LA PRIGIONIA DI MARIA CASTAÑEDA / GRANDE CAPITOLO

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In Memoria di un tempo e di un perduto amici!!!!

Con grande tristezza hanno finito così male

Una denuncia a aquella gruesa injusticia machista de aquellos tristes años españoles donde, un marido sin escrúpulos, podía mandar a prisión a su esposa con una sola denuncia. Sin pruebas. Porque lo dice él. La fealdad y la vulgaridad de la clase arribista hoy en acción, en PV. La casta más reaccionaria que ha tenido este país y que no nos ha traído sino desgracias y multitud de enfrentamientos, que provocó la guerra y que, mediante la delación y el crimen, se encaramó sobre los demás, pisándoles. Toda la fealdad y vulgaridad de esta clase media, satanizada mediante la repulsión que provoca en una población víctima de sus crueldades y maquinaciones.

Un aspecto que me ha interesado mucho, envuelto en ese cautiverio de una mujer por amar a su amor y despreciar a un putero violador, cojitranco  y borrachuzo.

Un arranque en la "Casona" impecable, con un sereno ritmo impuesto por "María". Perfecta duración de la secuencia y la angustia y el drama están servidos. Los personajes que aparecen en torno a "María" en el penal: "Emilia", "Alfonso", "Mariana", "Aurora", así como "Martín", incapacitado para poder acudir en auxilio, dan al capítulo un aire de fatalidad, impregnando una profunda tristeza. Un trámite que así comienza y algo que dura ya más de lo previsto, continua en el penal sin saber a qué atenerse. Si en otro tiempo era delicioso dejarse deslizar por este adulterio merecido, por aquellas locas aventuras de una época de amor para los protagonistas, acción y romance, sin sentir algún remordimiento, hoy, llega la contrapartida en una afilada daga sarracena. La felicidad, en España, no sé cómo se las arreglan, siempre, un hijo de su madre, acaba en el depósito por envidia y maldad.

Nos ha descrito una breve estancia entre rejas, pequeños momentos de una angustia que ha durado toda una noche con su día, entre sus siniestros barrotes, pero en un modo duro y cruel de presentar en pocos minutos la realidad de la cárcel sin estereotipos. Capítulo marcado por las buenas interpretaciones femeninas, a la cabeza Loreto y muy impulsiva Carlota Baró. "Mariana que ha sido puro nervio y esculpía en su rostro la revancha, poco papel para esta grandísima actriz pero que tomaba el pulso exaltado hasta casi el límite de sus recursos interpretativos. Recordemos que "Mariana" lo ha pasado desgarradoramente mal en la "trena". La evolución de la acción era la previsible dentro del patrón de alguien que se encuentra dentro del infierno sin caer realmente en cuenta lo que sucede, sin dar crédito, desde su manifiesto interior roto y la desesperanza exteriorizada más aún al volver a ver a sus familiares. En cuanto a Loreto, maravillosa y sencilla, casi daba ánimos la pobre con todo lo que le ha caído, representando unos buenísimos perfiles de la mujer encarcelada, en su crudeza, en su aspereza, con un enorme potencial emocional que entierra cualquier superficial  drama doméstico que ha podido soportar entre lo cotidiano de la convivencia con el asesino de "Fernando".

No me ha dejado indiferente, en su aspecto humano y legal nada desdeñable. Hemos sentido el llanto de una pobre chica al tiempo que hemos percibido por qué hay violencia doméstica. El dramatismo estaba punteado sin gratuidad,en cómo se desgranan la primeras e inciertas horas en la cárcel. Algo que nos transmite hoy PV, es la fuerza de la conciencia y de la lucha ante toda adversidad.

Mucha pena y ello es sinónimo de que nos ha gustado el capítulo. Este tipo de narraciones con presas pueden hacernos salir al balcón, mirar si tenemos alguna entrada en el correo, soñar despiertos o apagar la tele. Hoy, nada de ello ha sucedido. Y repito la grandiosa capacidad de síntesis de Loreto en sus registros y lo despabilada que es, no se le escapa nada y se adelanta a todos supersónicamente. Es casi como una prestidigitadora de la televisión.

Carlota ha estado soberbia como he dicho ya anteriormente. Carlota es un prodigio de perspicacia visual. La cámara le quiere por la enorme furia con que la mira. Asusta al objetivo. Esta tarde,  manifestando un angustioso retorcimiento óptico ante la crueldad de la detención real, que ha seguido sin freno en su evolución, en pocos planos, apoyada en sus ojos y gesto compungido, ha denunciado prodigiosamente conceptos morales que se violan en esas tierras. Además tiene una voz preciosa, para Seriales de radio resultaría perfecta y conmigo, haríamos una radio preciosa.

