LA INES DE PUENTE VIEJO / EL ROSTRO DEL ALMA

ACTORES DE LA TARDE:

FARIBA SHEIKHAN, CARMEN ARÉVALO, ADELFA CALVO, MARIBEL RIPOLL, SELU NIETO E IVÁN MONTES.

Secuencia final que ha impactado por la presencia en estos planos de Fariba Sheikhan, como el duelo dialéctico en el "Colmado" y lo consustancial en el contenido metafísico de la papirotes de un genial "Hipólito" hacia un simple y poco ilustrado "Matías" que lo ve todo muy raro en el hijo chaveta pero culto de los "Mirañar". Por cierto los desprecio de "Aurora" hacia "Conrado" y lo que le irrita están ya despellejando al muerto para robarle la piel y la musculatura para dejarlo con los huesos casi a la vista, en huesecitos picados. Ya presenta Ruben el rigor mortis, interpreta sin ganas o convicción y es el final. Estos dos personajes, con el pitiminí del medicucho, están vistos para reciclarlos y hacerlos ecológicos. ¡Una grandísima pena!

Hoy Fariba es la chica que mejor representa lo que es la pena de amor, los infortunios de la pobreza, la honra zaherida y la deuda que la verdad oculta. La llegada de "Bosco", intempestiva ha sido un apoyo para que Fariba nos regaló momentos con una faz luminaria por la sorpresa, algo como una tea en medio de algo tan rutinario y perverso como la vida de amores tramposos en la "Casona".

Precioso momento de desdicha para dos amantes que viven en la ignorancia sobre la realidad manipulada y que tanto daño les ha hecho. Un amor encontrado y enfrentado esta tarde de sorpresa y que, tropiezo tras tropiezo, nunca les llevo a sentir el abrazo duradero, dar rienda suelta a sus sentimientos, separados por la maldad de una cacique y por las rigideces del protocolo racista.

Momento convencional y estereotipo de melodrama clásico en un culebrón de lujo con tintes sociales. Con una Fariba que esta tarde ha trabajado desde un punto de apoyo físico, en el cual todo su rostro era una maravillosa expresión de espejo de su lado emocional, roto por la incomprensible situación de la ruptura. Con un tonto "Bosco" que crearon a Frankenstein que ya nadie puede parar por bruto y tarado. Y ha sido una secuencia en la que "Ines"que ha enriquecido al resto de los personajes.

Sentimentalismo de lo cotidiano, emoción que es lo que  aveces le falta al serial y una brillante actriz que impregna de realismo por su amor de madre y amante que no olvida a su antiguo amor. Y algo que trasluce una de las filosofías de Charlie Chaplin, aquello que en muchos filmes planteó: que los hombres y mujeres son buenos pero viven apartados e incomprendidos porque les robaron la verdad y cuyo pecado solo es la ceguera y como el ignorante condena a quien ni conoce por lo que ha pasado ("Bosco") y la mujer sabia se apiada de lo que acaba de reencontrar ("Ines"). Esto se verá más ampliado en el capítulo de mañana donde Ortiz lo hace tan bien que parece de verdad, su brutalidad y torpeza.

Maravillosa Fariba que nos enamora como una chica de Chaplin, aquello que era "Quintina" y que terminó causando una decepción profunda (aun se le llama golfa en la serie y es una innombrable). Fariba es como otra actriz diferente a las muy horteras y habituales que se visten de transparencias y de prestado, con de Dior o Gabana, para lucir el pompis o el escote y poner una ordinaria sonrisa que te muerdo, como Megan o Mariam Bachir. Fariba es una trabajadora de la profesión, no una showman alocada, que atesora lo mejor que puede ofrecer una mujer y una interpretación: la capacidad de hacernos soñar. A partir de una progresión geométrica poética y personal, nos hará viajar, entre este capítulo y en el de mañana, desde un laberinto de la vida transfuga hasta donde se encuentra el sustrato más importante de nuestra vida: lo más profundo donde se encuentra la pasión y la capacidad de hipnosis para fascinar y mostrar el alma a través de la tele.

Gran momento, demoledor, de impecable realización, duelo dialéctico a mitad de sangre entre esos valores rebuscados de una ordinaria rigurosidad burguesa: momento cruel, racista (momento impresionante cuando repele tocar la mano de la consuegra), experto muestreo de la psicología de dos clases sociales, de los valores humanos y sencillos de una y de la ficción de otra muy rebuscada e hipócrita, contra cuya hipocresía arremete con ironía pero con la escopeta cargada, la serie esta tarde. Se hace más daño a la clase burguesa mostrandole el desprecio de un hijo que con las insinuaciones que marcan calidades de vida y se burlan de la pobreza con las que, esta clase adinerada, arremete contra la pobreza que ellos mismos han generado.

THE YOUNG ONES

Son los jóvenes y, los dos, Ivan Montes y Selu Nieto, se lo gana  con muchísima ilusión. Llegarán lejos porque tiene algo que les falta a otros que han pisado la serie: Fe e ilusión. Ello es demoledor, nadie les podrá parar. Detrás de Selu está para lo que nació realmente, para caricaturizar la vida, dando los más variopintos realces. Selu es el mejor porque cree en ello e Iván es bueno, aun siendo un niño, porque trabaja con gran convicción una profesión en la que cree y desea hacerlo muy bien. Ya lo dije me recuerda mucho a aquel actor de doblaje, Eugenio Domingo, que era todo nobleza, candor  y pasión.

Yo estoy harto de promesas que se las lleva el viento de la veleta. Esta tarde el dialogo entre ambos, apoyado Iván en el gran Selu, sobre la papiroflexia nos transmite su pasión por la comedia y su humor sorprendentemente intelectual que muestra la lucidez de los locos ante un "Matías" más simple y que no comprende nada de consustancial del alma ni de terapias de relax, sino sólo de algo tan sencillo y banal como es un papirote que es haciendo o sea un monigote de papel. La felicidad está en ello y la desgracia nos trae el pensar y fundamentar la estructura de la verdad y el sentido de la vida y el fin del ser. Y "Matías" no comprende sobre experimentos mentales que un aburrido y desengañado "Hipólito" realiza sobre lo que no se puede experimentar por los sentidos.