EL VIEJO LOCAL DE ENFRENTE

ACTORES DE LA TARDE:

                  JOSÉ ANTONIO SAYAGUÉS Y JUANMA LARA.

CON:    MANUEL VAQUEIRO, JUNIO VALVERDE, ITZIAR MIRANDA Y CLAUDIA FERROL.

Balbuceos de la serie en este capítulo. Presentación de personajes y se van constituyendo las tramas. Pero el capítulo, flojito. Algunos tramas son ya potentes, otras andan muy en mantillas y las hay que están muy inmaduras aún y ya veremos. No adelantemos acontecimientos pero la de la peluquería no creo vaya a sustituir a la de la droguería "Blasco", ni por los actores o interés. Y se nota la ausencia de Pepón; Anabel, que sale poco; Juanjo Artero; toda la trama del "Café Reyes"; Fernando Vaquero; Javier Hernández y por supuesto a Óscar Ladoire y Nuria Gago. Y Lola Herrera empezó muy bien y anda casi desaparecida en combate. Teniendo esta tarde mucho protagonismo "El Salón" que no acaba de convencerme como os decía. Es pronto pero hoy ha decaído algo la serie.

Por no hablar de la ausencia de Luis Bermejo, con ese su personaje auténtico de sueños y derrota así como de Andrea Duro que estuvo descomunal desde el primer día. Y a los dos Älex se les echa mucho en falta de igual modo. Con todo esto quiero decir que, a muchos de los llegados, les a costar hacerse de querer y dar el interés de aquellos que fueron hasta hace cuatro días, por lo que veo.

Esta tarde, para mí, la de la impresionante violencia en casa del "Sargento Perona" ha superado a todas, conjuntamente con esa de la añoranza del viejo local de enfrente, en boca de "Pelayo" y las contradicciones ideológicas del mismo, es lo que más me ha gustado.

Para mí, Toni Cantó sigue estando correcto pero no me da ese punto de inspiración poética y sugerencia mítica de un Juanjo Artero o incluso de aquel paternal y severo Daniel Freire/"Aquilino".

Y resulta que a muchos no les gusta la violencia que se ha establecido como dialéctica en el cuartel y yo creo que es de lo mejor. Que a diferencia de otros momentos, da autenticidad y rebelión en un complicado cuerpo militar, donde se lucen Junio Valverde y Juanma Lara y Claudia Ferrol/"Ignacia". He recibido quejas por la violencia de las imágenes pero tanto estas secuencias y las de los maquis, con la eterna filosofía comunistoide de "Pelayo" y la dulzura de los recuerdos que le hacen ser un romántico empedernido y un anciano soñador de otro país que nunca llegó a ser, son de lo mejor en este comienzo.

Dan momentos poderosos a estas intrincadas y vengativas tramas marcadas por la tragedia y la opresión a los inocentes. Momentos criminales, adustos, de Régimen fascista y que tiene esos contrapuntos románticos de un "Guillermo" amante de la música y de guardia sensible.

Una señora me decía que soy un pretencioso al titular ayer lo de "La verdad sobre España". Pero es que esa es la verdad. Un Régimen militar dirigido por serviles a Franco, de robustas ideas totalitarias, hombres de pelo en pecho atiborrados de alcohol, maltratadores de sus familias, torturadores de pobres presos y que te limpiaban la chaqueta si olías a poeta o intelectual. Y la verdad sobre los maquis, cuyos soldados eran gente noble movida por ideales y que padecieron de soledad y cautiverio sin que muchos se acordaran de ellos, mientras muchos acomodados militares se bebían todo el vino del mundo y no rascaban bola al pesebre del Franco, amando más que nadie a España desde una botella solitaria y deshaciéndose en halagos al Dictador a su lumbre y nómina. Yo no creo que soy pretencioso, otros sí que han falsificado la historia; no así este honesto serial. Comprendo que jode escuchar la verdad; no la mía, la que canta nuestro pasado y así nos va.

.

Y ese puntazo nostálgico de "Pelayo" rememorando al viejo local (al estilo de John Ford) donde hoy se inauguraba este lugar de belleza, que ha sido un fascinante momento, muy sencillo pero precioso, enmarcado entre el costumbrismo más castizo y la mentalidad más romanticona de un rojo resentido pero que ha transmitido una sensación de naturalidad y nostalgia cirrótica.

Y ese otro más que puntazo donde le "agarra"  "Manolita" sagazmente a este "Pelayo" de ideas comunistas  combinadas con la de un burgués pro-revolucionario, cuando le invalida aquella su fanática oposición a que su nieta fuera monja (aunque era su decisión) porque podía ser absorbida por el clero, y ahora sí que está bien tome otra decisión porque a él le gusta. Típico de los progres de todas épocas, que es bueno lo que ellos comparten y malo lo que se les discrepa.