Aquel hombre encantador de serpientes del que se enamoró "Marta", jamás existió. Siempre ha sido el despreciable al que conocemos hoy.
Secuencia de derrota total. Una mujer, y mucho peor aún en aquella época tan desgraciada de pocos derechos para la mujer y más obligaciones, estaba sujeta a tales presiones e injusticias que sólo le cabía esa resignación, de la que huye la protagonista "Marta", y la desolación de acabar rompiéndose en llanto, por impotencia, como muestra la última magnífica secuencia de la tarde.
Secuencia de derrota total. Una mujer, y mucho peor aún en aquella época tan desgraciada de pocos derechos para la mujer y más obligaciones, estaba sujeta a tales presiones e injusticias que sólo le cabía esa resignación, de la que huye la protagonista "Marta", y la desolación de acabar rompiéndose en llanto, por impotencia, como muestra la última magnífica secuencia de la tarde.
Es una narración de antihéroes que se transforman en heroínas por el padecer y la tortura, como ella, a las que el sueño de una nueva España más moderna y europea, aún no les había llegado. Eran perdedoras natas y triunfadoras del mañana.
Una secuencia que acaba en amenaza, muy típica del machismo de la época amparado por una legislación que encorsetaba a la mujer y la ponía a los pies del caballo; un momento protagonizado por una mujer víctima y un pelanas de ejecutivo yuppie que se ponía traje y corbata con rigor de la City londinense, pero con el rancio sabor de aristócrata español venido amenos y reciclado por aquella época del franquismo; que necesitaba estafar a una familia de clase media y sin título nobiliario para salir de los aprietos; luchando con uñas y dientes por optar a un puesto en la jerarquía económica de una economía lastrada por las multinacionales, sin reparar en deshonestos y delictivos medos para agarrarse al dinero y el poder.
Es un retrato que insiste más en el desastroso lado familiar, en la crueldad amparada por la ley, en su desquicie moral y falta de escrúpulos para con su propia familia, que en el lado tecnocrático del personaje. Pero que queda reflejado ya hoy, en la manera de tratar y amenazar a su hombre de confianza, a "Alcoriza"/Joseba Pinela, devorando a las propias finanzas que le taparon y ampararon en ese su hombre de "confianza".
Angustias de mujer con esa torrentada de lágrimas. Y es el sufrimiento más allá de su clase social porque, "Marta", como cualquier mujer de otra clase social, sufría lo mismo. Era la mujer ninguneada que corría todos los peligros y más entre ciertos espécimenes machos, crueles y trepadores. Mujeres de difícil ascensión a puestos importantes sin muchísimo sufrimiento.
Armas de mujer que, sabiamente y ante sentirse acorralada por una posible denuncia que la encarcelaría y le arrebataría a su hijo, sacando las uñas, muestra su más mortífera advertencia avisándole que lo a atener muy difícil porque conoce la situación de sus enredos y estafas, cara a Hacienda y a la justicia; hay le da en el corazón y él, discretamente, pudibundamente y hasta con una cariño que repelía, se retira con una modulación más suave, con ese: "Te espero en casa cariño"; sabe que no resistirá que su mujer le emplace ante el organismo público ni ante la justicia.
Siempre he dicho que hablar con los curas, dejarse aconsejar de sus vaguedades humanitarias, es entablar un diálogo de sordos. Pretenden curar con la caridad cristiana y sus dogmas, perdones y paciencias lo que no tiene cura; a pesar de las confesiones, no tienen ni puta idea de lo que es el sufrir de una mujer ante su marido maltratador, en cualquier etapa histórica. Quieren curar el cáncer con buenas disposiciones y resignaciones cristianas que son un cebo para que todo siga igual sin ellos comprometerse demasiado. Su medicina no cura porque no opera el mal y lo extirpa pero en ello se basa su discurso de claricalla, en su tiempo, que hizo tanto daño al proclamar el conformismo y la sumisión frente a esa rebeldía de "Marta" que es lo más grande que tiene este personaje como lo tuvieron aquellas mujeres.
¡Pobre Valderrama! Le aleccionaron sabiéndole los curas, dejándole esa impronta de frustración cuando comprobó la inutilidad de sus prédicas religiosas; para pasar al otro catecismo revolucionario, con el que también le engañaron: el de otra ideología totalitaria, ésta atea, del comunismo.
