ACTRIZ DE LA TARDE: YOLANDA SIKARA
ACTORES: SEBAS FERNÁNDEZ, ANTONIO GÓMEZ, JOSÉ ANTONIO SAYAGUÉS, MANUEL BAQUEIRO Y BÁRBARA MESTANZA.
Hace unos días alguien me preguntaba sobre el ¿Por qué escribo sobre "Amar es para siempre"? Muy sencillo. Era la época de mis padres que los perdí muy pronto.
Un capítulo repleto de referencias, a Tony Leblanc y sus tocomochos, picaresca y vintage ratero; a Telmo Zarra del Athletic Club, prolífico goleador y especialista en los remates de cabeza y que hizo historia en el balompié en la segunda delantera con Panizo, Gainza y Venancio entre otros, Así como ya se adelanta para mañana el del filme de Romero Marchent, "Antes llega la muerte", de 1.964, y que supuso una balada melodramática de alta alcurnia dentro del Spaghetti Western, un filme de empaque y trágico y con un reparto coral inolvidable, del que guardo une versión en VHS en mi casa. Un filme con unas voces del doblaje de oro, que nos hacían soñar y que tanto nos enseñaron a los locutores de después, entre ellas la del donostiarra Ángel María Baltanás, Fernando Mateo que doblaba a Álvaro Luna y de Vicente Bañó que interpretaba a Fernando Sancho. Las voces que escuchábamos en el cine del Bellas Artes donostiarra y de nuestra infancia.
Me encanta esta languidez de recuerdos que son los de mi familia cuando vivía y disfrutaba con estos temas, filmes e historias, tan lejano todo hoy pero que escuchábamos en casa cuando casi nuestros padres nos ocultaban sus conversaciones para mayores. Me vuelven nostálgico porque era yo niño y el mundo se me hacía muy apetecible en estas referencias que milimetradas a su tiempo presenta cada tarde "Amar es para siempre". No tienen precio.
¡Que poco se sabe o recuerda de aquella época! ¡Qué importante fue! La historia que Pedro Lazaga, Rafael J. Salvia, Pedro Luis Ramírez, Ozores o Fernando Palacios reflejaran en tantos filmes. Las historias memorables de cuentistas pícaros timadores de barrio, que querían como nuestros políticos actuales, vivir el cuento; unos vagos y farsantes que tenían mucha gracia. Cine de entonces y televisión de hoy que dejan momentos antológicos de picardía y sablazo sin piedad.
Un homenaje al género costumbrista y picaresco que veían asombrados y tirándose de la butaca nuestros padres en el cine. El capítulo de ayer o el de hoy, en la descripción de estos ladillas de lo ajeno, ha sido soberbio, inmenso, de gran carga nostálgica y de veracidad popular.
Me encanta esta serie como hemos dicho en más de una ocasión porque explica con pulcritud de imágenes y con severidad en el guión y con unas interpretaciones increíbles, cómo era aquel madrid triste, gris y pelado. Y su gracia y encanto y su solidaridad, con lágrimas y risa. Gracejo y creatividad en aquellos incautos y en los espabilados, que resumían la esencia de nuestro país donde todo vale para engañar hoy o en aquellos tiempos tan castizos y picarescos que hemos visto en el cine o tele. Una época tan cachonda donde el fraude y el embrollo eran algo simpático, para pitorrearse cuando veíamos a mucha gente acercarse a estas prácticas fraudulentas. Los cimientos de una España atrasada y muy ignorante, pobre, analfabeta y fanfarrona que se ve en la secuencia. Una joya de momento para guardar en videoteca.
Con un recuerdo que "Chete" hace a los diversos timos españoles del subdesarrollo y que nos he hecho reír, llorar y emocionarnos sobre cómo era de cachonda aquella época donde los defectos eran virtudes de supervivencia.
La vida en carmín cereza de "Dalida", otro puntazo sobre la vida confusa y embriagada por la música existencial de aquellas banlieu o Boulevard Saint Germain y de aquellos "Les mômes de la cloche", por una expresiva Yolanda Sikara que parece que se posee y besa a sí misma. Con una expresión lánguida y una música que raspa el alma, de una majestuosa actriz que borda su papel en el "Café Reyes". Un biopic de tantas cantantes de arrabal y de cafetín parisino. Una especie de posterior o actual Amy Winehouse, canciones del rosa al negro, con ese sonido de fondo que transmite tantas miseria y languideces, incomprensión y soledad. Francia auténtica que expresa en sonidos y letra que amar, morir, soñar, cantar y vivir, cantado con esa voz tan bella, desgarrada y escalofriante, son la misma cosa. ¡Es Francia! Un gran país que es el mío y donde vivo ahora en guerra contra los nazis de la yihad.
Canciones increíbles y perfectas aunque suenen disonantes. Que destilan admiración y pasión y mucha nostalgia. Que comprenden todo: pasión, ausencias, dolor, amor, desamores, éxitos, incomprensiones y soledad. "Dalida" ha subido hoy al escenario, repleta de liberalidad y espontaneidad entre aquellos catetos reprimidos, como si le fuera la vida en ello y como si jamás volvieran a escuchar sin recordarle con aquellos sones de la tristeza y el olvido.
Y un aplauso a esa interpretación de Bárbara que refleja que los valores espirituales de las mujeres, de la niña sencilla e inocente, los ojos de la buena gente, prevalecen sobre la belleza física y las turgencias que asoman insinuantes entre negligee.
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