Ogni giorno il capitolo Il Segreto
Italia merita tutto il rispetto di me e dedico questi articoli Il Segreto
In Memoria e ricordi di un tempo perduto che non tornerà
Con grande tristezza hanno finito così male
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In Memoria e ricordi di un tempo perduto che non tornerà
Con grande tristezza hanno finito così male
Una secuencia ante un cadáver cadavérico en verdad, entre hermanos, que sólo les queda ya la tierra que les vio nacer, como en "Lo que el viento se llevó", a la que pertenecen como decía la Voz de Juan Algarra. Un bellísimo final donde la difunta "Rita", una preciosa mujer hasta el último aliento que le quedó y que nos ha cautivado, une a los hermanos como nunca y surge el perdón y la necesidad fraternal de vivir juntos esa ausencia pavorosa de una mujer, ella, que ya no está sino en el oscuro magma de la mente turbada de los dos protagonistas.
Un canto al amor en el sentido más necesitado de amor. Lo importarse es quererse, es el mensaje que emite desde nadie sabe dónde el cuerpo sin vida de "Rita", más allá no hay nada pero su energía queda impregnada en la casa, desde aquel lenguaje tan penado y necesitado de cariño que usó en vida mortal. Por ello, une ante la adversidad a quienes entre aquella vida descreída de"Anibal" y apasionada de "Isidro", les hace sentirse menos desarraigados y le emplaza a recorrer juntos desde lo que tienen en común, la tierra y sus padres (secuencia donde "Isidro" llama hermano a "Aníbal"). Es el buen efluvio del cuerpo inerte que habla por el aire enrarecido y se expande por una habitación doliente y enlutada como el polen de la primavera.
Como hemos mostrado la perplejidad ante lo que es la vida a pocos metros de una difunta, un sereno rostro ceruminoso de mujer en otra dimensión ajena a lo que ocurre a medio metro de ella, que ya no ve, oye y que no puede analizar la personalidad compartida y el dolor inmenso de esos dos hombres de su vida de un día antes, hoy inmensamente alejada de ellos en no se sabe dónde. Y desde dentro de la caja que se cierra se despide sin hacerlo de los dos mejores hombres que tuvo en esta puerta del tiempo real, uno bueno y otro malísimo por desgraciado, transformándoles
su vida, con este adiós, en un consuelo piadoso hacia ellos mismos. "Rita" habla.
Conmovedor drama de coral de vecinos, una instantánea entre "Quintina" y "Candela", intimismo de amigos y familiares de la pobrecita asesinada a destajo. Un secuencia coral también donde todos los presentes tienen su momento de especial atención. Como Aída y Blanca en foto.
Abajo, cruel secuencia y dos actorazos: Jorge Pobes y Javier Abad. Brutal porque les han amputado lo mejor que tenían: estar los tres juntos como hermanos o amantes. Dolorosa secuencia pero preciosa y que ha sabido transmitir mucha sensibilidad, con todo un abanico de aire enardecido por emociones que ya no se pueden dejar de llorar. Secuencia que podía haberla filmado el perfeccionista Bajo Ulloa al que entrevistamos este año en Donosti, el amor y el odio copartícipes de los malos rolletes, relaciones entre personajes y recuerdos de amores turbulentos y pasiones desatadas, en ese sórdido cortijo para pobres de los "Buendía", un final y un cierre de ataúd que va mucho más allá de lo poético para encontrarse con lo enfermizo. Una maravilla de secuencia entre vecinos, velorios, llanto y el grandioso desconsuelo de asumir que no volverá a ver, con sus rojizos ojos llorosos, a la buenísima de "Rita". Que, por cierto, me honro en comentar sin estrujar la nada porque está llena de la pulpa de la vida que se escapa en cuatro ventoladas y cuando menos se espera.
Charlotte Vega/ "Rita" se va en olor de santidad, entre belleza de cera y lo oscuro de su ya nada sentir. !Que tengas mucha suerte amiga Charlotte! dicho de todo corazón. En PV no se te olvidará.
Risa sana hasta las últimas moléculas, con dos salidas de tono en Mario Zorrilla que da mucho juego en chistes viejos con voces nuevas. Lo de arrear a buscar patatas y el mandar a hacer gárgaras ha sido de lo mejorcito de la tarde. Dos frasecitas muy difíciles de interpretar, por breves y que para la voz corpulenta y de bucanero de Mario, aún más si cabe."Grasia" en "Mauricio", ingenio para poder adaptar casi la orden manu militari de que le sean servidas las patatas con urgencia, fuerza de pulmón, rotundidad y aderezado todo ello con una humor cínico que se burla de hasta sí mismo porque ponerse cosquilloso cuando la "Alcaldesa" es tan suculenta en plan picajoso y más aún muda, resulta entretenido y recompensado de descojono integral.
PV que me ha dado muchos disgustos también grandes satisfacciones y amistades, entre ellas la de tratar con este actorazo que hace años debía de tener ya un "Goya" en su salón y que ha sido un descubrimiento como gran persona que es. Estos días sigue sagazmente el "caso" de "Olmo desaparecido". Secuencia maravillosa por cuatro motivos. Por el glamour y el candor apresado de Alejandra, la sagacidad del excéntrico párroco ahora de detective que resuelve el caso. Por la resolución del mismo. En último lugar, por la lógica de Chesterton aplicada al caso, desentrañando la perspicacia del antecedente, una previa declaración de intenciones que rondaba la cabeza de "Olmo": no hacer sufrir a nadie su otro "yo", inmolarse como espanto que surgía de la tumba en la que se encontraba cataléptico. Maravilloso Mario/"Padre Brown" que aplica deducciones por intuición y por conocimiento del alma humana y se coloca al lado del alma débil y en el lugar del criminal. Como párroco, condena al delincuente, como hombre lo salva y no dirá nada. Una historia hábil y creíble y con una profunda humanidad que brota de sus personajes.
Chantaje emocional y manipulación sensiblera y teatralidad que casi la podíamos titular: ¿Qué hacemos con las abuelitas en sus últimos días?. !Vamos!. Lo que sabe la pajarraca "Francisca", de puro mala, mata a la muerte. Historia de atracción fatal a contracorriente, de "jamada de tarro" a la orden del día entre mujeres marimandonas, a base de trampas de escenario, buenos modos sibilinos, plañidero futuro en soledad esperando a la "parca", una secuencia maravillosa tan curiosa como diferente, un juego de abuelas y lagrimotas de cocodrilo que habla de una visita pseudo otoñal, casi crepuscular, con gran ironía británica Ealing y ese melancólico mal café que se gasta entre un disfraz de pobre viejecita que quiere dar penita de últimos días.
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