José Ignacio Salazar Carlos de Vergara: LA DISCRETA ENAMORADA

SALUDO DE MARIO ZORRILLA

SALUDO PERSONAL.

http://www.ivoox.com/saludo-este-dia-pascua-audios-mp3_rf_4306794_1.html

ACTORES DE LA TARDE

FARIBA SHEIKHAN, ARIADNA GAYA, AÍDA FLIX, CARMEN ARÉVALO Y FRANCISCO ORTÍZ. Y UN HOMENAJE A SANDRA CERVERA Y ALEJANDRA ONIEVA.

Siempre he defendido estos pequeños momentos como este de la tarde del jueves, que son apacibles, están repletos de intención, muy bien interpretados, sencillos y que resultan deliciosos y de goce y capricho; antes que otros con mayores exabruptos amorosos o provocadoramente criminales. Me gusta este registro calmo y que conlleva envuelta una ternura de gratificante. Discreción e intimidad en el alma de una mujer que no puede evitar sonreír complicemente ante su amado pero que queda como un tesoro en su corazón, para ella ("Inés") y para los espectadores que la siguen.

No se que final habrán preparado para Fariba pero con este portento de presencia diaria, mal sabor de boca nos van a dejar sin duda alguna. Secuencia esta, entre "Inés" y "Aurora" enormemente inteligente, donde más que verse, se sugiere lo que subyace en la relación entre "Bosco e Inés" a través de los ojos y mirada al epicentro del asuntillo: que están enamorados y lo sabe "Aurora" ya. Y momento que huye del reproche o sensacionalismo (en realidad todo el amor entre ellos, salvo en la erupción sexual primeriza) a pesar de la dureza de una historia que no se por qué me sugiere que acabará con ellos tres: "Inés", "Amalia" y "Bosco".

¡Qué bonita ha estado Fariba en la tarde del jueves! Encantadora, alegre porque su amor la busca y se siente celoso (aunque el guión disecciona con mucho acierto el estar poseído por celos del estar enamorado, que no tienen por qué ser sinónimos), una "Inés" un algo confiada y de mirada picarona, mostrando unos registros tan personales como variados en cuanto sus sensaciones del alma mostrando el absoluto del amor, que lo gana y lo pierde todo aunque se puede reencontrar. Revolviendo sobre el pasado y reencontrando una vía de súbita intimidad que se sella con un beso apasionado chocándose un rostro engreído, duro y furioso (el de "Bosco") con el maravilloso y dulce y cariñoso de "Inés". Secuencia de exquisitez en cada pequeño y amable detalle con toques inquietantes sobre la presencia e intenciones de una "Amalia" a la que le queda poco tiempo, ello se masca ya.

Momento romántico de manual de televisión pero con un toque de exquisitez y prudente dosis de celos, fresco y apasionadamente entretenido. Es una gozada esa complicidad que nos propone el director de seguir un reencuentro de enamorados que tendrá su vuelta y cuyas apariencias seguirán estando marcadas por los arcanos de la infelicidad. Pero antes de nada es un momento muy grato de seguir, de frescura a la que contribuye una chica que con Alejandra Onieva y Sandra Cervera saben hacer de maduras desde su corta edad. Algo muy complicado y que requiere grandes dotes de intuición y un discreto encanto camaleón que le viene a uno de nacimiento.

Creo que el principal valor de esta secuencia ha sido la interpretación de los actores. En ella se dan ingredientes de un cine de teenagers, de comedia romántica muy agradable que se repiten mucho y que es difícil de innovar. El recíproco amor a primera vista pero separado por una malentendido, la reconquista del mismo, el enredo basado en una confusión forzada por un ser maligno (algo que es muy recurrente en ESDPV y que me gusta y que forma parte de tanto secreto que ahoga a los enamorados), y un posible final también que nos dejará sin mieles y con hieles. Por cierto el camino de "Amalia" que intenta suicidarse es casi vidente de lo que llega en los pocos meses siguientes. Sin embargo y aunque todo esto haga sufrir a los espectadores en gran número y suene a reconociblemente recurrido, ese humor con el que se vio este momento y la interpretación de los actores (a excepción de "Bosco" que es más siempre "Richard the Third" que el animalejo apaleado por "Silverio") lo salvan y lo hacen delicioso. Están muy bien y la trama rezuma una elegante simplicidad aunque muestra ya ese colmillo de mordedura y tiene ese su nada sorprendente tufillo a tragedia. Y sobre todo son momentos, los que muestran a "Bosco", "Aurora" e "Inés", que muestran ya un cierto igualitarismo entre clases que llegaban al poder y reparto de la riqueza en aquel entonces. Un rasero plebeyizante en el que también las relaciones sexuales y amorosas entre criados y señores tenían ese descaro ya de manifestarse en un trato de "tu a tu". Que tornaba ordinarias y nada protocolarias las relaciones humanas. Aunque seguían las élites, ya no se hacía tanta gala ni se exigía guardar tanta compostura sobre la pertenencia y compostura ante la misma.

Si muchos vieran con otros ojos este maravilloso serial se toparían con la historia nuestra y con nuestra idiosincrasia. Ahora que se valora en ese magnífica serie "El ministerio del tiempo" lo que hace por el conocimiento de la historia, mucho más y antes lo viene realizando, no en cinco capítulos, sino en 1.000: ESDPV. Sobre todo mostrarnos una sociedad sometida y sojuzgada (ya desde la presencia combativa de "La Partera" y con unos valores aristocráticos que nunca se derrumbaron por una revolución (así nos va), alrededor de los cuales el país se quebraba pero mostrando siempre el guión y la sabia dirección ese sentido profundo por la hegemonía del amor que perdura siempre en una sociedad, aunque sea la española gobernada desde siempre por corruptos y tiranos. Y por ello ESDPV gusta a tod@s porque tiene política, drama, sociología y como muestra elegante y elitista película de amor trágico.

Secuencia muy bien estructurada por el director Pablo Guerrero, que resulta de comedia fresca y entretenida ya que no siempre ESDPV lo logra sino que resultan algunas secuencias un peñazo. Momento que invita ala complicidad risueña con las ilusiones que brotan en "Inés" cuando todo ya era confuso y parecía acabado.

LA GRAN CARMEN ARÉVALO.

Aunque hay actores en ESDPV que son blandos y flojitos en momentos, ella, aunque actúe sólo en dos minutos, está grande siempre. Lo demostró el jueves, le sobró más tiempo, sintetizando horas de palique con tres miradas, dos registros sonoros y mucha escuela detrás. Impresiona por su manera de mirar y jugar con los sentimientos, de manipular a su hijo, de tramar y conseguir lo inalcanzable (tiene mucho del papel y registros de María Bouzas) es ese retrato insano pero atractivo que saben darle con fuerza pero en su justa mediad, las grandes de la televisión con ese su rostro de maldad dulcificada y de cambio de piel según la ocasión, frío, estoicos, malvados o crueles siempre. Y por cierto, otro de los atractivos de la serie es ese progresismo, aunque se muestre como una añoranza, en el planteamiento de un humanismo liberal (tan confundido en España por culpa del caciquismo), rechazo del autoritarismo y de las ambiciones desmedidas. Y lo que menos me gusta es ese público feroz, precisamente por esa intolerancia y heredado por la falta de cultura, que sólo se admite con lo que desarrolla en mi contexto de máximo interés y con los pinreles o bigudí de mi actor o actriz, que todo lo demás les resulta dañino e inaceptable, creando un acoso cruel y dañino por la envidia y el ego propio, contra otras valoraciones del serial que se dan. Llegando ya a insultar a todo quisqui. Eso es lo que menos me agrada.