lunes, 3 de abril de 2017

LA MUJER DE HIELO

Este artículo se lo dedico a todos aquellos que lucharon noblemente por la Ikurriña y una nueva sociedad  vasca para encontrase con los similares vividores tras la muerte de Franco.

ACTRICES DE LA TARDE:  THAÏS BLUME, MARIONA RIBAS, ARTURO QUEREJETA Y BLANCA PARÉS


Personajes que se comportan como trazos de una tragedia vital; aunque de diferente modo. El sacerdote, pleno de optimismo, confiando en su inocencia. "Nuria", muy escéptica ante el futuro judicial del "Padre"; sola; moralmente rota por dentro y frígida por fuera; una nueva mujer oculta tras una capa de hielo y se ha quedado desprovista de cualquier sentimiento o estímulo. Y le va a defender al sacerdote de una acusación nada menos que de propaganda subversiva. El encuentro con él, en la cárcel, ha sido calmo y de petición de perdón por parte de ella, ante el comportamiento que tuvo en la entrevista en su casa y las acusaciones que lanzó. Pero, a "Nuria", se le ha oscurecido el alma y apagado el ánimo.
Una chivata, en aquella época hubo muchos que delataban por muy siniestros motivos a su vecino, conocido a a su párroco incluso, ha conducido a la policía hacia esa Bíblia del PNV; las obras repletas de xenofobia de Sabino Arana; la perseguida y odiada del Régimen, Ikurriña, y aquel desesperado intento de criminalizar toda disidencia desde el País Vasco.


Aunque no los torturaban igual que a los civiles en muchas ocasiones, los sacerdotes en general y los vascos también padecieron la persecución franquista y la republicana; ambos Regímenes los persiguieron y fusilaron mártires de la guerra  y de la larga agonía del criminal franquismo. En los años 60, el clero vasco era sañudamente acosado y encarcelado por la Político Social, bajo la torticera acusación de que ayudaban a la ETA y estaban con la Ikurriña y una Euskadi jamás sometida a los dictados de unos fascistas de Madrid. Y no siempre fue cierto pero los acusaban y sentenciaban.

                                       

Este pobre "Argimiro" no tiene nada que ver porque el azar y la imprudencia de unos voraces militantes del partidos le colocaron en esta tesitura. Pero ya había sectores católicos que condenaba a sus obispos por apoyar al franquismo; como el el País Vasco, a comienzos de los 60, donde curas condenaban a los obispos por apoyar a un Régimen que perseguía social, étnica y linguistícamente  al pueblo vasco. Lo del "Padre Argimro", su detención, fue habitual desfile con muchos sacerdotes en el País Vasco. La Iglesia, en mi país de hoy, tuvo disensiones dentro de ella y no acabó con la división de "vencedores" o "vencidos"; al contrario, creó un foco político de resistencia a Franco que lamentablemente se unió a ETA en algunos casos. Pero en Madrid, un cura y unos feligreses que nada tenían que ver con los curas vascos, alejados de todo ello, inocentes, pagaron con su detención la propaganda Sabiniana que parecía revulsiva porque se enfrentaba al franquismo pero que era tan dictadora, vengativa y antidemocrática como el propio franquismo.


Precisamente, el años 1.968, fue el mejor año posible para el Régimen porque, a partir del 69, se recrudeció la conflictividad, social, económica y España devino una caos incontrolable y se confundió todo. Pero, esta, es otra historia. Yo era un crío cuando veía detener a la gente por tener, mostrar una ikurriña, manifestarse en favor de la cultura vasca o escuchar canciones prohibidas de Michel Labéguerie; cuyos discos, editados en Francia, eran vigilados por la policía de fronteras porque, en su portada, venía estampada siempre la Ikurriña y la gente los pasaba hasta escondido en la faja de una mujer. Yo he vivido esa época donde los petimetres como "Inchausti" parecían el espejo del futuro en el que nos contemplábamos todos tras la muerte un día de Franco y la llegada de nuevos tiempos. Cuando he visto detener a "Argimiro", en Madrid, me han asalto recuerdos de cosas que oía o vivía de adolescente y que tanto terror y angustia generaron en mi alrededor; en amigos, familiares o vecinos y que provocaron ríos de detenciones, torturas, desasosiego y tanta desolación en la sociedad. Se sufrió mucho; total, para ser perseguido de otro modo algo más "democrático" pero sarracenamente también. 
A pesar de todo, aquella gente, ez hurbiltzen neguan beldur. No tenían miedo al invierno que se aproximaba con Franco.


