DOS COPAS PARA LA MARQUESA Y OTRA MÁS

                        Dedicado a María Dolores Gispert la Voz de "Pippi Calzaslargas"

Esta tarde ha sido la de María José Goyanes, siempre que aparece este personaje es insustituible y enorme. Momentos de Berlanga. No vamos a descubrir ahora a esta inmensa actriz siempre, desde niña tan salada y que con los años te da un giro de comedia a cualquier drama que esté pasando, incluso al de la madre del golferas de hijo mal educado por ella que tiene. Esta tarde le han lanzado una bomba directa al estómago que la intentaba diluir con dos copazos de ginebra o tres. Toda la secuencia en casa decidiendo si va al "piskolabis" no ha tenido desperdicio pero la bomba ha estado dentro de la propia cada de los "Novoa". Es que la aristocracia es así. Un esperpento sectario con cualquiera que estiman de más baja estopa, faltona, engreída,sobrada de sinrazones, cruel, vividora, despilfarradora y carece de alguna educación por otro lado y además gorrona y trasnochada. 

Menuda copa se ha metido entre esófago y garganta la "Marquesa". Su impotente hijo va a tener un hijo y ella un nieto de otro hombre que no es "Alonso". Lo ha captado enseguida, casi sin respirar, ha engullido la copa y a punto ha estado de que le de un síncope. ¡Es que tiene una enorme Gracia Maria José para dar la vuelta a una situación deplorable y convertirla en un chiste o hacerla satíricamente extravagante.

La opinión que tiene de una digna familia no puede ser más desdeñosa y cruel. Dentro de la exageración en gestos y expresiones de la "Marquesa", se ha diseccionado como muy bien sabe hacer "Amar es para siempre", lo que late bajo la piel de esta aristocracia nuclear, en quiebra y alcoholizada, sobre como se refugia en un mundo ocioso y frívolo que no lo puede pagar donde las rentas ya no llegan que desaparece con ellos. En clave de comedia que nos ha hecho pasar un rato excelente sobre unos desarrapados moralmente llenos de prejuicios hacia todo que no sea su mundo ya desvanecido instalados unos en el parasitismo y los otros (su "hijo Alonso") en el arribismo y lo fashion del "pelotazo".

Creo que hoy merece recalar en este personaje y en la magnífica secuencia familiar en casa de los "Novoa" (las secuencias corales han sido siempre muy buenas en la serie). Y el rol de la "Marquesa Ana María" (que por cierto María José ya interpretó este papel de marquesado en una novela televisiva de 1.966) es demoledor y tratado en el guión como es en realidad esta gentuza y apuntado por una más que estrambótica interpretación, donde queda más que visto para sentencia: el de una casta y una mujer que se alimenta y paga deudas con el sudor de una buena gente, les roba en las narices, se bebe su ginebra y que sin embardo los desprecia con afectación porque no tienen categoría o pertenecen al importante mundo de los selectos. Los trata como a descalzabotas y repollos. El aristócrata es ostentosamente desvergonzado, conscientemente afrentoso y expresamente cruel. Como "Ana María". ¡Bravo por María José! ¡Un besito! Ha sido la protagonista de la tarde; su hijo es la otra cara de ella, pero pulido.

Ironía en "Félix"; ternura en los "Novoa"; ambiente muy familiar y sano; honestidad y calidez entre los miembros de esa estirpe; gentes unidas; homenaje a una manera de ser empresario honrado, todo eso y más ha sido la secuencia. ¡Preciosa! Con ese sabor maduro de lo que el tiempo ha mantenido y hecho crecer con sentimiento y honradez. Lo más importante de todo en la vida de las personas: su familia. Momento positivo lleno de valores humanos y que nos ha mostrado en todo su desarrollo que no hace falta lo enrevesado o lo alegórico y coñazo, para hablarnos con realismo las dos caras de lo que fue la España empresarial y familiar con Franco (los "Novoa" y los "Marqueses"). Calidez familiar en unos momentos en los que la prole está como está y que muestra tantos valores insustituibles de amor y familia, donde todos y cada uno eran el centro de la existencia de un matrimonio. 

La primera secuencia sigue mostrando a un hipercínico y embustero "Alonso" mostrando con "Marta" su aparente lado conciliador y bueno, mientras muestra esa sonrisa maligna que oculta la peor de las traiciones, sonrisa de descaradamente hipócrita y que ha mentido impúdicamente. Ya casi ni se avergüenza o se preocupa por disimular. Va a lo que va y a "pillarlo" todo caiga quien sucumba.

Me ha gustado mucho ese recuerdo a "Pippi Calzaslargas", mi amor platónico de niño y un poquito más. Katia Klein tiene un cierto aire a la actriz Inger Nilsson. Y es un poco la niña desprejuiciada y ácrata y, como "Fiona", juguetona y un poco traviesa y que busca algo que no le dejará "Esteban" encontrar tal vez., como "Pippi" que deseaba lo que no le dejaban. Y un recuerdo a su voz en el Estado: María Dolores Gispert, a la que hace algún tiempo no veo y que tanto quiero.

       María Dolores Gispert, Manuel Cano y Elvira Jofre Tres grandes del doblaje.

Los "pajilleros" del baño. Una época de adolescencia contra la que especialmente más arremetían los de la clericalla de Franca. Que lo único que les importaba tras sus arengas y aviso de castigos horrendos a los que practicaba el sexo en soledad, en varios casos, era meter mano a los niños.