AQUELLOS AÑOS DE LA ADOLESCENCIA

Me ha recordado este secuencia a "The last pictures show" que se vio casi clandestinamente en el Festival donostiarra de 1.971, un hermosísimo filme sobre las amistades y término de la inocencia y llegada del primer amor. Esa amistad hermosa entre ellos que se ha acercado más anímicamente y que nos retrotrae a las épocas que precedieron a los mejores primeros amores consumados.

Un capítulo que ha adolecido de la trama casi inexistente en "Los Manantiales" y que ha tenido como protagonistas a Giulia, Iván Montes, a Selu y su concertina y por supuesto a esa otra revelación, la del "Intendente", al actor Carlos de Austria, que está magnífico y sobresale por encima de la mayoría de los acomodados actores de ESDPV (hoy Ramón Ibarra estaba de pasmarote ante la esforzada interpretación de Carlos, parecía como si Ibarra estuviera examinando al alumno como un profesor que se duerme. Ramón tiene un gesto siempre de superioridad insufrible) que se piensan que ya con ser populares en saraos, hacerse tattoos, estar tomando una copa en "La Scala" y por su postureo gráfico, ya lo tienen todo logrado. Estamos recuperando a "Hipólito" y ello es muy gratificante; Selu es una actorazo y humilde y se dedica a la profesión, como María Bouzas. Ignoro si se van o no por una temporada "Mariana" y "Nicolás", a tenor de lo que he visto (igual me equivoco), tampoco tienen papel en verdad los dos y se han cargado a una actriz: Carlota Baró. Pero que no nos quiten metraje de "Los Manantiales" que el resto es politiqueo y chismes porteriles. Y hoy se ha notado la ausencia de esta trama en grueso, aunque nos haya dejado la tarde una deliciosa manera de ir descubriéndose estos dos adolescentes que pueden darnos una bella historia de amor, dulzona y pegadiza, que es lo que necesita la serie y no tanto apolillado personaje, cada día más anodino y pagado de sí mismo.

Este encuentro de dos amigos tras una supuesta partida, un elemento sencillo y eficaz pero que en ello reside su encanto, ha roto una cierta distancia y les ha hecho abrirse el corazón, casi pedía el cuerpo un beso suave y pudoroso. ¡Veremos!

Momento encantador, precioso, que cuenta con la sabia decisión de llevarse a la finca a Iván, un actor que es fotogénico, se desenvuelve con pasmosa naturalidad y atrapa aunque le falla la voz. Y está muy mal promocionado. Recuerdo a aquel Javier Abad ("Isidro Buendía") que por mucho que rodó capítulos, no alcanzó los registros tan limpios y contundentes de un sólo día de Iván en el estudio. Aquel tuvo muchísima publicidad y fans por doquier, en cambio a Iván lo tienen bastante apartado. Está encantador "Matías" en "Los Manantiales", le han salvado la vida artística porque si lo dejan con sus alcahuetes padres, ni tendría rol ni nada interesante que rodar. Es triste pero "Emilia" y "Alfonso", chupan cámara, comen personajes y sin embargo, ellos dos, no tienen ningún interés que no sea escuchar murmuraciones y cotilleos, algunos hasta muy íntimos de los demás. Además recuerda enormemente al físico y tipología de aquel actor de doblaje, Eugenio Domingo, que fue la voz de David Blair en "Duelo en el atlántico" y de Jerry Lewis en sus inicios. 

Secuencia de amistad limpia, ingenuidad y sentido común la de esta tarde entre estos dos personajes. Los dos actores han estado soberbios por su juventud de oro, sus ganas de seguir en la profesión y mostrando una sagacidad que asombraba en una inocencia de tanta sabiduría y con tanto sentido común. Todas las edades son perfectas y ellos dos nos muestran cada día poquito a poco que el amor de los diecitantos que puede llegar, la amistad de igual modo, está muy ligada a la nobleza, tan directa a las emociones, a los desengaños y felicidad pánfila, pero con dulzura que luego se pierde mucho en el correr del tiempo, cuando llega la melancolía y se da ese otro amor más severo al tiempo que se pierde la inocencia.

Podemos estar ante una bellísima historia de amor juvenil si es que la grandilocuencia y perversión de Peidró y sus mandados no la fastidian. Y para finalizar lo que más me ha gustado esta tarde ha sido la intemporalidad de ese encuentro de amigos que tanto se aprecian. Podía estar ocurriendo hoy y mañana. Nos olvidamos del decorado y vestuario y era ellos dos, "Iván" y Beatriz". Los primeros amores de infancia, los de aquellos que surgen entre amigos incondicionales que piensas siempre estarán a tu lado y acabas enamorándote. En esta tarde lluviosa y melancólica de Francia, al tiempo que escribo esta crónica, me vienen aquellos días que hemos intuido en este precioso capítulo, los de los primeros encuentros tras los cuales llegaba los mejores amores que siempre hemos tenido y que jamás olvidamos. ¡Precioso!
En ESDPV hay que fomentar a estos actores con ganas y con sabiduría interpretativa. A algunos antiguos insustituibles (Bouzas, Ripoll, Selu, Tomasa) y  a los chavales jóvenes que son gente natural y muy válida. A Yara, Ángel, Giulia, Iván, Jaime, Adriana, Inma.  Y jubilar ya a personajes que no aportan nada ni tienen sus actores nada más que contribuir porque pasan de todo.