"EMILIA" DROGADA

Se marchan actores a los que no se les garantiza un mínimo de dignidad y de un guión que no les devalúe para el futuro. Sólo con ver a Agnès Llovet y a Raquel Aragón el pasado día en "La sonata del silencio", te das cuenta del deterioro que ha sufrido su currículum en la serie, por culpa del guión simplón que hace que actores se vayan o porque loe echan también. Ya dijimos que la partida de "Elías" ensombrecería la mejor trama que cohabitaba en el serial.

Antes de nada, los espectadores de ESDPV no somos enfermos sexuales ni tarados para disfrutar con tanta aberración rasposa. Equívoco enorme el del guión, llevar al personaje de "Emilia" por estos derroteros de víctima de ese sofocón y delirios calentorros por el cuerpo y posesión de la buena de "Emilia", por parte de "Garrigues". Erotismo churretoso en un momento chabacano que daba pena y ni se sabe ya qué nos sugiere.

Momento tan malo como efectista que es un pegote en la trayectoria del serial. Es que estamos asistiendo en una serie de tanta poesía costumbrista, de noir y de historias escabrosas que tenían su basamento en lo gótico, de crítica social ante la descarnada opresión de unas clases hacia otras, de tanta psicopatía enfermiza, de humor surrealista, de amores impetuosos y trágicos, para echar unas canas al aire, desmadrándose por lo soez del quitarse la ropa insinuando una violación incluso; no hay más que ver a "Garrigues", despeinado y sudoroso, tras despertarse una "Emilia", desencajado, a la que ha tenido a su merced.

Hay un deseo de ganar audiencia que sólo encuentra en lo más burdo un intento de levantarla, que cualquier motivo es ya favorable para despelotar a alguien dentro de una cierta prudencia visual que no de trasfondo dramático, ofreciendo ya violaciones supuestas a domicilio. Aunque "Emilia" enfundada en ese camisón es de una cutrez clamorosa. Televisión casposa, con un penoso guión que se enmaraña y resulta sucio y todo a la búsqueda de algo de trama que sigue sin haberla en una serie aterradoramente falta de lógica y buen gusto ya.

Una secuencia mala y hasta desagradable. Con un guión de traca, con capítulos que resultan un churro creyendo que con eso satisfarán al espectador más desesperadillo.

Esto y lo digo con pena, está legando a convertirse en una majadería, una escena de mal gusto y algo sin pies ni cabeza, con el agravante de majadería total. Algo sonrojante y que violenta el sentido y espíritu de una serie que tan buenos momentos nos dio. Algo recomendable para espectadores que tengan insomnio durante la siesta. Y otro tanto llega con "Los Manantiales" ya que parece que el macarra obliga a "Camila" a meterse en la cama. ¡De llorar!