CASPOSO Y OPORTUNISTA FEMINISMO

EL FEMINISMO FRENTISTA QUE ESTÁ PRESENTANDO LA SERIE NO ES DE AQUEL TIEMPO SINO DE HOY. ES "COLAR" IDEOLÓGICAMENTE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO ACTUAL TRASLADADA ERRÓNEAMENTE  A AQUEL TIEMPO.

Los personajes más creíbles y mejor interpretados son los masculinos. El guión los ha transformado en verdugos, tontos y machistas. Los femeninos, glorificados, considerados como víctimas, parece han declarado la guerra al hombre y se muestran, dicho ya por ellos mismos como esta tarde "Vicky", como guardianes de un rancio feminismo ultra, del que sólo usan demagógicamente los guionistas para captar la audiencia femenina y enfrentar a los géneros como se hace hoy en día en España, dividiendo sectariamente y creando fosos de odio. Es impresentable la deriva feminazi que está llenado la serie. Nada tiene que ver con aquella España de 1.969, adulterada gravemente hoy en la serie y reivindicada feministamente día a día en los capítulos, y que usa del lenguaje y de unas pautas agresivas que se desconocían en aquella época. Ese filo-feminismo era inaudito en aquel fin de los 60. Había mujeres que intentaban entrar en el mundo laboral pero de un modo menos agresivo, faltón y más democrático, sin pisar al hombre. 

Esta forma radical que plantea la serie, es falsa. El guión está proyectando algo que surgió en los 90; curiosamente nació en el ámbito católico para ponerse en contra, que lo usó para luchar por sus propias ideas por oposición a quienes querían destruir la família y sociedad, conformando un pensamiento crítico nunca escuchado hasta entonces y donde se empezó a hablar del feminismo o igualdad legal y social entre hombres y mujeres. La Iglesia fue muy lista en los 90. Luego se lo apropiaron los progretas vividores políticos buscando el pesebre. Y así hasta hoy donde las feminazis odian al hombre y lo ridiculizan con una saña psicótica que raya ya el delirio. 

Las mujeres de hoy no creen nada de lo que representan estos aire feministas que son para los míos y que además exacerban mucho la convivencia creando auténticas brechas en el necesario contacto social y humano, empañando hasta lo  profesional,  entre hombres y mujeres.

La secuencia de esta tarde en la que se pinta con sadismo chaquetero a un director que te invita a tomar una copa (que parece ya es un violador) y la reacción malencarada de ella, es elocuente. Están creando personajes de hombres odiosos, insensibles o tontos; se les da un chance a unas mujeres como esta maleducada y desagradecida "Vicky", que no ha hecho aún nada en el periodismo y exige lo que no merece aún y no se lo ha ganado. ¡Ya le contaría yo lo que me costó salir adelante en la profesión! Y soy varón. ¡Anda ya!

¿Es que de verdad esta feminista piensa que merece algo sin demostrar aún nada? ¿Los hombres, cómo lo tenían de igual modo? Se arroga unos derechos superiores a hombres que no podían aún acceder al periodismo, porque ha hecho unas fotos trucadas de Franco. ¡Un poco de humildad! Ella o un hombre que no han hecho nada, no merece ningún alto grado de reconocimiento, sea mujer u hombre. Es un personaje imbécil, osado, faltón, engreído. Y cuando ya va donde "Marta", que ignoro de que se queja porque esa empresa la heredó y ahora le aburre, mientras su hermano fue a la cárcel porque ella era una estafadora.

Nos quieren colar ideología feminista y antireligiosa barata, desconectadas de aquel tiempo. ¿Pero  "Vicky" que te has ganado? Si acabas de empezar y encima reprochas un contrato que te han hecho. En un medio, esta gente,  tumba la convivencia y se carga el Semanario.  Parece ser que la salvación de la empresa, que se puede hundir un número porque no salgan las fotos de "Vicky", son la vendedora de anuncios y la fotógrafa que es más machista que el director de la revista. Y lo están contemplando todo desde esta órbita sufragista y se están cargando literaria y periodísticamente la trama y a personajes como el Director, el Redactor Jefe (al que pintan como un huraño cínico, insensible y machista que casi no tiene cabida en la redacción) y a "Diego Durán" al que quieren emparentar con esta descolocada absolutamente "Marta".

Hoy también con el pobre "Marcelino", que tiene todo el derecho en protestar, porque es su pan y el de su familia y es un bar. La secuencia sobre los "desayunos europeos" que "Charo"le restriega por la cara al bueno de "Marcelino", transformándose en una soberbia y engreía mujer machista. Despreciando lo castizo, hablando de sus desayunos representativos de Europa, casi llamando "rústico" a todo un señor de la Plaza, de hostelería de toda la vida. Se ha dirigido a él con una chulería que no se llevaba en aquel tiempo. ¿Pero de dónde están sacando estos personajes que necesitan de este hembrismo y frentismo para significarse ante un macho sobre el que caen todas las canalladas habidas y por venir? ¿De qué vamos? Eso es lo que me duele y me hace intragable la serie: que una recién llegada venga a chulearse de malos modos altaneros de un trabajador que pelea por lo suyo. Y la actitud de "Pelayo" y de "María", criticando al hijo, han sido un despropósito porque, "Marcelino, lucha por el negocio de todos. "Charo" hoy ha actuado de insolente y una chula.

No me gusta nada lo que estoy viendo. Coexisten con estas tramas de burda propaganda de emancipación feminista y aversión católica, otras que son la mayor memez que uno pueda imaginar: la de los mosqueteros y la niña tontita que se ríe de la "Virgen de los Descreídos". ¡Lamentable! Y el Semanario me está defraudando mucho.