domingo, 1 de noviembre de 2015

LOS MEJORES AÑOS PERDIDOS DE TOMÁS CONTRERAS / VIAJE AL FUTURO


ACTORES DE LA TARDE:

ARMANDO DEL RÍO, ANABEL ALONSO, JORGE SANZ, ITZIAR MIRANDA, JUANMA LARA,  JUNIO VALVERDE, LUCÍA MARTÍN, MICHELLE CALVÓ Y CARLOS MANUEL DÍAZ.


Hay que felicitar a la serie y a todos los que la pelean día a día. El pasado jueves día 29 recogió un audiencia del 15,2%, prácticamente 1.600.000 televidentes. Está muy bien realizada, lo he destacado desde mis crónicas de junio pasado, y los temas que subyacen tras la trama son nuestra memoria historica y nuestras raíces más próximas en el tiempo, sobre cómo fue derivando el franquismo hacia la democracia y como ya en él se encontraban referentes de la sociedad actual; que si bien no eran generados entonces y que provenían de nuestra idiosincrasia  y despotismo político, si que fueron el pórtico a la España actual. Es una serie objetiva que podía haber resultado de un moralismo fácil y de una toxicidad oportunista favorecedora de cualquiera de las ideologías del Estado de Partidos antidemocrático actual; pero se transforma cada tarde en un despiadado retrato, honesto, de lo que era el padecer llevado con solidaridad de aquellas gentes. Una gran serie que aunque cuenta a muchos televidentes unas historias que bien conocieron y una represión que bien padecieron, nos reafirma en que nada ilumina más el camino que la juventud e infancia de aquellos nuestros padres que se arrancaron los ojos por nosotros; que se deslomaron por nosotros. Nunca olvidaré  a mis padres a los que veo cada tarde reflejados en esta serie, como vosotros  a los vuestros seguramente. Que nos quisieron tanto y nos prepararon para lo que vendría después. Una época efímera la de nuestra niñez pero sólida al lado de estos fantásticos protagonistas de "Amar es para siempre". La serie es una maravilla porque nos hace ver décadas después que crecimos entre estos grandes héroes cotidianos y mejores maestros morales y de transmisión de valores, no pudimos tener. Aquella generación de los maravillosos 60.
Yo, que ya la veía hace unos años, de pasada, llegué a la crítica por convencimiento propio, no por rebote de "El Secreto de Puente Viejo", serie que adoro pero que no merece ya ni se la mencione, por soberbios y engreídos algunos de sus autores que sólo ven cifras de audiencia y te usan para ello sin algún respeto a tu buen sentimiento por la serie. Este sí, el de "Amar...", es el camino para el éxito, como lo era antes, en la época de estos titanes de los 60, poco a poco haciendo las cosas, trabajándolo, y consiguiendo audiencia y ganándose la confianza y el favor del público ya que, sin su pasión y entrega, toda empresa fracasa.


La secuencia principal ha sido para mí la de ese veterano que fue a luchar contra algo que creía abominable, tal cual era el comunismo, llegando y encontrándose con que aquellas penalidades apenas se le reconocen muy al contrario, el honor no se le reconoce ni su lucha y ni persecución posterior, el drama de parecer haber viajado al futuro y ya nada se le es reconocible. Una muestra del chaqueterismo de aquella España de las Reformas de Fraga donde toda esta gente que luchó en la División Azul, era incómoda (a lo mejor una condecoración y... ¡a buscarse la vida!), una muestra sociológica y hasta psicológica que se muestra de una sociedad ingrata y despegada, para la que ya no existes y molestas, con los que lucharon por creer defenderla, perdiendo sus mejores años, fantasmas que vagan por ese futuro que les es incomprensible, llenos de traumas que les machacan la cabeza tras haber padecido el horror comunista y sus confinamientos criminales.


