EL HOMBRE AL QUE AMÓ AURORA CASTRO
Creado el 24 de noviembre de 2013
“Aurora” se ha enamorado. Lo
que parecía imposible. Aún recordamos la inolvidable secuencia en la que
acompañaba a su padre al altar y prometía no casarse nunca. Pues ha caído en el
magma tenebroso y tierno del amor, tras engullir la saliva intercambiada con la
de un épico trotamundos tosco y cerril, sabiéndole a trampa porque le ha dejado tras el regusto
a hombre que huele a pólvora, la certeza de que el mejor amor, aquel en el que
no se admiten razones para la vuelta atrás,
es el de la equivocación y el que conduce al precipicio. Conmovedora Ariadna
que intenta declarar su más preciado tesoro, su intimidad, a un misántropo al
que le aburren y no se toma en serio los intimismos de las adolescentes. Mucho
vamos a tener que escarbar para que salga la nobleza del insolente dinamitero
que me recuerda a “Indiana Jones” en la vestimenta.
Un sentimental retrato de una
de las mejores mujeres, a excepción de “Mariana”, que pisan en zapatillas PV. Un sentimental retrato de
una mujer espiritual, grande y repleta de dudas, flaquezas y desencantos. Un
grandioso ser humano, misterioso y eterno. Mirando con unos ojos de
éxtasis, a lo “Juana de Arco”, a un
buhonero malencarado en esa plaza donde se han cruzado las vidas de tantos
personajes de PV.
Espléndida Ariadna en el
capítulo del viernes y en los que llegan, convincente. Podrá gustar o no
Ariadna pero da la talla. Belleza y Voz en Ariadna y que empieza a adquirir su
personalidad propia, alejándose ya del clon de su madre, la infausta “Pepa”.
Siempre dijimos que añadía a la nobleza y el arrojo de su mama, la
inteligencia, la suspicacia y la duda existencial. Su desencanto es menos
instintivo que el de “La
Partera ”, está más intelectualizado lo dijimos el primer día.
Además de poseer una hermosísima voz que yo la perfeccionaría aún más.
Por lo general, las voces de
la mayoría de las chicas de PV, son muy bonitas. Sobre todo Carlota. Pero
reconozco que la de Ariadna es la mejor. Llorosa y áspera, casi de caer en
cascada un mar de lágrimas, me estremece. Me evoca mucho a los muy antiguos
doblajes, la mayoría desaparecidos, de Maureen O´Sullivan y sobre todo de
Rosalind Russell, realizados por Helia Romero y las de actrices como June
Duprez en “El ladrón de Bagdad” y Alida Valli en las interpretaciones de Leonor
Fábregas. Muy pocos lo resaltan pero, para mí, es una gozada él escuchar a
Ariadna. Si Carlota es el cine silente, Ariadna es la voz de los doblajes de
los primeros tiempos Metro en Barcelona.
Lo que empiezo a barruntar en
este amor es algo del cine más romántico envasado al vacío en los 50. Como
surge esa misteriosa atracción entre una mujer hacia un hombre, incontrolable,
aunque en PV tras un cadencioso pesimismo que no hurta que el resultado final
sea que cuando una mujer ama, lo deja todo y lo confiesa sin pudor, porque nadie le para ya en consumar la
magnitud del gran sentimiento que alberga en sus entrañas. Lo que hemos visto
en “Aurora” es ya de un romanticismo en flecha lanzada directamente al corazón
del espectador, a pesar de sus aún
timoratos inicios en confesar su enamoramiento al desagradable de
“Conrado”. Pero no es el amor dulzarrón y quimérico de vainilla y azúcar glas
espolvoreado de una melodía arrebatada que lo inunda todo de sonrisas,
felicidad, brisas me mecen una hierba bajo el “detrás” de los “protas”; es algo
más amargo porque PV es un serial atípico e intelectual. Las ingenuas
peripecias de “Aurora”, sus escarceos amorosos sentidos profundamente, no
obvian el escaldado por el maltrato de la vida al que ha sido sometida, no
empañan un contenido dramático que se ve venir y una poética absolutamente
cismática: no hay apropiado o no apropiado bajo el cielo.
Estas historias de amor, para
mí, superan a las de otros, muy convincentes, emotivas y bien interpretadas (“Pepa”,
“Tristán”, “María”, “Martín”...), pero de un preciosismo diferente, que son más
de los tiempos actuales, de las que merecen la pena vivir hoy y se confunden
con el despecho y las indiferencias de los iconoclastas tiempos de hoy. Aunque
seguro que correrá la sangre de los enamorados intercambiando fluidos como en
los mejores tiempos cuando se decía que sólo existía el amor y su tristeza para
llorar ante algo tan hermoso como el corazón compartido del que siempre sangran
las mismas lágrimas.
Tiene algo este personaje de
“Conrado” de los besos y caracteres de hombres fuertes, nobles, que se ocultan
tras una máscara, con nobleza y corazón de William Holden. Especializado en
filmes en los que este actor, embarcado en nudos y situaciones dramáticas fuertes,
hacían sentir en su actriz una fuente del amor donde jamás se pensó que podría
brotar. Eso se llama Henry King y “La colina del adiós”. Ello se llama Richard
Quinn. Lo hermoso y lo trágico del amor en PV. Lo diáfano que se emborrona pero
que te empuja a amar al otro u otra más allá de los convencionalismos y de las
ataduras a un mundo de electroencefalograma plano.
