ACTORES:
MARÍA BOUZAS Y ARIADNA GAYA
Flojísimo capítulo que me da mucha pena ver tan apagadito y repetitivo mi serial. Esperando esa secuencia en la que "Inés" da de mamar a su chiquitín que ella ignora se trata de su hijo. Secuencia maravillosa de la que hemos tenido un adelanto esta tarde así como de la doble vida de "Nicolás", otro embaucador y una historia de amor urdida entre secretos y trampas, secuencias que llegan y esperamos ver con atención.
Hoy, sí a destacar ese momento de la visita del médico y enfermera a la "Casona". Y sobre todo por la presencia imperiosa y asustada de María Bouzas que se ha merendado a todos en la secuencia. Pero además de su interpretación, Megan Montaner, sobrevolaba en el aire en dos momentos de la tarde (en este y en la reunión de mujeres en el "Jaral"), aquel su primigenio espíritu curativo y de sanación de aquella inolvidable "Partera", una Megan que ya es historia y de la cual, como ocurre siempre en todos los ídolos televisivos, salvo en los más grandes que atraviesan el tiempo, no se apaga su recuerdo en cuanto ya no se le ve en la serie; pero seguimos viviendo de añoranzas en esta serie, lo que ya nunca más volverá a ser. Una llamada a los remedios caseros, a las plantas, a la leche de burra, en todas sus variantes para salvar la tarde, desde la vertiente romántica hasta la más hiriente acidez de la "Doña" y que provoca ese enfrentamiento entre estas dos protagonistas, lo más destacado del capítulo.
Cruda realidad que intenta asustada evitar "Francisca" (los tres lunares) desde la sencillez de un dramatismo que manifiestan sus ojos. Aunque la historia hoy ha sido para menos sí ha merecido el lujazo de la interpretación de María. Donde una vez más ha demostrado que hay malos y víctimas. Secretos y trapisondas. Engaños y manipulación. A ello ha contribuido una vez más esos primeros planos de María Bouzas que nos hablaban de un maldad encerrada que se puede descubrir. Sus ojos mortíferos estaban encandilando a la cámara. Su mascara ha sido hoy de un hieratismo atronador, casi en peligro de que se la quitaran. Mujer sin escrúpulos ha tenido hoy un duelo con "Aurora" casi sanguinario, donde la maldad de haber robado un niño y entregado a la manipulación ha creado un clímax de perversión sencillo pero cruel. Me ha dado escalofríos como se había apropiado de una criatura y temía ser descubierta, además de esa otra gran verdad que subyace en el personaje de "Bosco".
Genialidad de hacer e interpretar televisión, grandeza que vemos casi sólo en María Bouzas, de entre todos los seriales que se proyectan en la actualidad. Mérito además porque María rueda hasta nueve secuencias por día. Y aprovecho hoy para destacar que la dirección siempre saca el máximo provecho de ella, creando ese justo encuentro entre ese efecto dramático que lleva adelante todos los días, la actriz, y la majestuosa profundidad de su autoridad y soberbia entre tanto lacayo.
ACTORES DE LA TARDE:
IVÁN MONTES Y ENRIC
Viendo el capítulo, observo las ganas enormes de trabajar y la ilusión que pone Ivan cada tarde. Ello le han hecho darnos cada día una perspectiva de su personaje más interesante. Consigue, cuando sale en escena, cautivarnos un poco más en cada uno de los capítulos. Prestamos atención y cuando se ilusiona con lo visto en el cine, sobresale a todos los demás. No parpadeamos y parece un pequeño sabio de la oratoria, un filósofo de la existencia, un inocente con las manos limpias a pesar de su vida pasada y penada, y un gran niño que es el mejor hijo que podían tener "Emilia y Alfonso". Me recuerda en el arrojo e ilusión, incluso en el físico, a aquel actor del cine ("Camino cortado" o aquel "Nuestra Señora de Fátima") y doblaje (que fue la primera voz en el Estado de Jerry Lewis y la de Robert Blake), me evoca a Eugenio Domingo; aquel actor que terminó en la restauración, creando un afamado restaurante en Barcelona y que falleció a comienzos de los 90.
Enric volverá próximamente a rodar. Dos meses después. Hasta finales de abril, no le veremos. Se despide patidifuso el hombre, pensando puede ser atragantado por una boda o mordido por un tigre y descuartizado por una pantera. Se va allá donde Emilio Salgari, en sus junglares, hiciera pelear bravamente al justiciero "Sandokan". Don Emilo, que tan bien describiera a aquellos hombres de pelo negro y rizado que caía sobre su espalda, que vestían casacas de sedas verdes y botonadura de oro, que lucían fajas de las que colgaban cimitarras magníficas y bien templadas y en cuyas empuñaduras estaban incrustadas de diamantes y rubíes. Héroes valientes y generosos, inolvidables y que también temían a la naturaleza y las fieras. "Jaimitada" con plumas en el final de esta época de Enric.
DEDICADO A LA RADIO EN SU DÍA
No hay comentarios:
Publicar un comentario