Cuando ustedes acuden a refrendar listas, legitiman esto y ofrecen un
perdón general a los supuestos delincuentes.
Lo ocurrido con Rato ha mostrado el grado de descomposición del Estado
de Partidos. Ha retratado con sorna y cinismo lo pintorescamente que se montan las comisiones
parlamentarias para investigar casos de corrupción que, por supuesto, no se investigan. Un cruel esperpento de lo que es el Estado de Partidos, de la inutilidad del parlamento que no legisla y sólo asiente, la corrupción incontrolada y desvergonzada de los partidos y perder el tiemp anulando a los poderes judiciales.La imagen que el Príncipe Rato ha
volcado contra un gobierno con dos personas desaparecidas hoy: Rajoy y Soraya,
es la de un gobierno corrompido, que se salta las leyes, que busca cabezas de
turco, de desagradecimiento hacia viejos militantes del partido, un partido
miserable que usa de los resortes que controla el gobierno y el aparato, que
son todos ya que no existe división de poderes, para quitar de en medio a un
hombre que fue ministro, inocente y sorprendido por supuesto, de la manera más
abyecta y casi delincuente, complicándole en una trama donde la justicia
desaparece y asoma la venganza. Y esa es la imagen que ha dado del PP. ¿Por qué? Porque los directorios de la
partidos políticos han enviado a mudos y tontos portavoces que ni han entrado
con datos técnicos rigurosos en el escándalo que hubo con aquella ruinosa crisis
financiera, Bankia y esl rescate bancario. Y la orden de los mismos portavoces
era montar gresca podemita, sulfurar el la Comisión y levantar la voz con exabruptos hacia Rato y poco
más. Le han endilgado palabras soeces, más propias de la ultraizquierda desbocada, y Rato
ha quedado como Puigdemont: echo un héroe acosado y perseguido que tendrá que
ir al Tribunal Europeo un día de estos buscando una justicia que no encuentra
entre las alcantarillas del corrupto PP.
Y es que todos muchos partidos y sindicatos están involucrados en
Bankia. A ninguno le interesa sacar a la luz las corruptelas financiadoras del
Estado de Partidos. Y se ha demostrado: en el PSOE, con Pedro Saura, que sólo
manifestaba que “Rato era un “defraudador” sin aportar ningún documento mayor;
en la IU con Garzón que siguiendo a Podemos le tildaba a Rato de “delincuente”
y ahí acababa todo; del corrupto también partido de Ciudadanos, con Toni
Roldán, alejado de igual modo de cuestionar severamente a Rato, que se creía
estaba en el cine viendo una película sobre algún “Cártel del pelotazo” y Paniagua,
del PP, daba más lástima aún cuestionando a Rato si no le daba pena “haber
acabado así”.
Era todo un pasteleo, una burla de las instituciones que son de todos,
una desvergüenza política y un tirarse la pelota para que, Rato, hablara algo,
pero no todo. ¿Cómo les iba a interesar que la espinosa relación de Rato en
Bankia y Caja Madrid salga a la luz en toda su documentación? Ni una sola
pregunta sobre las acusaciones judiciales que pesan sobre los maquillajes de
los balances y que diera su versión con gran detalle técnico. No les interesaba
a ninguno de los jefes políticos de los serviles portavoces allí representados. Es que
detrás de este paripé de muditos se encuentra una de las grandes estafas de nuestra historia, la de Bankia, para los que compraron sus acciones y preferentes, y para todos los
ciudadanos, que hemos puesto 22.500 millones para su rescate. Y los indignos representantes
de los partidos se taparon la boca ayer. Toda la historia de la entidad fue una farsa,
Y los máximos responsables, mientras tanto, cobrando bonus ilegales y tarjetas
black. ¿Saben por qué enmudecieron? Porque detrás de toda esta farsa, desde la
fusión de las cajas hasta su rescate, pasando por la escandalosa salida a
bolsa, se encontraban PP, PSOE, IU, dos sindicatos y la patronal. El PP
salvando su control absoluto en Valencia y Madrid, el PSOE para mantener el
gobierno de una España al borde del colapso e IU para financiarse, conseguir
fondos y prebendas. ¿Estos pajarracos que iban a preguntar ayer a Rato? Y
Ciudadanos tampoco porque aspira a gobernar, con semejante ralea política, en
España. Y por supuesto Rato negó ayer que Caja Madrid prestara créditos a
partidos políticos cuando, por ejemplo, el informe de gobierno corporativo de
2010, el año en el que accedió a la presidencia de Caja Madrid, muestra la
concesión de dos créditos al PSOE (por valor de 693.500 euros), PP (75.000 euros)
e Izquierda Unida (de 2,02 millones de euros).
Todos silentes, Rato se despachó a gusto contra el gobierno y el PP.
Contra el ministro de Justicia que desveló datos fiscales como una portera en
la TV; a Montoro que desveló investigaciones; a la ministra de empleo que avisó
a su secretaria que se buscara otro trabajo; incluso que compañeros,
periodistas le advirtieron que lo querían “meter en la cárcel”. En resumen,
nada se ha aclarado porque a los
partidos políticos no les ha interesado. El hecho de la ineptitud de los portavoces
me parece relevante. Mandan a los más tontos, por si acaso. Lo que no van a
hacer jamás los partidos políticos y su dictadura en España es pedir la acción
de la justicia para dirimir estas causas de presunto historial delictivo en un
presidente de un banco, ministro que fue de Economía, hombre militante muy querido
y director gerente del FMI además de militante del PP; ellos controlan a los
jueces acobardados y lo que desean es mucho circo y postureo en nuestro
parlamento.
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