LA FELICIDAD Y EL SADISMO AL ALCANCE DE LA MANO

Soberbias esta tarde: Ariadna Gaya, María Bouzas y Fariba Sheikhan. Con una gozada interpretativa de Fernando Coronado, Enric y Mario Martín con la chanza del hueso de la pierna del Cid. Y un Mario Zorrilla de auténtico peso en la serie que torea él solito toda la ruindad, la corrupción, la mezquindad y el abuso de poder, de modo impasible, crudo sin caer en la desobediencia ni el sentimentalismo, siempre circunspecto y servicial haciendo de sus sospechas, corazón y sin abrir la boca. Testigo mudo que no puede actuar y un prodigio de perspicacia visual

La felicidad al alcance de la madre, dejar una fosilizada profesión llena de amargados y delincuentes catedráticos, para ir a reconcilarse con sus orígenes, con esos sencillos momentos repletos de vocación y ternura, de servicio a los demás, de cuando uno se encuentra con lo que realmente ama y le hace dichoso, cuando nos encontramos a nosotros mismos y también cuando las horas son afortunadas o tremendamente amargas por la decisión tomada.

Certeza de no sentirse aislada y de encontrar la felicidad entre sus gentes del pueblo, moralina absolutamente recomendable sobre el sacrificio de una profesión por devoción a los tuyos y reconciliación con tu hábitat. 

Momentos que me han recordado a Hemingway en este momento de una Ariadna que derrocha pasión, rezuma filosofía vitalista de la buena y que expande energía entre los fósiles amargados o maltratadores de los catedráticos gandules y sinvergüenzas, caciques y bravucones, machistas y desvergonzados. La escoria de la ruinosa universidad madrileña repleta de mandarines y sádicos entre los muros de una pésima enseñanza universitaria que alcanzaba niveles educativos de analfabetismo y tortura psicológica.

Una madura conjunción perfecta entre la razón y el sentimiento y una plasmación del lapso temporal muy al estilo de Orwell cuando en unos segundos el tiempo se adelanta y se cae en el error de lo que supone continuar siete años en esa casa de malísima nota mientras otroe spacio temporal atrasa el reloj y vuelve al instante sentimental de lo que suponía tu vida en PV cuando vivías.

Momento que sabe transmitir ese fuerte sentimiento de la decisión en "Aurora" dentro de momentos clarificadores pero convulsos. La despedida de "Lucas" supone sensaciones, emociones, verdades arropadas de broma amistosa y un gran mensaje que contar, que ella es la mejor amigo que "Lucas" tuvo en su vida. Con una Ariadna que deslumbra y emociona entre estas decisiones tan tiernas  pero necesarias.

LAS PERVERSIONES SÁDICAS DE "FRANCISCA"

MARÍA BOUZAS Y FARIBA SHEIKHAN

Truculento momento de la tarde pasado por un cierto tamiz pudoroso, insinuante y poco más pero muy morboso. La perversión se inicia por caminos maternales, de confesiones voluntarias, casi seguro que agradecidas y comprendidas, en medio de un sadismo provocador ante un retorcido argumento que provoque la confesión voluntaria, tolerante hacia el romanticismo que presume la cacique para acabar en unas escenas de dobles caras al descubierto, de desazón, chantaje y regocijo de "Francisca" que insulta y proclama sucios intereses en la chica, humillándola y sometiéndola a sus intereses.

Un montaje agresivo, un interrogatorio de alto standing conducido de modo amigable y cariñoso, una suerte de venganza diplomática medida a ritmo lento, intelectualizada desde la aparente comprensión, con toda la sorna y mala intención que se pueda imaginar y con su final de regodeo melodramático entre la sumisión y la posesión. De modo suave explica las relaciones aberrantes de los "Señores" de dominación, sumisión y sadomasoquismo. Todo, desde una distancia sin connotaciones provocativas y solo con el uso de máscara para conseguir los propósitos después de someter a un grado fuerte de interrogatorio a la prisionera que dan pautas históricas a la vida cotidiana de aquellas criadas pobrecitas de principios del XX.

LOS HUESOS DE LA PIERNA DEL CID

Divertidísimo momento de broma al alcalde más alcalde de PV. Momento que inventa la risa tal y como se concibió en el plebeyo arte del cine, algo directo y simple, loco,  de cierta incoherencia y con un humor blanco siempre al estilo de la comedia italiana de humor entre lo surreal y lo rural.