Impresiona el tipazo que lleva dentro "Conrado", un hombre bueno y valeroso. Arrojado ante la violencia gratuita, defensor de los suyos y paladín de que las cosas se reconduzcan en justicia  Ha sido un momento potente, de estos que me gustan, que te levantan del sofá dormidera si la cosa como que no funciona. La adrenalina la tomas por los ojos y te resoplas las tragaderas más que la ballena blanca de Moby Dick. El encuentro con la bestia "Fernando". El desenmascarar por parte de "Conrado" a un reptil con piel humana y enfundado en un clásico chaquetón piel por donde te cortan el cuello un día. !Qué momentazo más amargo y varonil!. Eso es un hombre!: "Conrado". Aquello era un petimetre/GRANDE CAPÍ: "Fernando". En la respuesta desdeñosa y correctiva de uno hacia otro está la hombría o la chiquillada sinvergüenza. La maldad de un medio hombre, su ruindad, la corrupción, su marginalidad, su frustración por sus sueños inalcanzados, la mezquindad de un tipejo que, además, camina a trompicones ortopédicos. Una cruda secuencia más clara que el agua diáfana que no apela al sentimentalismo o la ternura hacia el "Mesía". Todo se desvanece y caen los falsos ídolos,  frente a la verdad sin coacciones de "Conrado".

"Mesía, personaje brutal y corrompido moralizado en la plaza. Un "Conrado" por el que hemos sentido una admiración irreprimible, por su actor y por su interpretación, al tanto que no perdíamos ojo de la valentía de una mujer llamada "Aurora" que no le duelen prendas en humillar a ese inmundo esposo torturador de una chica maravillosas a la que ha esposado después de violentarla y desposarla.

Besos con sabor a lengua aterciopelada. Final del capítulo de hoy. Casi me llegaba el olor pasional a ácido sulfúrico tras este torrente fascinante del primer beso consentido entre una mujer y un hombre.Y un dato, importa mucho en el cine quien se besa. Los cuerpos de unos u otros actores y actrices, dan un sentir diferente en estos momento volcánicos (estos dos, de los mejores), cuando se nubla todo, se contraen los músculos, el alma sobresale por encima de la camisa y las pieles y  cartílagos se cuecen en su fricción. De ahí descubrió el hombre y fue en busca del fuego.

Le han pillado. Su talón de Aquiles ha sido descubierto. Confían en él. Le persiguió "Aurora" porque sabía que no se resistiría a una invitación para entrar en su cuerpo de  mujer si no fuera porque es un gran tipo. Y lo es. Lo sabíamos. ¿Cómo no iba "Conrado" a claudicar del intento de esconderse del deseo hacia aquella sorprendente "Aurora", mujer casi interplanetaria?. Lo asume con claridad, que moriría si persistía en su desplante reacio, en caso contrario de persistir sus escrúpulos ante la chica más guay del mundo. Ha integrado una supuesta locura en una realidad pasional que es de lo más normal.

Me encanta en el cine ver buenas historias de amor. De hecho me enganchó la de "Tristán y Aurora", la de "Mariana" y Paquito". Esta me mola mucho de igual modo. Yo al margen de mi profesión donde hay que estar con la bayoneta calada en previsión de ataque, soy muy romántico. Las historia de enamoramientos, los romances, los besos apasionados con las bocas en plan de aspersión, los "chupos", el enamoramiento de grandes mujeres y hombres me encantan. Dos seres admirables de una época sin ordenador y leída en novelas memorables, con una descarnada manera de sentirse juntos frente a los convencionalismos, moviendo su sexualidad sin tapujos y envueltos en tan bonitos afectos, es la sal de la vida y en cine, una gozada.
Esto si que tienen alquimia y una insólita magia mulata entre la madurez y el arrojo. Rubén está haciendo evolucionar a su personaje estupendamente, irrepetiblemente con una personalidad ambigua de truhán bandido, un inmenso derrotado incurso en un romance que dará que hablar en PV.

Bello "Olentzero" y la cara más bondadosa de un humilde cura de pueblo. El bien se reconoce en su más pulcro sentido panteísta de la vida. Es el retorno del buen carbonero, y su secreto también, en una realidad campestre vivida con emoción. Es un personaje suavemente telúrico y dichoso que llega a su pueblo para resarcirse de algo, sinsabores o vaya a saber qué. 

Está muy bonita en estos días la bella Blanquita Parés. Ingenua, cándida, niña candorosa que nunca dejó de serlo,  ante su "Olentzero" al que conoció en un sueño. Unos momentos agridulces que son un espejo de aquella felicidad que albergábamos antes de llegar a la madurez y de conocer a los "Mirañar". Por cierto, Blanca, pronuncia muy bien el euskera. A su escala televisiva, los dos actores, nos han trasladado un ejemplo pasado de los que llamábamos los mejores años de nuestra vida, que siempre coincidían con la Navidad. Le sale, lo infantil, de modo natural a Blanca.

Momento que rompe una tradición en las pautas de la "Doña". Crepúsculo de una bruja en el que le vemos cada día difuminarse más en él y sin remedio. Ya no es aquella "Paquita" que conseguía sus momentos más afortunados y gloriosos con la dominación y el abuso de poder, como algo discutible, fascinante y comprensible, y simpático. Aquella atracción por la guillotina como algo poco culpablemente tentador. Hoy, con Carlota, se lleva la palma. María Bouzas nos ha metido en todas las coreografías, aún sin estar presente, ha roto el escenario, la platea, el escenario y el corazón de los espectadores.