Precioso momento entre "Quintero", uno de los buenos de la serie, al bilbaino Iñaki Miramón, con "Nuria" ( que está dejando pasar un poco la trama de su parentesco supuesto con "Jaime" y me parece bien porque le guión debe continuar y no anclarse y Thaïs tiene mucho que interpretar en su papel de togada de la época); momento de amistad sobre todo. Defender a un "amigo", son las palabras que me ha levantado la emoción cuando las ha pronunciado "Nuria" hacia su jefe.
Gracioso momento de enorme ternura. Una chica que no aparece y él , como en aquella canción de Georges Brassens que la escuchaba en el colegio francés de niño, huy una joyita de la poesía de este músico de Sête: "Marinette" que se encontraba el chico con el ramo de flores para una chica que nunca llegó y parecía tonto ante la gente. Es la secuencia más fresca y de las más amargas de la tarde.
Y ... ¡Cuidado con "Maroto" que algo trama! Siempre en la sombra de todo y ante todos. Va por libre y puede resultar un personaje clave en el final de "Alonso". Se ha comido con papas fritas en esta impresionante secuencia, a "Jaime".
Retrato perfecto de aquella epoca Jose Ignacio. Lo bordas y creo que Marta se quedara viuda. No se que te parece
ResponderEliminarEs maravilloso leerte y cuentas aquello como si lo hubieras vivido de mayor ya con conocimiento.No seras un viajero del tiempo jajajajja . Maravilloso leerte buena hora en la que dejaste de escribir sobre puente viejo un royo
ResponderEliminarEs curioso compi como cuando escribías sobre Puente Viejo no te dejaban ni explicarte. Tus opiniones siempre favorables a las mujeres desde la Partera y aquellas charlas que comentabas entre ellas.La manía que te cogieron no era normal, te llamaban de todo cuando es evidente que siempre has mostrado tu lado progresista y apoyo a las mujeres pero sin casarte con nadie.Tus escritos sobre Megan que nunca te agradeció nada y no tiene educación, jamás nadie escribirá de ella y ya ves.Lo que han hecho gentes de la serie, actrices y actores que te odian por hablar bien de ellos, que te borran del face una de dos: o no quieren entender nada o estan majaras porque siempre los pusiste por lo alto.Hay algo raro en esa serie y en los foros que no me gustó nunca e ingratitud toda. Aquí que te expresas y comentas con respeto y se nota otro ambiente. A mí nadie nunca me ha insultad como Peidró lo hizo, uno de los mandamases. Las broncas provenían de dentro y era todo muy raro. Así les va claro. Un abrazo compi
ResponderEliminarAquello era una verguenza coincido contigo Juli
EliminarLo que le hicieron a Iñaki en Puente viejo no era normal. Se inventaban relaciones, le insultaban, le arañaban, le llamaban de todo Yo se en el muro de Mario Martin unas mentiras sobre el tremendas y hasta reirse de su apellido. Demasiado aguantó por bueno que es pero aurrera que cuando un vasco se pica se acabó
ResponderEliminarY tu artículo de esta tarde es como aquella epoca triste y desamparado. Es poesía pura
ResponderEliminarAquí tendrá plenamente libertad para expresase.
ResponderEliminarDesde la administración no oponemos a las injusticias.
Oye es cierto mi madre me dice que la vida de aquellas mujeres es asi como la presentan y tu comentas. Que triste debió de ser aquel tiempo y los análisis que haces se notan estudiaste ciencias políticas y que te gusta el tema. Bona nit y ya sabes te espero en Barna un día
ResponderEliminarcomo.siempre extraordinario y Juli tienes toda la razón en.Puente viejo era una locura como estaban la mayoría mal.de la chaveta inventando y esas fans locas de atar yo me asusté y me fui Sólo me quedé con lo bueno del principio y las buenas,amistades Tu como.un buenísimo periodista y escritor no tienes porque aguantar tanta basura Aquí en Amar la gente te agradece tus artículos Besos amigo!!!!!
ResponderEliminarcomo.siempre extraordinario y Juli tienes toda la razón en.Puente viejo era una locura como estaban la mayoría mal.de la chaveta inventando y esas fans locas de atar yo me asusté y me fui Sólo me quedé con lo bueno del principio y las buenas,amistades Tu como.un buenísimo periodista y escritor no tienes porque aguantar tanta basura Aquí en Amar la gente te agradece tus artículos Besos amigo!!!!!
ResponderEliminarComo siempre magistra tu post GRACIAS por la vida que le pones
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