UN PELELE SE VA

ACTORES: 
MARÍA BOUZAS Y RAMÓN IBARRA.

Una demoledora escena. Una mano que acaricia con cariño volcánico y un adiós después. ¡Bien!
Otro bendito que era "Raimundo", noble de corazón que parece no caber en ese pueblo de maldad, delincuentes  e idiotas. Lo bueno que fluye del corazón de este pelele que, viendo en el pozo en el que se ha sumergido con esta mujer veneno, da cuenta de la decepción romántica que sufre este nihilista, liberal y nostálgica persona muy bien interpretado por Ramón Ibarra. La pureza de su alma, su candidez, su nobleza que quedan heridas por los intereses creados y la crueldad de una mujer que no se fía ni se casa con nadie. Un personaje muy de la literatura española del 98. Magnífico "Raimundo" que se mueve entre lo sublime, la candidez y la derrota tan manifiestamente tratada en toda su vida, en ESDPV. Son aquellos personajes grandes que, en su día, hablaban de sí mismos y de la derrota de un país.

Ha decidido irse. Muy bien captada la atmósfera de la supuesta partida y el desgarro emocional que ya ha dicho NO a tanta mentira, con una interpretación de los dos que conmueve (María Bouzas está inmensa), dos interpretaciones que te atrapan y llegan a emocionar, sobre todo es bondad y entrega de "Raimundo", bondadoso y humilde que parece un pobrecito y que es el hombre del que cualquier mujer madura se enamoraría porque es buena gente y leal complice y mejor compañero. Su densa historia de amor con "Francisca" es una cadena de traiciones porque, la verdad, la "Doña" está mal de la cabeza. Yo así lo veo. Y "Raimundo" se siente engañado y asqueado de tanta felonía en tantos años de densidad y complicación amorosas, de puñaladas largas y desesperantes, Momentos potentes visualmente y de enjundia existencial rota.

María ha estado inmensa, casi nos creemos es una mujer su "Francisca" desesperada porque a su personaje le abandona su pelele. Un testimonio inenarrable de la mentira en una cacique, con mucha atención a los detalles del embuste que sugieren simbólicamente lo que es una relación basada en el engaño y en el interés. Donde se desgrana con en un espejo morboso, la dominación de una mujer enferma de poder hacia un bendito que lo da todo por ella y que reconoció de igual modo su culpa por haberla dejado en tu tiempo de juventud. Ha habido tantas sugerencias en la secuencia que me han dejado boquiabierto. Y tanta vanidad, mentira, convencionalismo  y artificiosidad en la mujer que dan caché a la secuencia.

Ayer vi en los Premios Iris de la televisión una ausencia clamorosa de esta veterana serie. Ignoro si es la propia productora quien presenta actores y series y que obvia ESDPV o es que existe tanta desgana ya que nadie cree en el producto. Ví una parodia de "Acacias" y me pareció lamentable con actores pésimos y es triste que esta serie de ESDPV que tiene actrices como Bouzas, Cervera o Selu Nieto, con directores estupendos como Pablo Guerrero, no se jame un rosco. La verdad es que siempre he creído que el boato de Italia y el abandono en España en la promoción, me ha parecido un error. Incluso, anoche, ante tanto premio a "Isabel" y la ausencia de la Jenner, la presentadora dijo algo sensato y real: que Michelle tiene tantos premios que ya ni los recoge. Incluso la Jenner no dió una explicación del por qué no estaba allí, sólo  un acartonado agradecimiento cortes sin más. Otra cría que tiene mucho que aprender aún.

Por lo demás, la serie en su inercia y sin más inspiración. El capítulo de hoy, salvo lo comentado, sin mayor relieve. Y la historia de "Berta", entre los guionistas y Ortíz, nos quitan de la boca ese revulsivo amoroso que necesitamos. El que se tiene que ir es "Bosco" y que se quede "Berta". No me termino de creer la trama de "Sol" y el médico no me la termino de creer. No da pasión, es púramente recitativa. Y menos mal que aún quedan resuellos fragantes y espiritosos de amores que nunca terminan de apagarse, como los de "Francisca" y "Raimundo". O sea que vivimos de rentas. No quiero ser mal pensado, pero desde que "Acacias" está en antena, la calidad de ESDPV ha descendido notablemente, aunque mantenga cotas excelentes de audiencia. No se puede dejar a un producto a su inercia y de rentas alcanzadas, olvidarlo por otro, porque al final es cada día más melancólico ESDPV.