MARIO ZORRILLA Y MARTA TOMASA
Memorable Mario Zorrilla esta tarde. Despide un año de trabajo calculado, esforzado en el que ha sabido sacar provecho de ese corpachón de filmes de género y ese icono de aventura que lleva en sus interpretaciones. Bellísimos primeros planos para el crepúsculo de un vaquero, casi en un filme de Peckinpah o de Raoul Walsh en el ocaso de un hombre y de un personaje arquetípico.
"Mauricio" cansado, una elegía maravillosa a este capataz fiel y en decadencia, no tanto física sino arrinconado por el tiempo. Los cambios y las nuevas generaciones que son implacables sobre los que ya no se adaptan en juventud a los nuevos tiempos. ¡Precioso!
Un gran romanticismo en este hombrachón de pedernal que acusa la soledad y la madurez y que refleja todo lo que se siente desde ese otro lado de la edad que no perdona. Momento realista y bucolicamente triste ante sus sustitutos que son de más confianza.
Momento personal, íntimo, donde la mujer siempre demuestra que es compañera más allá del fracaso personal, con ojos en Mario a lo spaghetti-western donde la violencia y los malos modos mandados de otrora desaparecen y dan paso a esta elegía del perdedor.
El lirismo que el cine del Viejo Oeste nos ha aportado en muchas ocasiones, el de los hombres broncos como cándidos y que lucharon hasta la extenuación sabiéndose perdedores. Momento de entre los más bellos y conmovedores de Mario y Marta, donde el crepúsculo de los hombres llega, sencilla secuencia, breve, muy profunda que muestra el apagarse una forma de vida y de entender el trabajo con lealtad. Es el conflicto eterno entre la supervivencia y el individualismo narrado de modo buenísimo por Mario y Pablo Guerrero. Hoy ha sido el anti-héroe condenado al fracaso, que comprende que el mundo ya va a otra velocidad, iconografías del western reflejadas en un hombre que pertenece al pasado y que casi es ya un inadaptado. ¡Memorable momento! Gran nostalgia por los viejos tiempos que se sumergen ante los ojos de Mario y la llegada de los nuevos tiempos que son implacables con los reductos de generaciones pasadas.
Hoy la tarde se ha tiznado de derrota y de sentirse abandonado. Fluye en la secuencia la atemperamentada "Fe" mostrandole ese lado desastrado de "Mauricio" que ella sabría cobijar y darle sentido. Tradición y modernidad, una desmitificación de los anti- héroes legendarios, rústicos y memorables.
EL CINE DE GÁNGSTERS
Magnífica secuencia con el revolver que
como en el cine negro consigue un ambiente de creciente tensión y una
planificación exquisita. Donde la incertidumbre y la intriga están muy
bien contadas y el retrato del hampa genial. Betancourt me recuerda
a aquellos tiempos donde los actores recreaban de modo ligero a
los gángsters de la época de la Prohibición, matones de hampa y
violencia. Momento sutil, belicoso con la agudeza y agresividad y el
halo de sospecha de estos filmes mencionados. Secuencia que plasma
certeramente la época narrada y unos
personajes estéticamente muy conseguidos y detallados.
Excelente sencilamente
ResponderEliminarMe gusta que hables de estos actores in ser siempre de los mismos.Lo de Mario es muy justo y me ha encantado hoy. Un beso y feliz año nuevo Jose Ignacio.
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