LA NOVIA Y LA GUARDIA CIVIL

Ha sido surrealismo puro. ¡Mira que hemos visto bodas en ESDPV! Preciosas, enrevesadas, caóticas, que se han deshecho, llenas de ternura, pletóricas de amor y conmoción, fatales con muerto además y exterminio incluido, pero jamás ninguna con la Guardia civil acompañando a la novia. Es que llevan con la amenaza de los fanáticos del "Puño de Dios" casi tres meses. No hay otro tema para "Miel Amarga". ¡Es muy pobre! Y esta tarde, una puerta se abre, mal presagio, algo hace recordar que allí murió "Tristán" a alguno de los personajes y nosotros que hemos asistido a casi todas las bodas del pueblo, nos ha parecido una boda corrientita y descafeinada; porque, en la serie, el amor es ya expresión de resignación bovina y falta tanto ímpetu como imaginación al guión que sigue sin querer comprender que a la gente le gustan amores impetuosos y no historias de calzonazos o de cuernos.

Es pena porque tanto Raul como Agnes son dos muy buenos actores (hace poco comentamos el papelón de Agnes/"Virtuditas" en "La sonata del silencio), pues aquí daban más pena que otra cosa. Muy por debajo de sus reales posibilidades, con cara de que la tierra se los iba a tragar en cualquier momento y con esa amenaza fantasma de los que te pueden matar pero nunca se les ha visto. Y la Guardia Civil. Me han venido tantos recuerdos de bodas históricas en la tele. Dos por ejemplo: la de "Pepa" y "Tristán" que conmocionó a casi dos millones de espectadores y aquella otra de "Hipólito" y "Quintina" que representó un culmen de lo maravilloso que es el amor, lo inesperado, lo hermosos que son los defectos, una boda chapliniana con un Selu Nieto y una Blanca Parés inmensos y que parecía se miraban con la chispa del amor de verdad. El video de la boda de ellos dos es de lo mejor que he visto jamás en ESDPV. Por cierto, alguna vez le he visto a Blanca en "Amar es para siempre", no se le entiende un carajo. Cada día habla peor, ya ni vocaliza e interpreta de lástima. 

La verdad es que ha sido un momento sin pasión por supuesto, pero sencillo, irónico y que en algún instante te daba la risa. Una boda anodina. Como esa relación tan alicaída de los dos personajes. Tiene algo de comedia, de drama, de fantasía, elementos surreales como la puerta que se abre trayendo algún mal fario que se puede pensar. Pero me ha parecido una boda de personajes que recitan y sin vida, sin alma. Incluso a veces parecía una broma, ha tenido un parco encanto, el vestido no era lustroso en verdad, un poco de quiero filmar una boda como las de antaño y se han quedado cojos y a mí me han dejado indiferente y hasta lo de la puerta me ha parecido chungo. Me he reído cuando la novia caminaba al altar y lo mejor ha sido ver al cura de "monaguillo".

Parecían dos "colgados". Dos desesperadillos a los que se les pasa el arroz. Una boda delicuescente, de mala sombra, casi como se casan porque se iban a quedar para vestir santos; casi no cuenta siquiera como que hay boda, donde los personajes no eran divos ni pasionales sino que casi no pasa nada hasta esa puerta que se abre repentinamente. No hemos llorado como en aquellas otras de "Sí quiero" de "María" y "Gonzalo", de la "Pepa" por supuesto, aquí nos ha dado hasta un sueñecillo mientras que llega la novia al altar y luego hasta despertarnos con el portazo. Es que casi ha resultado caricaturesca y anodina y tanto atacada por un desdén frívolo. ¡Que estamos hablando de una boda! Una boda un algo cargante y muy pretenciosa que ya no vende porque, en el 2016, aunque le vista de novia a una mujer, no despierta la chispa sino hay detrás algo más. Es que no es fácil sacar provecho lustroso a una boda. Puede resultar deprimente si los personajes no resultan encantadores. Y este guión ni ha contribuido ni ha sabido meternos en el papel de espectadores emocionados en el bodorrio.

Llega más morbo con la "Emilia" y ya entregándose al psicópata de "Garrigues" y poco más.