Capitolo nostalgico quando e tre attrici erano
FERRAGOSTO FELICE
Son ya los finales de una buena actriz que ha resaltado mucho entre las gentes del doblaje porque posee, y cualquier actor veterano así lo aprecia, el candor y rotundidad, la cantarina sonoridad y la magia verbal de aquellas inolvidables actrices del doblaje "Metro" de Barcelona que consolidaron con calidad el doblaje en los 40. Es de gran similitud, parece que escuchamos a la inolvidable Leonor Fábregas, la voz de una June Duprez y de Joan Blondell, entre otras actrices que supieron transmitir un cine de magia repleto de sonoridades con mucho encanto, una sesión de cine de... ¡A soñar se ha dicho! Dejándonos perder en mil fantasías que nunca olvidaremos. Es una despedida paulatina a la actriz que hemos seguido durante muchísimos meses y que presagiamos que dificil va a ser llevarnos sorpresas agradables tal y como el ritmo de lo recién llegado está defraudando. Siempre le apoyé a pesar que muchos han visto en ella histrionismo puro y exageración de muecas raras.
La chica se lo ha ganado, ha trabajado mucho y los resultados han sido que ha sido una memorable hija de "Tristán", la mejor actriz que pudo interpretar este papel y que esta tarde lo ha bordado cuando va a comunicar a sus abuelos, su decisión y noticia de casarse. Hoy en decadencia por la moviola que le obligan y ya porque sus soportes los han ido quitando o se han ido: su padre, su novio y ya sólo le quedaba una salida no reiterativa: marcharse. Otro desencanto más. Cierto es que los actores van y vienen, pero estos de ESDPV son tan entrañables y entregados apasionadamente a su papel que, al despedirlos, sólo nos queda un gran vacío muy difícil de llenar.
Aunque esta autenticidad en Ariadna siempre me ha gustado, pese a las críticas, la narración esta tarde se la ha llevado, y como no, un veterano: Mario Martín. Su solvencia es brutal y de la que tiene todo que aprender un guay Álvaro Morte que andaba como vacilando a este actor consagrado, haciéndose de notar y no llegando a la suela del zapato de Mario "Don Anselmo"; la resolución y síntesis interpretativa en Mario Martin han sido fulminantes, con esa sonrisa generacional y de agridulce recuerdo en la mirada que ha reflejado toda la historia generacional de aquel inolvidable "Puente Viejo"; cuando existían "Tristán" y "Pepa" y tuvieron aquella hija casi huérfana que ahora parece que se casa. Ha sido un momento sublime y precioso, de actor sabio como diría mi vieja amiga Juana Ginzo, instantes tiernos y adustos, de sacerdote humano y sentimental por encima de todo, interpretado con seguridad absoluta y con un fantástico toque retro. ¡Maravilloso Mario Martín! Es como eran Megan y Álex. y hoy Maria Bouzas, como Sandra Cervera: Mario siempre está de Oscar.
Nos estamos haciendo mayores en ESDPV. casi recordamos los bellos tiempos que fueron, la realidad es insípida y retomamos las mejores secuencias de una época que sólo existe en grabaciones que se pueden contemplar Online.
Una joya visual entremedio de tanto aburrimiento. Me maravilla como Mario sabe interpretar sin atisbo de melodrama, como resume una historia grande de amor y sentimientos de la que nació su querida "Aurora", casi su hija y tan sola como corajuda. Mario Martín es un caballero, se lo ha demostrado esta tarde a Morte que ha perdido los papeles absolutamente; tiene un gran respeto por el espectador. Momento muy levemente sensiblero pero que resulta estupendo por la buena intención y nobleza del sacerdote honesto y volcado en sus feligreses.
Un gran cura con su criterio paternal, con su soledad y sus años encima, con sus hij@s de una ideología conservadora que hay que comprenderla, asumirla y valorarla.
Dos actrices a destacar esta tarde: Aída de la Cruz y Fariba. El amor que está por encima de todo y que asume cualquier situación desesperada porque no entiende de lógica, convencionalismos y porque aunque se hunda el mundo, nunca se parata y se deja atrás. Cualquier penalidad antes que la pena de amor no consumado, pasándose por todo y asumiendo hasta la mayor de las irracionalidades antes que dejar de lado al ser que amas. En "Candela", lo que llegó a hacer por su "Tristán", a la que asoman unas lágrimas que son los sentimientos licuados de aquella época con su amado "Tristán"; y en "Inés", pasando por encima de todo y asumiendo lo que venga porque no va a dejar a un hombre casado por el mero hecho de estarlo y queriéndole como le ama. Todo ello conjugado por unos sencillos planos que muestran algo misterioso y fascinante como es el contradictorio mundo de los sentimientos y de la atracción cósmica del amor. Atrapadas las dos mentalmente en otra época, peleando con su drama de soledad actual de su roto presente. Este momento, sin la enorme sensibilidad de las dos actrices, no hubiera sido posible.
Curioso parecido con tres actores de este destroyer artista dadaista, salidorro y pajillero mental, el actor vasco Ismael Fritschi. Con aquel actor bonachón: Roberto Camardiel; con el desaparecido también camaleónico: Jordi Estadella y con este actor que está increíble en este filme actual de Glen Ficarra y John Recua: "Focus", Adrián Martínez.
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