"MENCÍA" MUERE ASESINADA.

PV ha recibido un Premio Iris por su contribución a la difusión del sector audiovisual, por su proyección internacional y por la cantera de actores que ha promocionado. Justo premio es, este dado por la Academia de la Televisión. ESDPV ha sido una serie inmensa, despreciada por muchos y en la cual nos fijamos algunos para escribir sobre ella y que nos ha proporcionado ratos inenarrables. Es una pena cómo ha decaído la serie pero lo tuvo todo y justo es reconocerlo. Hemos vivido con ella momentos que jamás volveremos a ver en televisión, tanto de una capacidad dramática y humorística así como de una poesía y nostalgia inenarrables. ESDPV es como esa secuencia en la que una anciana, esta tarde, "Rosario", sentada en la terraza de la taberna, ve en su su nieto y prometida del brazo que llegan, el tiempo que pasa, las costumbres que cambian y lo mayores que nos vamos hacemos. Eso es para mi ESDPV. Es volver a pensar en "Pepa", "Álex" o "Mariana", cuando ya no están, tal y como se les recuerda por su gente del pueblo. ¡Llámenme sentimental! Lo seré. Es que la serie no ha dado más; una cámara de horrores con el fin de despachar actores y que vengan otros con guiones que nada aportan.

A mí, la actualidad, poco me dice ya. Pero siempre respetaré el trabajo que se ha realizado y que bien se ha ganado este premio de la Academia. Aunque me han llamado de todo fanáticas y algunos actores, siempre he querido a la serie y apoyado. Y un poco de humildad y crítica no les hubiera venido mal a algunos. De hecho, con pena contado, la audiencia ha bajado en casi 300.000 en los últimos meses. No se les mete en la cabeza que tantas aberraciones y defunciones no gustan ni en España ni en Italia. Los foros italianos muestran ya mucha decepción. Ha tomado una linea la serie, rota hoy en esta preciosa secuencia, que ni es agradable de seguir ni comercial, tanto cúmulo de mal gusto y casposidad. 

Hoy hemos tenido ya una evidencia de que no se han planteado un debate de hacia ¿Dónde quieren vaya la serie? Hablan de la audiencia y con ello basta y, es peor, sobramos los que apuntamos sus incongruencias y dislates. Dos ejemplos: con la chabacana soez y guarra del despertar de "Emilia", drogada, en esa vestimenta de sonrojo para ella y con esas poses tan degradadas en esta protagonista y actriz que se notaba se encontraba a disgusto. Y con la muerte de "Mencía". ¿Para qué han casado a esta protagonista? Pero si era un personaje irrelevante, tratada Agnès muy por debajo de sus posibilidades. Pero si su vestuario era del trapillo del guardarropía; la muerte le ha cogido enfundada con los mismos pantalones que llevaban Alejandra Onieva/"Soledad" cuando llegó de sus viajes europeos y Eva Manjón /"Piedad" en sus viajes con el Bugatti. ¡Es que da una imagen penosa! Que es una serie internacional y de premios! Es que en ocasiones ha mostrado una enorme cicatería, incluida la del guión que escribe lo primero que se me ocurre y a sacar audiencia aunque el producto no sea ese que le corresponde por la altura que alcanzó y esmero con el que se hizo, cariño y compañerismo, de sus primeros años.

Una secuencia no desdeñaba. La llegada a la Estación ha estado implacablemente realizada. Los travellings de la cámara y los encuadres han sido preciosos. Y Agnès, una actriz totalmente desperdiciada por unos ignorantes y demás peseteros, me ha recordado enormemente a la Jennifer Jones de "Estación Termini". Toda la secuencia en sí, al bellísimo filme de Vittorio De Sica. Y por ello me ha gustado más aún. La fatalidad a la salida de un tren, una salida luctuosa de nuevo para la serie y más dolor y aire macabro en el serial. Poesía y drama, ilusión y llanto como en aquellos tiempos callejeros del neorrealismo italiano. Un tren que ya no cogerán, un momento que augura un final triste, un escenario mundano que reúne  a una familia feliz y un crimen.

Ese es el buen ESDP de miada melancólica a dos personas humildes que se quieren y que, sin saberlo, se están despidiendo porque ella morirá. Una interpretación menos manierista que la de Jennifer y Monty y un anden que presagia una despedida por lo peor. Melancolía y neorrealismo, como nunca debió de perder la serie. Una despedida extraordinaria narrada con el lirismo de lo que se lleva en el corazón, el neorrealismo que muestra lo auténticamente gozoso y humano del amor, los nervios de una partida y con esa negra sospecha de "Mencía" de que algo va a ocurrir.

Me ha emocionado mucho y ha dejado mostrar las cualidades y talento de Agnès, y califico la secuencia de entre las 20 mejores de ESDPV. Me ha ido directa al corazón, tratado todo con melancolía y sensibilidad, con cierto suave romanticismo ya porque el matrimonio apaga la pasión y porque la pareja no funcionó por culpa del guión y del casting. Imagino que en próximos capítulos veremos el desgarro de "Carmelo". A diferencia del filme de De Sica, este amor, no ha sido intenso pero acaba en la estación de un pueblo español. Un "adiós"  ala persona que amaba el protagonista en una partida que jamás hará ya. Y por encima de todo lo bello que es cuando amas  a alguien, te casas y jamás crees que nadie te arrebatará de tu ser querido. Y felicidades a Agnés. Vergüenza le debía de dar a ESDPV que ha tenido a una actriz capaz de interpretar a una "Virtuditas" enorme llena de acidez, patología, represión y amor oculto (en "La sonata del silencio"), y haberla matado en la Estación del pueblo de al lado de PV.