No se puede dejar sin segunda vuelta a un país y que sean estos
oligarcas políticos vende patrias quienes alcancen acuerdos o desacuerdos
desde los aparatos de sus partidos corruptos tras un referéndum de listas cerradas. Es la puerta directa que lleva desde le chanchullo hasta la corrupción. Con este sistema y consenso es imposible gestionar o resolver los graves problemas que acucian a España.
Lo dijimos hace unos días: Rajoy y Soraya debían de ser expulsados del
PP. Antes que dimitir sus cargos, debían proponer la salida de estos enterradores del PP. Son un peligro. Su reacción, tras su debacle electoral en las elecciones en
Catalunya, así como la de pelotines de baja estopa como Fernando Martínez-
Maillo, es la tumba de ese partido que ya no representa a la derecha, a los liberales,
a los que se sienten perseguidos por sediciosos y buscan una situación de
Estado y Constitución, sólo a buscar unos votos del miedo entre gente que se
aferra a él porque está desamparada absolutamente ante los ultra izquierdosos y
sediciosos, delincuentes y ralea que ve recompensado su delito mientras el pobre
de a pie está sojuzgado.
El enemigo del PP no es Ciudadanos, es él mismo y su servicio
únicamente al aparato del partido, como el PSOE. Es descarado, el PP y el PSOE sólo se sirven
a sí mismos y a sus intereses electorales. En estos días, tras el revés
electoral, del que sólo son responsables ellos mismos, resulta más evidenciado
que nunca. Queda ya meridiano que los partidos constitucionalistas son
incompatibles para algún pacto contra la sedición, indisolubles para alcanzar
una mayoría aunque las cifras la otorgaran. Pero ninguno de los tres, incluido Cuidadanos, ahora rehén de próximas elecciones en el estado y que teme meter la pezuña, pero no es nada de fiar tampoco.
Los reproches del PP a Ciudadanos no sólo carecen de base sino de lógica.
Con cuatro diputados no suman. Es que parece ser que, en el PP, algunos, no se
enteraban de la quiebra que venía y del fracaso estrepitoso que amenazaba a un
partido que convocó elecciones con todo el aparato político, social y mediático
al servicio del golpismo. Con muchos responsables en la calle y otros en el
exilio revaluados por una población que, cuanto más eran ridiculizados desde la
prensa pepera y vividora, más crecían en expectativa de voto, caso Puigdemont.
Los votantes no se lo han perdonado al PP; estaban convencidos que habían
pactado con el golpismo y que, cuando menos, era un modo de declarar un NO-155
para llegar a unas elecciones y no aplicar la ley, disolver al Régimen en un
tiempo prudencial, encarcelar a todos, quitarles de un plumazo las subvenciones,
mamandurrias y publicidad, retirar el poder mediático de TV3, disolver a los
mossos, que el gobierno gobernara en Catalunya y no dejar escapar a los jefes
de la banda. Ni el PP, PSC y Ciudadanos se van a entender jamás. Aunque el tema
tiene otras aristas más truculentas por parte de todos los partidos. Tiene que
ver con ambiciones y traiciones de los partidos constitucionalistas y con
pactos e intereses entre Rajoy, Junqueras, Ciudadanos e Icetones.
Es muy lamentable lo que esta ley electoral y de consensos brinda como
ninguna solución democrática al final y como sí chanchullo para buscarse un
hueco en el poder y repartirse el dinero. Rajoy tenía pactado con Sánchez y Junqueras:
el CUPO, la Hacienda Catalana, Catalunya como nación, representación en
organismos internacionales, garantizar pensiones sine die para esa Autonomía, un
indulto general, con un montante al año de unos 60.000 millones de euros. Y
ello no es posible ya. ¿Por qué? Porque los súbditos han dado la espalda al PP
y al PSC y no agregan mayoría. Y Ciudadanos con ERC podrían tener mayoría pero
no se deciden. Además que los nacionalistas no son nada de fiar.
Por un lado es lógico que, Ciudadanos, no busque una mayoría,
inencontrable con quien tampoco adiciona una mayoría. Es imposible que
Arrimadas forme gobierno; no sólo con el PP o PSC sino tampoco a quien no hace
ascos, a los de En Comú Podem. A arrimadas no le sirve para nada su triunfo, ni
hoy ni jamás. La mayoría será siempre de los que han gobernado casi de toda la vida, de las
fuerzas independentistas; ellas marcan la política y más tras un mes y medio de
oxígeno que les ha dado a la hora de la verdad todos los partidos del arco
constitucional: PP y PSOE, pactando y Ciudadanos, deseando una elecciones exprés
para destacar yo y poco más.
Por lo que sea, Ciudadanos, no desea abrir la puerta del consenso que
acaricia el derrotado PP: Junqueras. Rajoy todo lo apostó a él. Sabía que no
iba a alcanzar algún acuerdo pero sí en la sombra bendecir un gobierno entre Ciudadanos o PSOE, con
Junqueras. El derrotado PP buscaba entre las disensiones que se producirían
entre Puigdemont y Junqueras (tenía asegurado salir de la cárcel si alcanzaba
un pacto) pero el triunfo del expresident le ha cerrado muchos caminos a la
traición que preparaba Rajoy. Cualquier escenario les vale a estos políticos
para aplicar el consenso tras los comicios de listas cerradas. Además que
tampoco Arrimadas es nada de fiar. No va a formar desde un segundo plano, con
Junqueras, un gobierno cuando ha ganado las elecciones y le puede restar votos
para su “asalto” a Madrid. Y gobierno alternativo al independentismo, como
pedía el inepto de Rafael Hernando, es imposible. Además que el desvergonzado
de Miguel Gutiérrez, de Ciudadanos, secretario general del grupo parlamentario
de Ciudadanos en el Congreso, se ha destapado hoy con algo clamorosamente
basuriento: mandar a Catalunya En Comú Podem, incidiendo que si se avienen a pactar
con el bloque constitucional, estarían “encantados” en Ciudadanos. No haciendo
ascos a otros partidos para liderar un gobierno. Creo que está todo comentado.
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