                                                            MICHEL LABÉGUERIE



¡Que triste!. La melancolía de "Nuria" la tenía yo. El hielo recubriéndola como una coraza, en su visita de abogada al sacerdote,  era mi misma angustia gélida al recordar lo que se la jugaron muchos e inocentes para que, al final, los mismos que desde la sombra atizaban ondear la bandera de Euskadi, se convirtieron en unos oligarcas de partido que se apropiaron del poder y donde, el que no era de su cuerda y llevaba su carnet en la boca, fue despiadadamente apartado de la nueva Autonomía de los nuevos privilegiados.




Por ello, me he sentido doblemente impresionado por la interpretación de "Nuria". Fría como el mármol; parecía construida sobre piedra, ladrillo y cemento; un nuevo registro interpretativo de esta prometedora actriz. Siente un vacío absoluto y su trabajo es mecánica y obligación pero ha perdido toda aquella vida que bullía fuera y dentro de ella que, aunque padecía, vivía; ahora, esta muerta. Por no hablar de la indiferencia hacia "Jaime". Sin grandes demostraciones de patetismo, sin salirse de madre, ella representa con realismo lo que han hecho de ella. un juguete roto. Su presencia hoy es un bosquejo de las miserias de una sociedad y de un padre por accidente que le han destrozado la vida. Lleva una sensación de abandono y sentimentalidad quebrada que da mucha pena. ¡Enorme!







Secuencia de perversión pura de "Alonso" hacia "Marta", la otra protagonista de la tarde. Sólo él ha arruinado la empresa y ha sido triste lo infeliz que es una mujer que es una mujer embarazada, que lo podía tener todo pero que se equivocó con un yupi medio loco, gangster y estafador de su propia familia, virulento y acosador. Es cierto, no se conoce a la persona hasta que vives con ella; más en aquellos tiempos donde mucha gente se conocía y se casaba sin más experiencia.



La secuencia entre las dos hermanos estaba hecha de melancolía, tristeza y comprensión familiar entre "Marta" y "Alba". No es feliz "Marta"  y nada es lo que parecía. Su marido es impotente; agrede cuando le llevas la contraria y nos admite razones y todo es discusión por todo; su suegra es un mal bicho capaz de pasar por el cadáver de una persona con una sonrisa de perdonavidas; la venta a los alemanes fue una estafa con premeditación; ella, soñaba con otro papel empresarial; sus padres andan de mal en peor (espera que se entere que tiene otra hermana) y lo más bello es el apoyo de una hermanita muy madura ya y a la que le invita a tocar su vientre y comprobar cómo se mueve el hijo de sus entrañas.








Lo único a recalcar es que, tras la guerra, no fue la gente como "Benito" la que más perdió; los que murieron, lo perdieron todo.








4 comentarios:

  1. Que narración tan emotiva Iñaki que pasión y tristeza hay en tus palabras que me han dado mucho que pensar. Un beso de una de tus admiradoras

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  2. Es impresionante lo que cuentas tan desconocido para muchos de nosotros y tan profundo y triste. Hoy te has confesado y tiene mucho mérito en una país donde la gente es mas falsa que Judas. Permiteme que te mande un abrazo José Ignacio. Bona nit

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  3. Solo un periodista que es escritor puede deleitarnos con esta parte de la vida de Euskadi tan real como perseguida hoy también. Los que te conocemos y oímos sabemos cómo piensas y aquí tienes a tus amigos en esta Euskadi de panderetas y txakoli adulterado. Sigue adelante asi siempre. Imagino tendrás depresiones pero ahí estas para decir los que muchos no se atreven. Lo que has dicho de Euskadi es la puta verdad.

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  4. Quería deciros que me han propuesto una reflexión sobre la chivata del libro supuestamente una biblia. Sí que desde luego demostró valor la señora, acompañando a la policía hasta la parroquia. Los chivatos eran más sabandijas que eso, escondían la lengua viperina que delataba. Sobre Arturo Querejeta lo he añadido alos mejores de la tarde, creo es justo. Buenas noches a tod@s.

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