UNA SEÑORA DE PARIS

 ACTORES:

LARA CORROCHANO, VÍCTOR CLAVIJO, MARÍA ADÁNEZ Y JACOBO DICENTA

Francia, donde vivo, es un gran país. Y en su historia encontramos oasis de libertad y cultura, de pasión y libertad como esta época de la posguerra por entre los lugares por donde se conocieron "Marion" y "Ricardo".

Por primera vez en tres semanas que hoy cumple la nueva Temporada ha asomado un personaje femenino de enjundia y creíble. Un gran personaje repleto de ternura, que olía a amor en libertad y amores libertarios confundidos entre aquel existencialismo y bullicioso Saint Germain-des-Pres de después de la Guerra y de los 50. Inolvidable marco intelectual y pasional. En ese ambiente que se apoderaba por tantas calles de París, donde se amaba la vida, la prosa, el periodismo comprometido, la filosofía más vanguardista, las musas más evanescentes, donde se mezclaba la poesía con la personalidad de muy atractivos exiliados perdedores, se conocieron y anduvieron "Marión" y "Ricardo". 

"Marión", con "Charo"y "Matilde", son los tres personajes femeninos de enjundia e interés  de esta Temporada. A los que habría que agregar a "Manolita", "Benigna" y "María" de otras temporadas. Las demás de esta época temporada actual, no valen para nada, ni son creíbles, ni saben interpretar y les ha tocado la pedrea con el guión peudo-emancipador que las está hundiendo. De hecho, hoy hemos asistido a otra subliminal incursión en la grandeza ficticia de una mujer cuando resulta que, a un buen periodista ya bregado en parte, le cuesta llegar y le restan importancia ("Durán) y aparece la "Susana" que escribe tan cautivadoramente como jamás alguien pudo suponer lo haría quien no conoce la profesión, con una gran capacidad para ver y contar, activa, dinámica, construida a la perfección en su redacción, increible y que ya casi es la mejor.  La directora pronto. Y encima que por ser mujer no le dejarán publicar. Lo cual es otra falsedad; en aquellos años, las mujeres, en este tipo de semanarios y revistas avanzadas, no tenían tanto ese problema discriminatorio, si valían y demostraban. ¡Menudas periodistas, locutoras, en televisión, que hubo en los 60 y 70! ¡Vamos! Se inventan otra historia y a pescar río revuelto. Estas majaderías es lo peor que tiene la Temporada; construidas para atraer con engaño al público femenino y subir la audiencia como sea.

Pero esta historia es diferente y tiene calidad. La de "Diego" y "Marión". La de la muerte e investigación de la misma de "Ricardo Osuna" por parte de su hijo. Un thriller enmarcado en aquella posguerra parisina donde me hubiera gustado vivir. Donde un hombre alegre se suicida a las horas. Incomprensible. Imposible de creer. Y que tiene referencias a "El hombre de la Torre Eiffel". Cuando geminaban tantas emociones y pensamientos, la bohemia tan llena de esperanzas e ilusiones, donde salieron a la luz tantas entrevistas y manuscritos; un ambiente de medios de comunicación, de arte, en el enclave más vanguadistamente cultural del mundo en aquel tiempo. Tiene muy buena pinta. Huele a crimen perfecto y sórdido, a envidia y correría trepa, a franquismo más allá de las fronteras, a traición. No quiero adelantar acontecimientos pero iremos desmenuzando esta historia negra y sucia.

Escuchando la historia entre "Ricardo" y "Marion" me ha venido  también a la memoria el filme de aquel cine clásico norteamericano de "La colina del adiós", de Henry King. Historias románticas que te dejaban un agridulce sabor en su final; preciosas historias de amor , de las que merecen la pena vivirlas y que se desarrollaban en paraísos tan diferentes a los de nuestra supervivencia diaria en España de entonces.

Estaremos pendientes sobre esta historia que promete, como la de "María", enmarcada en una época histórica bien reflejada, muy bien interpretada. ¿Qué le sucedió a "Ricardo Osuna"?. Algo macabro sin duda. Sobre aquel cadáver, sobre su identidad moribunda, hoy se proyecta ya una historia de miedo, crueldad, egoísmo, silencio y... tal vez un crimen.

Lo de el cartel de "El Cid", no todo vale cualquier escribir una ficción. Han cogido uno del original del filma de Anthony  Mann; incluso se ven los nombres de su director, de actores como Raf Vallone o Geneviève Page. Sustituyendo a la Loren por "Charo" y a Charlton Heston por otro indocumentado que se han inventado. Eso no puede ser, adulterar un gran filme. Eso es lo que está perdiendo a la serie. Nunca se ha recurrido a esta indignidad. Este filme y su afiche merecen un respeto y no se le puede pintarrajear, violar ni maltratar así. Daba vergüenza pública. Como a "Los diez Mandamientos", de Cecil B. DeMille, con esa referencia coletilla que hacía "Marcelino" de que "era un tostón", cuando es un filme que sesenta y un años después se sigue viendo, es inmenso y una epopeya épica perfecta. Todo esto indica la nula cultura de los guionistas, su sectarismo ideológico y su incompetencia para acercarse con respeto a aquella época. Y que l unos buenos actores se presten a ello es vejatorio. 

Pequeño homenaje a "Los Diez Mandamientos". Se estrenó en julio de 1.959 en el Gran Kursaal de San Sebastián.  Aún hoy hay gente que lo recuerda. El operador era José Ruiz de Eguino, en foto. Los proyectores dos Ossa de los 50, colocados en cabina situada en el segundo piso del Kursaal. El de la foto es uno de ellos que acabó en el Gaxen y después en un museo de Madrid. El Cartel original el de la foto. De mi blog sobre los cines de Donostia