HOY HACE UN AÑO
PRESENTACIÓN DE ESTE LIBRO
INTERPRETES: SELU NIETO, BLANCA PARÉS Y LORETO MAULEÓN
Momento de fuerza emotiva absoluta y de impecable dirección, con un Selu Nieto cayéndose al suelo que merece la ovación general, desmayado ante escuchar la palabra sangre e imaginar el líquido sanguinolento entres sus neuronas.
Espero que no me cojan manía y me obvien de algún "muro" porque hago presunción de defunción, aunque no la suponga en "Quintina", ni que me adscriban a una amargura vespertina como para agriar la tarde al personal. ¡Cómo está el personal de intolerante!. Se monta sus propias películas, molesta a los demás y encima se enfada. Incapaz de comprender la ternura que veo, hoy corroborada en estos dos seres cuando parece que a ella se le escapa el aire por entre sus últimos suspiros.
Muchos están mal acostumbrados a conocer por revistas "spoiler" lo siguiente que llega y no valoran estas disquisiciones sobre los personajes que son un requiebro de valores absolutamente preciosos, donde nos detenemos y las desmenuzamos con mucho cariño; que se muestran con toda su virulencia, en estos momentos de casi un "adiós", la verdad de los sentimientos y el aferrarse a la vida ante el vacío gélido del más allá sin nadie, ni contigo mismo.
Destacan Selu y Blanca casi en esos preámbulos postreros que los borda la actriz. Pura desgracia y drama y necesidad de tu mujer al lado para siempre, sin ellas no somos nada. Enigmático ser el ser humano que tiene sentimientos que nadie sabe de donde provienen.
Una sensibilidad extrema en un "Hipolito" que comprende que la vida se puede acabar y llevarte lo que más quieres, acompañado de Loreto en una escena tranquilizadora y sublime en la actriz donostiarra. Ese mundo sublimado de utopía se acaba en el protagonista, esa utopía infantil toca tierra, las personas tienen su fin y no hay vuelta atrás, un maduro "Mirañar" de inocencia innata en su vida rural que casi parece puede ser aplastada por la parca que entra por la conducción del agua.
No hay cosa peor, el rostro de Selu lo testifica, que perder a tu amor con el que habitúas una forma conjunta e íntima de vida que es la diosa de la naturaleza y la fuerza motriz del mundo. La conciencia de que no le volverás a ver más.
Lo que pierde "Hipólito" aquel pasado que nos reinventó y que nos recuerda cada día con sus sombra y luces, todo un cúmulo de experiencias deliciosas entre un hombre y una mujer. Lo que se te aparece cuando te encuentras que te insinúan que a ella sólo le quedan tres días, sus últimos días, solo resta esa crónica de la soledad sin paliativos que te asfixia, esa foto de los tiempos felices de la juventud que se acaban dolorosamente, que te acude a la mente, algo que supera tus posibilidades de encajar tan sumarísimo golpe.
SECUENCIA DESTACADA POR SU GRACIA Y TERNURA:
"LA CHACHA COPLILLAS"
ACTRICES DE LA TARDE: CARLOTA BARÓ Y MARTA TOMASA
Momento retrechero y muy valeroso en cuanto terapia del humor y canto en copla para balsamar los dramas que nos aquejan.
Momento sentimental que revalúa los días de pesar y angustia mediante el gracejo y el baile a lo "agarrao" como en la plaza del pueblo. Lo podía haber filmado Jaime Chávarri, sobre el lado humano de las fiebres mortales.
En el fondo es el bailongo de dos mujeres como cuando en las fiestas faltan los hombres porque se han ido lejos y tal vez no vuelvan, y un momento tristísimo, ácido y con una crudeza que casi no requiere de sangra para afrontarla.
Cine de Chávarri que logra equilibrios entre lo que sucede dentro de los muros de la "Casona" y el exterior. Un relato femenino muy valiente, entre la picaroneria de "Fe" y la bondad congénita y angustia existencial de "Mariana". Momentos de profundidad envuelta en solfa y de u costumbrismo refrescante de tarde de mayo en Madrid. Un acercamiento muy humano a estos seres a los que no daban importancia en aquella sociedad clasista, una aproximación sensible y muy "salada" a la vida de estas personas que trajinaban con las penas cotidianas, que se arropaban entre ellas entre el silencio, la lejanía y la falta de justicia para con ellas, la desesperación.
ACTORES DE LA TARDE: CARLOS SERRANO MARIO ZORRILLA
Puro western en la caracterización y decorado, cuajando se vive al borde en un país como España donde no había leyes ni justicia institucionalizada, cuando se lleva en el rostro las marcas de la intemperie y del crimen, cuando se vive entre la frontera de tu pellejo y la tumba y la venganza es un plato frío, es western Cuando los más fuertes y listos son los más rápidos y escurridizos, cuando no existen lujos como la conciencia, los remordimientos o la compasión. Todo es venal y sádico, cuando impones a los demás la ley de tu bota.
Personaje cruel, falto de orden, cuatrero sucio que aparta personas del camino somos serpientes en el desierto, seco y desaliñado "Fernando", sin moral y sólo contando con las horas siguientes, que sobrevive mejor entre el fango moral y la rudeza asquerosas de una maloliente aspecto esperando que te maten mientras duermes o te detengan en cualquier momento.
Secuencia mezcla de costumbrismo de aldea con western de sabor a enchilada y a hombre de poncho con su muy particular liturgia de violencia.
Un Mario Zorrilla que cada día está más sólido que ya es decir en un hombracho como él que es madurez interpretativa, capaz de conseguir que la pantalla del televisor, tiemble, mostrando una frialdad humilde ante el recochineo cínico de "Fulgencio". Un "Mauricio" que contempla impotente como su "señora" sucumbe a la adulación, el parentesco, al abuso emocional y al timo que le prepara este uno de los "últimos de Filipinas" que le quedan a la terrateniente.
DOMENICA
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