sentimental, que para mí no la quiero así, por el carácter altamente destructivo de su saber y humillado estar y padecer, otorgando a su interpretación unos trazos caricaturescos y con mucho humor cuando le da caña visual a ese hombrón petulante y de gran fuerza física, inteligencia escasa y lenta propia de un bruto muy fácilmente manipulable. Espero que no me deje de hablar Mario, que no va con él esta descripción y que no me pase como con la "Nicanora", que se tomaron muy a pecho mis elogios a su ridiculizado y exagerado personaje, por falta de tablas sobre todo y casi me ejecutan sus forofos al garrote, justo al lado de la Fuente de PV.
Potente imagen de esta actor de trueno en la voz y escape a todo gas si te encuentras con él y está de malas pulgas. Hoy ha estado en su más pura esencia de "género" con la gran Carlota en casi una comedia italiana de la Loren, con tanto encelamiento romántico y tanta fuerza sanguínea y visual.
Rugoso y tierno "Mauricio", bella y emocional , de exuberante belleza, inteligente y aguda Carlota. !Preciosos!. "Mauricio" de gran pronto y centellas, como un lobo marino, pero bueno en el fondo cuando se quita la nefasta influencia de "Francisca" y no va por ahí envalentonándose cuando se adoba el cutis y muestra la cerviz del revés. "Mariana" la actriz más bella de la televisión de la que podemos decir que todo lo que vemos se lo debe a la supervivencia en ese infierno de la "Casona".
El "Mauricio" que ha entrado en contacto con la ternura, la dulzura afilada de una "Mariana" que  aveces saca los ojos suyos y los de los demás, y hasta es tan ridículo que nos conmueve cuando se sobrepasa el pueblo la tanta imbecilidad mostrada ante una doncella que se las sabe todas y más sobre lo idiotas y rebuscados que somos los hombres, cuando no nos atrevemos demostrar nuestro real interés por una mujer y andamos con chismes de medio pelo y preguntas sobre la interesada para despistar.
Pero en el fondo hay mucho amor en este bruto y luce un corazoncito que si lo acicalas un poquito puede resultar hasta molón e incluso abrumarnos con alguna pasión llevada con discreción y cierto toque de naturalidad.
Esta tarde ha estado sorprendente, en la plaza, me ha recordado al "Capitán Haddock" con sus insultos a los que le rodean y parrandeadas para motivar a gandules y marinos de agua dulce. Con sus expresiones vocingleras al cambiar de construcción en mitad de la frase dejando astillado algún término al que le falta la correspondiente concordancia con la intención primera del mensaje que iba a gritar.
Abroncando, sólo le ha faltado rugir aquello de: "Ganapán", "Rizópodo", "Protozo" o "Zulú", de "Haddock" de modo tan excéntrico como él.
Mario ha trrasladado la visualidad fascinante de Hergé. Con tanto mimo que hemos reconocido al "Capitán" de inmediato. Con un sibarita gusto por la desmesura, la interpretación palmeada por "Hipólito y "Quintina", asombrandonos los sentidos, saturando la pantalla con su porte descomunal de coloso de Rodas.
Melancolía por "Tintín" de aquellos libros que me traían los "Reyes" y que veía en medio metrajes a todo color. "Rayos, truenos y centellas" en la plaza. Magnífica caracterización, donde debe uno impresionar al público y a los braceros derrengados. Bien escogido, mejor interpretado por Mario Zorrilla ayudado por su físico ciclópeo y corazón de oro.

Una peculiar recreación de estos maravillosos relatos de dibujos animados, de lo más levantino conjugados con un ácido y cáustico Luis Buñuel, una doméstica puesta en escena de modo humilde pero de referencia evidentísima, un fetiche de filmes entrañables de aquellos tiempos de nuestra inocencia donde todo lo veíamos como "Hipólito" y "Quintina", como algo gracioso al margen de la crueldad del mundo real que estaba por frente y no lo apercibíamos.
Humor absurdo hasta la saciedad. Totalmente de Groucho Marx. Cuando dicen que un país tan grande tienen de todo hasta el "ok" y todo el juego que se traen, dimes y desmentidos con esa palabra. Cuando el desequilibrio es lo mejor. Humor caótico de Enric y Selu, sin el lastre de "Dolores" que les tapa en  muchas secuencias con su arrolladora alcahuetería. Divina confusión de palabras y uso interesado de los términos, semántica a mogollón y dos grandes caricatos que te la meten con vaselina. Frases geniales, ocurrentes, referencias al despropósito más hilarante, frescura y candor de estos dos tiernos señores vestidos de pimpollos, arrebujados en una gabardina enrrollada e inocentones con o sin "ok".


Dedicado a dos amigos a los que aprecio mucho, dos personal cultas además y muy sensibles, dos grandes trabajadores: Carlota y Mario.
El domingo seguiremos.....






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