BAJO EL CIELO DE CUBA/ SENTIMIENTOS BAJO EL SOL

MI HOMENAJE A JORDI COLL Y LORETO MONLEÓN

Algunos, tal vez, esperaran más de lo propuesto en este final. Ha sido algo escaso, muy sustancioso y bendecido por la libertad. Pero correcto y muy emocionante. Breve pero con pulpa y amor de verdad ahora sin ataduras. Final feliz y nostalgia por estos dos actores que hoy se han despedido desde Cuba con libertad, añorando a su familia y esperando, como todos los exiliados, volver un día desde el edén del bohío a la madre patria. Allí, en fortuna relativa, pero sí en libertad, pasarán un dorado bienestar alejados de los españoles caciques y soñarán con el regreso un día. Un abrazo muy fuerte a Loreto que es una señorita educadísima, trabajadora y repleta de sensibilidad interpretativa, así como a Jordi que es un señor que lo ha dado todo y cuya ausencia, algun@s, lamentan más que, incluso, la de Álex.

El capítulo ha sido flojito al márgen de este precioso momento, decaído como el de ayer. Cuando estuve en Madrid para la presentación del libro, Pablo Guerrero, con el equipo, lo rodaban en Canarias. Se comentaba de ello y me dio pena no coincidir con Pablo. Tiene la luz del cielo infinito de Cuba, el color de la alegría y el dispendio de los grandes horizontes que desde cualquier playa de ese país insular, se divisan. Ha dado regocijo verles felices, enamorados, a esta gran pareja de la televisión, entre su hija y hermano así como rodeados por esos paisajes naturales llenos de limpieza, que transpiran sensualidad, exudan calima y  lloran ensueño.

Momentos familiarmente encantadores, repletos de ensoñación y maravilla terráquea. Tranquilos, agridulces, leídos y narrados por "Aurora" ante un grupo coral conmocionado (secuencia perfecta), es la descripción de ese mundo utópico a los que la persecución injusta de España, los miedos, pero también la juventud y la vida por delante, les han llevado. La belleza existe, esta tarde la hemos visto en su justa mezcla con la añoranza y la morriña entre todos los protagonistas, en Cuba o en el "Jaral". Breve pero precioso momento que es una trama conyugal con final dichoso después de ese drama amoroso que han vivido y de tantas convulsiones y zancadillas puestas por los más malos y peores españoles que uno pueda imaginar en aquel tiempo: los caciques y sus tentáculos en la ley y el gobierno.

El jardín del edén un final digno y con posibilidad de vuelta de estos dos buenos actores. Momentos de magia, subliminales, en ese imposible de mejorar excelso escenario de sol y mar. Momentos que transmiten ternura y tranquilidad al espectador, no desasosiego como cuando aparecen "fiambres" por doquier. Nos ha hecho cogerles, y punteandolo en su final, un gran cariño a estos dos actores y protagonistas, en su vida y trabajo respectivamente. Momentos delicados, suaves y bonitos. Sin embargo tiene también el momento de sentimiento de nostalgia, cierta sensación sutil de amargura, Pero siempre bañados por las mareas de Cuba, destellando sus rostros de pureza infantil muy conseguida, dos bellos robinsones emergiendo como iconos de la rebeldía y de lucha por vivir su amor sin ataduras y sin fascistas.

Parecen como dos náufragos de lujo en una isla, atrapados en este paraíso donde el techoo es la libertad y el suelo el discurrir de la vida en común y amándose. Fuera de los convencionalismos sociales de un país tétrico como España, imbuidos en otra civilización más libertaria amorosamente contra la que predicaban los domingos en las iglesias, en su país, Una posibilidad de lujo para ir descubriendo su sexualidad amante y su amor y pasión de modo natural.

Jordi ha estado soberbio, nada afectado,  en uno de sus mejores y más creíbles momentos. mecido su rostro risueño entre suaves brisas de tinte romántico, pausado y reposado, rodeado de familia y amor confirmado en el tiempo y bregado contra todos y todo. Momentos de bronceados sentimientos bajo el sol, soñando ser felicites, ansiando ver crecer a su hija y anhelando regresar un día a "Puente Viejo". ¡Precioso! Estos días me toca eso de marcharse, como yo de España, a diferencia de que yo no volveré más ya. Un viaje introspectivo de ESDPV  a Cuba (Canarias) para incorporar a sus personajes  entre belleza y dulzura.

Todo ha sido armonía después de las turbulencias pasadas. Todo les va a cambiar, podrán compartir en franqueza y espíritu del buen enamorado, sus sentimientos; libres, en libertad, sus sentimientos están bajo el amparo del asilo político sin riesgo de que los envíen al garrote de la lamentable España.

Finalizan su epopeya de la vida allá en América bajo el sol de Cuba. Sus cuerpos resplandecen y lucen un bronceado sentimental oreado y no corrupto por la toxicidad de la patria de los menesterosos y ricachones. Paz y armonía en este final para dos simpáticos y felices enamorados que han cerrado con broche de oro su interpretación, transmitiendo todo lo que se siente cuando ya nadie te va a tocar las narices ni torturarte por ser diferente y amar como ellos se quisieron y se aman. Un beso a los dos, con permiso de Carlos Serrano que no me puede ni ver; cosa que no entiendo porque nunca, ningún crítico, le bendecirá tanto como yo lo he hecho. 

 

ACTORES DE LA TARDE: 

RUBÉN SERRANO Y FARIBA SHEIKHAN

Dos momentos importantes y muy bien interpretados. Un "Conrado" que, en su aura lastimera, se ha rebelado con ese su destrono a fuego lento al que le han sometido, asomando un escepticismo de derrota, condescendiendo con un "¡ahí te quedas "Aurora"!, así lo he entendido: "¡Ahí os quedáis, que yo me largo un día de estos!".

Y Fariba interpretando a una mujer parturienta en sus últimos días, papel por el que se pegan muchas actrices, que lo ha bordado, pudiendo haber sido muy facil hacerlo exagerado ye estrambótico. Aunque algunos la siguen desmereciendo, revela un refinamiento y una sensibilidad, en personajes defendiendo lo más íntimo y suyo, capaces de enfrentarse a todos  con un brutal instinto de supervivencia.