La serie, como he dicho en numerosas ocasiones, es respetuosa y objetiva. Nada fanática. Y la figura de "·Contreras" muestra al menos, sea o no espía, una figura patriótica de enorme valentía, sensibilidad y honor.
Unos breves minutos pero una secuencia impresionante excelentemente interpretada por Armando del Río. Se nota discriminado, perseguido, entre una familia que ya no es la suya y que incomoda además, preso de ese miedo que tienen muchos a encontrarse con él; temeroso de no adaptarse a su afecto o amor de antes, a la cotidianidad de lo que dejó cuando partió del pasado al futuro. Un maravilloso "Contreras" que tiene la autoestima por los suelos y el cuerpo plagado de cicatrices supurantes por las pesadilla vividas en el cautiverio. Vive pesadillas del pasado y de recuerdos traumáticos horrorosos que sabe de antemano le impedirán adaptarse a la vida de los años 60. Un gran personaje, de enormes referencias cinematográficas, la de esos veteranos que hemos visto en "El regreso", "El cazador", "Hearts and Minds", "Nacido el 4 de julio", "Apocalypse Now" o la inmensa "Los mejores años de nuestra vida" de William Wyller.


Muy aclaratoria de ese sector fiel afín al genuino  franquismo aniquilador, el de "Perona", que todo lo interrogaba en cuarto y grado y tortura brutal, cuyos métodos sofisticados de polímetros y demás, no eran más mariconadas; partidarios de saltarse hasta las órdenes para llegar hasta el Tercer grado y causar daño infligiendo torturas, dolor físico o mental (como ha practicado esta tarde con la hija de "Contreras", en una secuencia brutal) con tal de arrancar confesiones.
Me ha conmocionado el sadismo y la brutalidad que destilaba en la mirada y violencia física del Guardia Civil sobre una pobre chica enfrema. Es esa España negra, profunda, espúrea. Son las miserias de un pueblo extraeuropeo. 






A destacar también  esas tres referencias. la del mundo de los actores y cómicos, esperando su oportunidad en una pensión, con una entrañable. ese amor y entrega que requiere esta profesión que me recuerda ala de mis viejos maestros de la radio que eran todo desinterés y amor por la radiodifusión. Magnífico Jorge Sanz que nos ha hablado de la negra espera, que ha homenajeado a los olvidados de la profesión o a los que están ahí esperando un oportunidad. Agridulces momentos en la pensión, de esperanza y de no recibir sino esquinazos, con ese mensaje del protagonista de autosuperación personal y de esperanza en pisar un día escenarios o platós. 


Y un recuerdo a aquel memorable Consultorio de Elena Francis. Aquel gran programa de Radio Barcelona y después en la desaparecida Radio peninsular de Barcelona, que se emitió entre 1.947 y 1.984, que lo escribía un tío genial y que seleccionaba las cartas: Juan Soto Viñolo y que contaba con la colaboración del mítico actor catalán de teatro y doblaje: Isidro Solá, a quien conocí yo en mi Asociación, ya mayor y era una persona de voz portentosa que no se callaba nada, como debe de ser. Y por supuesto ¡Cómo olvidar  a la bella y de final trágico Pilar Morales que leía las cartas y en su última época la preciosa voz de Doña Elena, que ponía respuesta seria y rigurosa a las cartas de los oyentes de una España cada vez más abierta y liberal, la inolvidable y fallecida hace un año: Rosario Cavallé, la voz en el cine de Pâtricia Neal, de Lauren Bacall, Joan Blondell o de Stella Stevens en "El profesor chiflado".



Y a "La Ciudad no es parta mí" de Don Paco Martínez Soria. Un filme y una obra de teatro para emocionarse, repleto de valores humanos y de verdades como puños que aportan lecciones inolvidables. Que sigue siendo actual e interpretada por un cómico irrepetible. Repleta la obra de valores familiares y solidarios.
"Amar es para siempre" va por muy buen camino. Y lo digo sin pelotilleo, que los que me conocéis sabéis que no uso de ello.




ESTA ARTÍCULO ESTÁ DEDICADO A ROSARIO CAVALLÉ ("ELENA FRANCIS") QUE FALLECIÓ EL 13 DE OCTUBRE DEL 2014, A LOS 79 AÑOS.




1 comentario:

  1. Hace tiempo que no entraba a leerle, asuntos personales me ha tenido alejada de las redes sociales, pero leo estas palabras suyas y me pilla desprevenida.....
    ( "El Secreto de Puente Viejo", serie que adoro pero que no merece ya ni se la mencione, por soberbios y engreídos algunos de sus autores que sólo ven cifras de audiencia y te usan para ello sin algún respeto a tu buen sentimiento por la serie.)
    Tras leer esta palabras suya, quedo alucinada. Puedo preguntar qué pasó y porque dice que le han usado?
    Atte: A. María

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