UN EXTRAÑO EN MI VIDA

ACTRIZ DE LA TARDE CON TODOS LOS HONORES:  SANDRA CERVERA.

CON:        FERNANDO CORONADO

En ESDPV aún quedan cosas serias por contar y personas competentes como Sandra Cervera.
Hoy se lo ha ganado. Debiera de haber un Goya para premiar la mejor interpretación televisiva del año. Se lo debieran de dar a esta enorme actriz que se lo trabaja mucho. Empresaria, cantante, actriz de cine, teatro y televisión; esta valenciana de treinta años que representa en ESDPV la memoria histórica de aquellos días felices y agridulces de antaño y, con María Bouzas tras la partida de Megan, es la antítesis del "mal" y la reserva de dignidad y la amiga que uno desearía tener en ese pueblo. No es una actriz deslumbrante, alguien que no quiero citar, en cierta ocasión, me la definió como "corrientita" y que como ella había tropecientas. En absoluto. Ha sabido sacar un provecho enorme de su vocación y belleza. Muy trabajadora (yo le vi ensayar en cierto día y enseguida me dí cuenta que si tuviera que contratar a alguien, por cualidad y entrega, lo haría a ella. Allá donde trabaje, nunca defraudará. Es abnegada y perfeccionista en su trabajo hasta grados que les sorprenderían a ustedes. Ha sabido, en ESDPV, transformar todos los melodramas que le circundan, a ella misma incluida, en una delicada caricia hacia esos corazones rotos que vemos diariamente en la serie.

En cierta ocasión, en una entrevista que le hice al actor de doblaje desaparecido ya: Don Félix Acaso, él mismo, me dio la clave del éxito: no creérselo; trabajar, saber de las limitaciones y superarse siempre. Adaptarse y sobrevivir. Genios, no existen; trabajadores que pelean como nadie, muchos y entre ellos Sandra. Hoy ha estado inmensa. Félix Acaso no tenía la mejor voz del doblaje, pero aquel David Niven, en su versión castellana, fue un natural y Félix un fantástico actor que entendió el arte de colocar el sonido  a unos personajes que deambulan por la pantalla, adaptándose interpretativamente de modo perfecto con su voz.  Y Sandra no es sólo una belleza, es una buena actriz que se adecua al papel para hacerlo creíble, que conoce sus limitaciones y capacidad, es prudente. Ella destella interpretando, no le hace falta ser un icono escultural y nada más.

Tarde excelsa en esta primera secuencia, donde en esos matrimonios heridos ya por el paso del tiempo, todo son reproches, pero también mentiras y hay culpables. Lo que ha hecho "Alfonso" no se justifica porque en su mujer sólo encuentra a una amargada. Es un ser herido; lo que ocurre es que "Alfonso" siempre ha sido un tarugo "Castañeda", mas bruto que un rinoceronte; es que incluso, el mismo actor, es desagradable, tosco y árido. En esa familia, salvo "Mariana" que es un ángel y "Prado" que es inocencia, los demás, incluida "Rosario", menudas joyas de hojalata. Para darles de comer aparte. El que no es un absoluto bruto, es un gangster, chulo putas o mercenario. Y por cierto siguen sin colocar la peluca de "Rosario" en paralelaje con su cabeza. ¡Es penoso!

Tiene toda la razón "Emilia". Su "Alfonso" es un cabrón. Ella ha ido envejeciendo al socaire de este tipo raro que, como conté un día, parece que va a soltarte una "galleta" cuando menos lo esperes. Aparte de ser otro alcahuete. Él se acuesta con "Hortensia" porque le va la marcha y que no se haga el digno porque, en este caso, la víctima es una mujer noble y entregada.

La secuencia soberbia del enfrentamiento de los dos, explica el vacío de una mujer cuando descubre que no conoce a ese hombre con el que ha vivido tantos años. Que es un extraño caradura en su vida.

"Alfonso", tras su fingida cara de cordero degollado,  viene con arrogancia perruna después de brindar por "tirarse" a "Hortensia". Mientras que "Emilia", en su cabreo, ha expresado toda una reflexión sobre el embuste de su marido, el amor fiel de ella, con ese talento especial que tiene Sandra para retratar tanta complejidad de sentimientos que se muestran cuando te enteras que tu marido te ha puesto los cuernos y te encuentras desesperada. Y por supuesto, en el guión como manda, y en la escenificación, se merienda a "Alfonso" y a "Fernando Coronado" que con el tiempo que lleva no sobresale mucho; es hierático y se ha apoltronado en ese rictus de fingido visitante de velorios y no hay quien le saque de ahí.

Después de esta secuencia no es necesario que Sandra nos diga lo que sufre, sueña, piensa o quiere; lo dice con sus miradas, con sus expresiones manejando todo tipo de registros; esta tarde nos ha hecho partícipe de su gran drama, sumergiéndonos en su dolor y absoluta incomprensibilidad sobre lo ocurrido. Sandra es inteligencia, ternura y pasión en estado puro. Y es el personaje más limpio de ESDPV, con Selu, Marta Tomasa y Carlota en sus respectivos papeles. Y como lo era "Inés" uno de los personajes más espirituales e incomprensiblemente apartados por muerte inaplazable.

Esta escena nos ha quedado dentro y no la olvidamos. Y además en medio de sus convulsiones y reproches, de su interrogatorio, ,"Emilia" estaba elegante y mantenía su dignidad.

NUESTRAS COMPAÑERAS EN EL FESTIVAL:
ESTHER, JULY Y NURIA