EL MAL FARIO

ACTOR DE LA TARDE:  SELU NIETO 

Parece que en Puente Viejo algo de mal fario ha dado la espalda a sus habitantes. Un capítulo precioso donde destaca el inicio, continuación aventurera de lo comentado ayer y la interpretación y el rol que le ha tocado a Selu Nieto que, salvo las payasadas de las raquetas (sin gracia o fuste), ha sido quien ha llevado la tarde. Continuando con su otra expresividad, como André Bourvil tan querido aquí en Francia, un ceremonioso "Hipólito" y nada pamplinas, seguro de su actuación oficial, de honda pesadumbre dramática y como buen vecino, además de Alcalde en funciones, condolido con sus gentes y solidario con las mismas aunque tenga que cumplir las órdenes de los estamentos superiores al Ayuntamiento.

Un clima de sordidez en una tarde donde la trama ha acoplado la virtud de representar una fría atmósfera, creando un desconcierto y desasosiego en aquel pueblo algunas veces apacible, descorazonador momento que narra unas oscuras historias, con tinte catastrófico, de sombría factura. Con una maravilloso Selu que es el anfitrión de unos conflictos dramáticos y que, en sus nuevos registros, aparta magistralmente lo emocional de lo oficioso; momento bizarro de televisión de los 60.

Por cierto en el adelanto de la tarde parece le proponen un viaje  a Australia a Nicolás. espero que no suponga que dejan la serie Carlota y Alejandro. No me extrañaría nada porque les están dejando sin papel y cuando salen, hacen lo que pueden pero están arrinconados casi a la honorable categoría de figurantes. ¡Es inaudito! No conozco un serial donde una muy buena actriz de caché, veterana ya y asidua en las tramas con interés, la hayan inexplicablemente relegado a la nada sin sustancia casi como por compasión. Muchos llevan esperando la resurrección de "Mariana" pero no llega. Parece como si su tiempo se ha pasado sin saber por qué dramáticamente; se ha borrado a un personaje potente, activo e identificable para casi deambular como espectro sin sustancia de lo que fue,  etéreamente como si tal cosa. Yo alucino. Aunque a  muchos de sus  fans les debe encantar porque nadie dice nada sino seguir babeando cuando esta actriz destronada coloca una foto. En parte yo he perdido mucho interés porque me han dejado sin los mejores; o se me han muerto o casi se han quedado incorpóreos sin esencia o trascendencia presumibles.

Y el abuso de los "Flashback" es muy molesto; no viene a cuento; lejos de aclarar entorpece y despista mientras altera la secuencia y rompe la cronología de la historia.

Por lo demás, lo que me ha gustado esta tarde es ese halo de fatalidad narrado al estilo " Ciudadano Kane" por ese personaje que asume el protagonismo en tales circunstancias, narrando con su presencia los acontecimientos: "Hipólito". Un drama que se cierne en desgracia y casi en maleficio por ese luctuoso pueblo que siempre llora por alguien o pena por algo. Miseria, drama y mala racha le han tocado ahora al lugar. Unos momentos preciosos que muestran lo desgraciadas que eran antes las gentes de generaciones pasadas en temas familiares y sociales.

Capítulo que ha sabido mostrar una atmósfera enrarecida y asfixiante con personajes cotidianos y situaciones dramáticas, de gran capacidad expresiva. Donde yo incluiría (sin que esté en el guión) entre los desaparecidos del pueblo a Carlota Baró, en el sentido más amplio y con más mala leche de la expresión.

Un capítulo excelente que se ha movido entre lo turbulento y lo negro, con una loable turbadora manera de presentar la fatalidad, la sutilidad y elegancia de Selu y la inquietante manera de mostrar en imágenes la fatalidad y la desventura.

Es un poco de Serie B (como la secuencia comentada ayer) pero que tanto gusta, casi de programa doble de cine cuando se proyectaba con carbones y celuloide inflamable, de cuando la lámpara del cinemáscope se dividía en dos partes y de cuando el haz de luz del proyector era blanco y los colores naturales y sorprendentes. Momentos entretenidos que no desdeñaban estar, como sus personajes muy bien construidos, la inquietud se debía a un maleficio y parecía real

Un capítulo fantástico, que con pocos medios ha entrelazado tramas intensas, muy interesantes en su momento y conjunto y que nos ha mantenido en tensión durante todo el capítulo. Eso es la buena televisión, con pocos presupuestos se hacen (como el neorrealismo italiano era capaz de trasladar arte  del mejor en una trapería), con una buena dirección y una coral de actores se tensiona al espectador y así se hace una muy buena televisión que resucita las Series B, dignificandolas. Eso era la televisión y es el cine.