SECUENCIA DE LA TARDE:
INTERPRETES: PAULA CANCIO, ARIADNA GAYA Y RUBÉN SERRANO
Estamos asistiendo a la ruptura de esa dulzarronería chismosa de tarde bovina de ganchillo y alcahuetería de bar que hemos vivido en un PV ya en decadencia total donde unos pocos brillaban en solitario. No sólo por la inclusión de nuevos actores sino por su interesantísima trama que conlleva adosada a su refrescante aparición.
Frente a una extraña prometida que regresa, llena de cautela y señorío, otra mujer irrumpe en una habitación, luchando sola por la verdad y por su hombre al que, tras comprobar se encontraba con aquella mujer, se contempla como una víctima incinerada frente a la deslealtad de un amor que le resulta imposible de continuar.
Momento muy airado y es un poco ese momento mil veces visto y repetido del que te sigues enamorando de nuevo al contemplar un equivoco que parece una flagrante infidelidad.
Los actores están de eficaz hacia arriba, muy convincentes en esos momentos cortantes, de silencio, miradas, de grandes matices para repasar de nuevo la secuencia, cine francés de vodevilde Molinaro, romanticismo de Lelouch, con toque de un Vernoux de hoy que aporta mucha elegancia y más discreción que se desborda en un instante, rompiendo toda la cortesía y cortedad del momento. Con una Paula Cancio que me recuerda a Romy Schneider por cuanto aparecía desde el pasado, seducía, sufría y amaba como un fantasma, hasta el éxtasis.
Momento de salir en busca de ella, de sigo locamente enamorado de ti, que muchos hombres hemos vivido en infidelidades reales o aparentes, momentos desgarradores en los que parece se te come el mundo, un viaje por un acabose cerrado, angustioso, sin esperanza ya, ese recorrido en un instante porque te asfixia la mentira y se te derrumban los planes felices del vivir de un amor entregadamente supuesto.
Gran y principal momento que conlleva algo de onírico y cercano. ¿Cómo encontrar la cama de otra mujer en una pueblo cercano y por entre el pasillo de otra casa?. Recorriendo los pueblos en búsqueda de otros flujos vaginales. Y "Aurora" esta tarde, en medio de su ira y exabruptos, nos ha trasladado al mundo de los que creemos en la inocencia de lo que vemos y somos unos soñadores que podemos despertar en un instante, donde nade es lo que se ve o puede que resulte que sí lo es pero diferente.
CASI EATON PLACE:
Conservador y complaciente momento con aquella elegancia de la sociedad eduardina, ingrata y déspota que analiza la clasista sociedad española o británica de comienzo del siglo XX, donde los criados son llamados para recibir al nuevo amo, dos mundos jerárquicos, separados y crueles.
Elegante momento con unos actores muy bien dispuestos, convincentes y una muy cuidada puesta en escena.
Una sociedad y un retrato que se hace de ella que me parecen repugnantes, como ese momento que así lo refleja en el que "Francisca" prende con los dedos y repelús la invitación de boda que le llevan dos buenas personas con toda su mejor intención y aprecio.
Me ha gustado el momento por su cutre pompa y circunstancia que le da la "Doña" , el de esta trama caciquil y ya trasnochada en su tiempo atendiendo castrensemente a los convencionalismos de la época y al té con pastas y vino de Oporto.
Romanticismo luciferino, olor a naftalina y preséntese la tropa. los que vemos esto desde hoy sabemos del cambio social que no se dio en este país después, sí en Inglaterra donde este cortijo cayó tras la Guerra del 14. Se derrumbó todo este cinismo de una sociedad en decadencia.
Momento este que transmite melancolía y cariño por los novios (¡Que ser casa mi "Mariana!) donde un lazo de convivencia vale más que el de la sangre. Personajes siempre muy amados por los televidentes.
¡MI "MARIANA" SE ME CASA!.
Foto del Club de Fans OFICIAL de Carlota Baró.
Foto de "El secreto de Puente Viejo"
Foto de "El secreto de Puente Viejo"
Tendremos un especial dedicado a la gran Carlota Baró/ "Mariana Castañeda" con motivo de su boda interpretada. Se nos casa al fin y por fin, se lo merecía así como un papel mas extenso y relevante. Le llegó el turno del guión. ¡VIVAN LOS NOVIOS!.
LA INGENUIDAD Y LOS CELOS: MARIO ZORRILLA Y FRANCISCO ORTIZ.
Un "Mauricio" que sospecha más allá de su cometido, por celos probablemente y que muestra su perplejidad ante la listura del extraño hombre casi lobo, de sospechoso olfato, crítico con su origen extraño pero sereno y suspicaz.
ARTÍCULO DE MEGAN MONTANER "SIN IDENTIDAD"
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