Las fotografías están tomadas así ex-profeso, para meternos en el ambiente de aquella época y en la secuencia terrorífica, como si se tratara de una cámara oculta en aquella época que nos emitiera desde el ayer estas inquietantes fotos.
Magnífica secuencia gótica, como aquellas de las de los inicios de esta serie. Suspense e intriga, inquietud tenebre, claroscuros entre penumbras, hablar por lo bajín mencionando al mismísimo Satán en figura carnal y maldiciones que acaban como en "Rebeca" en quema de mansiones y fallecidos, abrasados entre humo y cenizas. Más de tres años nos separan de este momentazo y hoy lo resaltamos.
Minutos lúgubres y tétricos, con una hoy desconocida Maribel Ripoll, menos histriónica, la irritante gritona chiflada y acompasando el chisme de funeral con aire menos retumbante, voz menos chillona y gesto menos estruendoso cuando refiere la maldición, suspense al estilo de cuando , en los filmes de la "Hammer" llegan los visitantes al albergue camino del Castillo de Drácula y todo es barroco y fantasmal en las cuitas atemorizadas porque, el mal, anida en "La Casona" y es mejor no levantar la voz.
Momento excelso, de los que me hubiera gustado narrar hace unos años, una muy bien llevada situación tensa y lo suficientemente extraña, ante una "partera" atemorizada por el recuerdo de la crueldad de "Carlos" y a la que se le mezclan sentimientos de todas clases, esa fue la gran Megan de aquellos inicios, su implicación en la crueldad del mundo hacia con ella, una moralidad que le levaba a la insobornable independencia, mujer con carácter y refugiada en sus propios instintos de supervivencia. ¡Grandes tiempos!. Lo de hoy está descafeinado y ha tomado un rumbo ñoño y desbarajustado.
Un inocente y aldeana "Mariana" con su vocecita de entonces daba una ternura y simplicidad maravillosas a esta secuencia, despuntaba ya como la actriz que ha llegado a ser hoy, de las mejores de PV.
Rompedor y agobiante momento, que experimenta algo en el "gore" y sustentado en el suspense y en la tensión psicológica.
Momento meticuloso y elegantemente realizado, de los que dieron empaque a PV con una fascinante Megan en penumbras y gesto fruncido.
Recoge mucho de filmes clásicos sobre vampiros en esa su inspiración en personajes que se menciona de ellos su lado más amenazante y salvaje, su destino trágico, en esta escena muy emocionante y visceral, donde se narra lo que sucede en una lóbrega mansión donde anida el "Mal".
Y tiene de Hitchcock, de su filme "Rebeca", ese personaje ausente como los de "Salvador" y "Carlos" y la familia entre llamas, la presencia inquietante e incinerada del mal que se palpa, el asedio a la inocencia de "Pepa" que padeció lo indecible, con recuerdos visuales y argumentales que generan pavor, además de inquietud en las protagonistas y un grandísimo temor. El pasado amenazador que vuelve, todo montado al servicio de la intriga.
¡Que época aquella!. Combinaban los buenos actores, algunos se iban profesionalizando, con momentos tan atractivos e intrigantes como este.
Estética entre sombras y recuerdos de los que conocieron a los canallas de tan trágico fin. Entre criaturas hermosas como las dos chicas de la secuencia, Megan y Carlota, y ausencias de personajes impactantemente malvados.
Así era aquel PV en los tiempos de Megan. Historias de tiempos fantasmales que dejaron su huella en la "Partera" y el pueblo. Repleto de inquietantes personajes que generaban todo tipo de sentimientos. El misterio de "Pepa" y la fantasmagoría que anida en todas las estancias de "La Casona". La historia nebulosa de una grandísima mujer, un referente televisivo y una gran actriz: Megan Montaner.
Este paseo en agosto por aquella época es refrescante porgue nos hace sudar el alma y aviva los recuerdos placenteros en un mes para el disfrute personal y dedicado a nuestra más emotiva intimidad.
Magnífica secuencia gótica, como aquellas de las de los inicios de esta serie. Suspense e intriga, inquietud tenebre, claroscuros entre penumbras, hablar por lo bajín mencionando al mismísimo Satán en figura carnal y maldiciones que acaban como en "Rebeca" en quema de mansiones y fallecidos, abrasados entre humo y cenizas. Más de tres años nos separan de este momentazo y hoy lo resaltamos.
Minutos lúgubres y tétricos, con una hoy desconocida Maribel Ripoll, menos histriónica, la irritante gritona chiflada y acompasando el chisme de funeral con aire menos retumbante, voz menos chillona y gesto menos estruendoso cuando refiere la maldición, suspense al estilo de cuando , en los filmes de la "Hammer" llegan los visitantes al albergue camino del Castillo de Drácula y todo es barroco y fantasmal en las cuitas atemorizadas porque, el mal, anida en "La Casona" y es mejor no levantar la voz.
Momento excelso, de los que me hubiera gustado narrar hace unos años, una muy bien llevada situación tensa y lo suficientemente extraña, ante una "partera" atemorizada por el recuerdo de la crueldad de "Carlos" y a la que se le mezclan sentimientos de todas clases, esa fue la gran Megan de aquellos inicios, su implicación en la crueldad del mundo hacia con ella, una moralidad que le levaba a la insobornable independencia, mujer con carácter y refugiada en sus propios instintos de supervivencia. ¡Grandes tiempos!. Lo de hoy está descafeinado y ha tomado un rumbo ñoño y desbarajustado.
Un inocente y aldeana "Mariana" con su vocecita de entonces daba una ternura y simplicidad maravillosas a esta secuencia, despuntaba ya como la actriz que ha llegado a ser hoy, de las mejores de PV.
Rompedor y agobiante momento, que experimenta algo en el "gore" y sustentado en el suspense y en la tensión psicológica.
Momento meticuloso y elegantemente realizado, de los que dieron empaque a PV con una fascinante Megan en penumbras y gesto fruncido.
Recoge mucho de filmes clásicos sobre vampiros en esa su inspiración en personajes que se menciona de ellos su lado más amenazante y salvaje, su destino trágico, en esta escena muy emocionante y visceral, donde se narra lo que sucede en una lóbrega mansión donde anida el "Mal".
Y tiene de Hitchcock, de su filme "Rebeca", ese personaje ausente como los de "Salvador" y "Carlos" y la familia entre llamas, la presencia inquietante e incinerada del mal que se palpa, el asedio a la inocencia de "Pepa" que padeció lo indecible, con recuerdos visuales y argumentales que generan pavor, además de inquietud en las protagonistas y un grandísimo temor. El pasado amenazador que vuelve, todo montado al servicio de la intriga.
¡Que época aquella!. Combinaban los buenos actores, algunos se iban profesionalizando, con momentos tan atractivos e intrigantes como este.
Estética entre sombras y recuerdos de los que conocieron a los canallas de tan trágico fin. Entre criaturas hermosas como las dos chicas de la secuencia, Megan y Carlota, y ausencias de personajes impactantemente malvados.
Así era aquel PV en los tiempos de Megan. Historias de tiempos fantasmales que dejaron su huella en la "Partera" y el pueblo. Repleto de inquietantes personajes que generaban todo tipo de sentimientos. El misterio de "Pepa" y la fantasmagoría que anida en todas las estancias de "La Casona". La historia nebulosa de una grandísima mujer, un referente televisivo y una gran actriz: Megan Montaner.
Este paseo en agosto por aquella época es refrescante porgue nos hace sudar el alma y aviva los recuerdos placenteros en un mes para el disfrute personal y dedicado a nuestra más emotiva intimidad.
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