HOY "TUÑÓN" SIGUE VIVO Y MANDANDO EN LAS REDACCIONES:

ACTORES:  PAULA USERO, JUAN FERNÁNDEZ, JACOBO DICENTA, FERNANDO CAYO, VÍCTOR CLAVIJO, SONIA ALMARCHA, RAQUEL MELEIRO, JORGE USÓN, Y LOS NUEVOS TORTOLITOS : LUCÍA MARTÍN ABELLO Y JONÁS BERAMÍ.

ENLACE DE SALUDO PERSONAL:

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Tenemos una mala noticia: "Tuñón" vive aún, reencarnado en la vallisoletana  Soraya Saénz de Santamaría.

Un capítulo donde sigue resaltando la intriga de lo ocurrido a “Samuel” y la personalidad psicopática de “Ortega” capaz de todo. No exento de errores tremendos de documentación, intolerables en una serie que debe abordar con veracidad lo que sucedía en aquel año 70. 

En otro tiempo, exaltadas, arremetían contra mí por no compartir con las penosas lagunas de documentación que tiene endémicamente la serie; justificándose, ellas, como una novela que es una ficción que todo lo admite. Y, ello, para mí, no debe ser así del “todo vale”. Porque, uno, debe de ajustarse a lo que en aquel tiempo, en este caso de la tarde, ya sí se fabricaba en España y se vendía. Me refiero a los magnetófonos a Cassette, que se podían adquirir en comercios, a precio no muy asequible para la época, pero no eran patrimonio sólo de Norteamérica. Los fabricaba la marca Sanyo, que se marcó la primacía de venta de los primeros aparatos a cassette en 1.968; Vanguard; Philips e incluso Panasonic hacia 1.972 ya los fabricaban y se vendían en almacenes, comercios y tiendas del gremio del género comúnmente llamado “marrón”. Concretamente, en 1.969, un Sanyo, costaba en los comercios de San Sebastián, sobre 1.900 pesetas. No son detalles inocuos, indican que los que debieran informarse de estos pormenores que dan confianza en la verosimilitud de un guión ajustado a su tiempo histórico en todos los elementos, pasan de comprobar lo que ellos escriben y le dan un aire equívoco a todo. A mí no me da igual. Sé que esto molesta mucho y que hay telespectadores que te sacan las uñas por denunciar estas inexactitudes, pero a mí no me parece serio. Para mí es una chapuza porque estoy viendo a Víctor y a Olivia sudando una secuencia detectivesca, con toda ilusión, y salen con un desatino del guión que te hace apartar la atención dramática del momento. Es que dan ganas de reír.

Es como el inexacto asunto del feminismo a lo “Marta” que ya ha demostrado lo que entiende por lo mismo. En aquel tiempo, el feminismo, era como lo han narrado con honestidad hoy: Por un lado “Paz Benavides”/Raquel Meleiro, unas mujeres que se preocupaban de su belleza, estar en casa, por su vocación hacia la familia; y otra mujer, expuesta también en la reunión con “Tuñón”, inquieta por abrirse a la cultura, al trabajo, a la universidad, a estudios en definitiva que sus padres no tuvieron la oportunidad; pero feministas radicales no eran. En España, el feminismo de la “Marquesa”, radical e hipócrita, no se daba practicamente. La mujer tomaba el rumbo de buscar su sitio imprescindible en la sociedad. Y desde luego, nadie desplazaba a alguno, como hacen las protas feministas de “Amar…”, por el sexo. Los hombres y las mujeres empezaban a caminar en senderos paralelos, se entendían, se iban descubriendo y los planos culturales se aproximaban. En los principios de los 70, mujeres y hombres, estudiaban y tenían ya otras inquietudes. Pero a leches y rencores no caminaban separados. 

Ya sé que a las fanáticas les sienta mal que opine y que debes de pasar un examen ideológico para poder introducirte en algún muro, pero aquellas grandes chicas, mezcla del candor anterior y repletas de ilusiones y esperanzas por el porvenir, ansiosas por agarrarse a la cultura y estudiar cómo el hombre, no eran las horrorosas “Vicky”  de antes; la loquísima “Teresa” o la falsa “Marta”, más feminista que ninguna, nacida para sufragista pero que como ejemplo de emancipación ha despedido a una pobre chica de su trabajo y su único deseo es trasladar su feminismo para vender revista. Ese odio al hombre es de hoy.

El personaje de “Tuñón”, grandemente interpretado por Juan Fernández, no está en absoluto superado en la España del 2018. Era el dinero, un satélite del Régimen, el poder y la censura a través de la financiación. Hoy, ese papel, lo hace el PP y concretamente Soraya Saénz de Santamaría que ha cribado las plantillas de periodistas críticos, ha comprado medios y regado con dinero público a medios, algunos incluso de Catalunya y otros, tras financiarlos, repartirlos con ideología muy contrarias a la suya. Ayer, estaban al dictado de “Tuñón”, aquello era insostenible aunque medían las fuerzas y sabían a quién atacaban; hoy, la censura y el puterío, se llevan por todos los portales.  Ayer, si no eras de Régimen, te las pasabas canutas; hoy, si no eres de Soraya o de alguna secta política de las muchas que cobran del Estado, te encuentras con una mano delante y otra detrás. No lo veo muy alejado yo a “Tuñón” del 2018. Eso sí, pegar, tras desatar la rabia contra un fascista, te costaba tu puesto de trabajo; hoy, si mancillas en la Red a un vividor oligarca de la política, puedes dar con tus huesos en la cárcel por varios años. 

Sí que me ha gustado mucho la secuencia entre “Lalo” y “Luisita”/Paula Usero, sobre una de las pocas alegrías y satisfacciones que nos da esta profesión ingrata y tirada del periodismo: Cuando a alguien le alegras la vida porque, gracias a tu trabajo, esa persona conoce algo y satisface su curiosidad o cultura. Llega “Luisita” y se encuentra con una noticia aún caliente en su mecanografía, de una noticia ocultada por el Régimen. En este caso, sobre el Submarino ruso K-8. hundido en Finisterre. Y ese valor documental que tiene aquel periodismo que peleó mucho por, solamente, dar una noticia, lo que se padeció por ejercer el deber de informar, es lo que más me gusta del “España Siete Días”. Al final de todo, tras tanta melancolía, te queda cuando alguien  te para y te recuerda lo que has dicho o contaste, ello supone un poco de desahogo y de satisfacción y que te hace pensar que “tal vez, no perdiste el tiempo”. El tiempo que se fue en este trabajo casi de catacumba, nada agradecido, peor pagado si no pones el culete

Por ello hoy le hacemos protagonista de la tarde a Paula Usero por la frescura e ilusión con la que recibe el escrito. Seguimos el camino del sobre o sobre lo que pueda quedar dentro del mismo. Y sobre los amores creo acabarán infortunados de nuestros Julieta y Romero. Sin quitarme de encima el preguntarme por qué "Tuñón" sale descamisado del despacho de "Charo"