EL ESPANTOSO INCENDIO DEL JARAL

Algunos me achacan deseo vaya mal el serial. En España, ya, cualquier cosa puedes escuchar o te reprochan. Quienes así suponen en mí, no tienen ni idea. Escribo esporádicamente cuando observo algo interesante, y la secuencia del incendio ha sido buena y por ello la destaco aquí. No soy ningún ser rencoroso ni siniestro que goza con las desgracias o supuestas de los demás. Siempre he querido a ESDPV, diría más que algunos de sus actores que ni se conocen entre ellos. Soy un profesional y cuando algo me gusta o no, lo digo con igual sinceridad y vehemencia. Se dice, y entre algunos actores que carecen de decoro y agradecimiento, de todo sobre mí; soy culpable de amar un serial y haber escrito un libro. Lo que es bueno, lo es y ya está. Y esta secuencia lo ha sido en su realización, el guión no tiene nada que ver, que sigue flojeando y reiterando por los cuatro costados y personajes de pantomima.

Sí que ante todo hay que decir que, los guionistas, se han cargado toda la estirpe del serial; y con esta macabra secuencia final de hoy, la mansión donde "Pepa" vivió y procreó. Han fulminado a la saga y a su caserón. No sé si "Emilia" se irá o no, pero de hacerlo, partiría otro referente fundamental: la amiga de "Pepa" y la memoria histórica narrada desde el evangelio de su mejor amiga; quien conoció a la "partera", el personaje que, den vueltas como den, desapareciendo hasta de su referente histórico, carece ya todo de sentido la serie, al borrar sus símbolos, amigos, parientes y casa. ¡Mejor cambienle el título! Que se llame "Las chorradas de ESDPV". No saben qué hacer ya aunque como digo, la secuencia del incendio, ha sido muy buena y cruel.

Ha sido una notable descripción, dentro del incendio, en el final de un mundo atormentado que invadía "El Jaral", con una brillantez de imágenes impresionantes que han sido las rodadas sobre la quema del mismo. De hecho, esos dos personajes de los "Mella" parecen sacados de "Los otros" (la sonrisa de Fátima Baeza viene siendo muy elocuente así como todo el misterio de esa familia que nos recupera una afectiva sensación de miedo) por sus sombras, intriga y enigma. Un incendio que ha sido algo que semeja a Alan Poe, un poema gótico en unas imágenes aterradoras que acaban con esa maléfica y escalofriante sensación de muerte que inspiraba el "Jaral" ya. Imágenes de sentimiento y emoción que transmiten la auto destrucción de un lugar casi fantasmagórico últimamente.

Hay que elogiar la realización, así como la buena puesta en escena de la caída al suelo de los actores, (toda la secuencia) en "La Quinta". En los "Mella" ha habido mucho de fantasmagoría. En todo ha habido una atmósfera sobrenatural y ha sido de lo mejor a pesar que Paco Marín es muy amanerado y repele frente a Fátima que en cada siniestra sonrisa muestra algo de ultraterrenal. Terror caliente entre supuestas irrealidades que por lo menos ha aportado algo al apático y alcahuete ESDPV. Entre payasadas religiosas, adioses de actores, desmotivación del personal, mensajes subliminales, desaparición de la raíz de la esencia que dió origen antropológico a una serie que en esta tarde de jueves ha mostrado el reflejo de lo que fue en sus mejores días. Hoy es una parodia. Sólo hay que ver hasta "Francisca" para deplorar la deriva de esta serie. 

Momentos que nos han recordado, además de a Poe y a "Los otros", a "Vampyr", a Corman, a Kinugasa, a "Lo que el viento se llevó" y que muestra que el sueño de una vida entre aquellos enormes "Tristán" y "Pepa", se convirtió con el tiempo en algo que no negocia las superficies ni controla el tiempo, que bajo una herramienta invisible, puntiaguda y voraz,  lo taladra todo y lo destruye después. Una muy buena secuencia, absorbente estéticamente, precedida de un macabro surrealismo y onirismo fatal, donde la tragedia y el maleficio sobrenatural planean sobre los habitantes raros de esa casa.

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¡Qué pena me da que esos actores y esos fans pelotas me hayan denigrado tanto y me hayan echado de el serial en mi crónica diaria!

Esa apatía que hemos cogido al serial, esa falta de costumbre de verlo, nos ha hecho no apreciar esa hechicería y maleficio sobrenatural del mítico lugar que esta tarde se ha quemado. ¡Qué mal se vende en España! Tirando siempre piedras contra los amigos.