Nunca se sabe dónde está la persona a la que amarás más que a ninguna. Aparece de improviso y donde menos se suponía como cuando toca la lotería. Pero sabemos cuando amamos, diferenciando los sentimientos para guarecernos en mas anhelado. Veremos lo que nos da este amor bien encauzado desde el inicio. Ella haciéndose adulta buscando la perdición de su alma pero a gusto. Prudente, va suave pero directa a los ventrílocuos. Él, no se define y mira con cierto cinismo y rotura de la aorta, pero es hermoso todo este conmovedor relato íntimo de ella para con una persona de edad superior, de un entorno foráneo y de ardor más pausado, que seguramente tendrá marcada el alma a fuego lento. Me gusta la evolución en PV de este sentimiento anhelado por cualquiera de nosotros, impregnado en su total amplitud, sin tanto crimen y muerte por sobredosis de maldad, todo esto amparado entre miradas de amor que dejan en nosotros, en el correr del tiempo, los más bellos recuerdos.
LA PANTERA AZUL
DE PUENTE VIEJO
En homenaje a mi detective
favorito cuando era un niño: Peter Sellers. Creado el 13 de noviembre del 2013
De los buenos ratos que tengo
frente al televisor, que me hacen sentir como un niño, no puedo sino mencionar
la gozada que ha sido para mí, hoy, el múltiple Selu Nieto. Una mezcla de
costumbrismo a lo Manolo Morán /Guardia Urbano con el despiste y refinamiento
flemático del gran desastroso Peter Sellers/ Clouseau.
Siempre recuerdo un día de
Nochebuena, era yo un niño, y mientras preparaban la cena en mi casa, me fui
sólo al Victoria Eugenia de mi Ciudad para ver a Peter en “El regreso de la Pantera Rosa ”. No sé
si fue por la fecha, por el encanto que despiertan en mí las navidades desde
siempre, por la peli, por lo desastroso del Inspector, que me enamoré para
siempre del personaje.
¡Enhorabuena!. Don Selu Nieto.
Ya tenemos otro personaje al que darle un traje en la galería de tus
interpretaciones caricaturizadas. Yo no pude ver en su tiempo su primera
interpretación del Inspector Jacques Clouseau, “La pantera rosa” o ese otro
film valiosísimo de “El otro caso del Inspector Clouseau”. Con los años, soy un
fan de Peter Sellers, aunque me gusta mucho más la versión original de sus
filmes, por la enorme versatilidad en voces que interpretaba e imitaba y aunque
mi amigo Rogelio Hernández lo hacía muy bien, no se podía comparar, el doblaje
con el original.
Peter en bello recuerdo hoy.
El más copiado de la historia del cine. Antología del humor seco y caótico. Un
desastre con patas, enredado en despropósitos generados por él mismo que
complicaba todo hasta la desesperación dentro de un sencillo humor pero muy
efectivo, el de un desgarramantas que es capaz de hacerse tirar por un
precipicio a la humanidad sin enterarse de que se ha quedado sólo en la tierra.
Añade Selu aparte de los gags
visuales un toque de melancolía intelectual que asombra por su incoherencia y
despiste generalizado. Selu es el más torpe inspector enchufado de policía al
que le puede asignar un caso. Y son elegantes los dos y calamitosos, catastróficos
pero desenvueltos en sus incoherencias.
Acelerador de partículas mi apreciado Selu, como Peter, hace alquimia hasta alcanzar la fusión nuclear y entonces ataca con todas sus inconsecuencias pero con energía suficiente y en todas las direcciones menos en la adecuada.
Selu Nieto es un pequeño genio
que anda por PV. Un talentoso del humor de un inefable andaluz que dota, a
todas sus caracterizaciones, de diálogos surrealistas que dan que pensar sobre
la salud mental de su personaje “Hipólito” pero que son de una frescura y de un
homenaje al cine y a sus tipos trastornados y embrollados, de primera magnitud.
Un actorazo que hace enloquecer ante sus dislates y meteduras de pata, cómico y
dramático al que no hay que buscarle lógica, sólo quererle y apoyarle porque es
el mejor actor de PV. Es Jerry Lewis para las nuevas generaciones. Que hace de
todo y además da de reír.
Hoy, el duelo entre “Don Jaime” e “Hipólito”, han sido los
mejores minutos del capítulo. Esta escena era tan divertida y surrealista que
daba vergüenza ajena(en el buen y mejor sentido), por la nula capacidad
investigadora del desastroso “poli” que han improvisado en PV. Selu tiene mucha
gracia, sangre y tripas, además de a la moza más requetebonica y de ojos
perdigoneros, como para garantizarnos una sanísima diversión.
¡Felicidades a todos los
actores!. Soberbios hoy. Carlota y Adelfa se han puesto ese, ese que dicen, el
mejor traje de todos: el del abrazo y comprensión y apoyo de la madre a esa
maravillosa hija que “Rosario” tiene: “Mariana Castañeda”. Un amor que ha
prendido ya en la sirvienta, que teme por su posible sufrir pero que está
encauzando, una asimilación que va
explotar de un momento a otro. Un amor melancólico como de otoño sin
saber si vuelve la persona ala que amas con locura, con un “Nicolás” que la
adora hasta el fondo y pena su “guarrada”, pero se está tejiendo entre ellos un
conjuro fascinante.
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