Este hombre es una tomadura de pelo a pesar de encontrarse calvo. La “calidad” que dice Rebordinos que falta en el Festival de San
Sebastián. La que él ha dejado por el camino. Pues con 5,1 millones que le hemos
damos este año, lo primero en lo que debía de pensar es en la “CALIDAD”.
Recuerde usted Rebordinos que por denunciar el clasismo y falta de “calidad”,
me expulsó usted del Festival en el que llevaba más de treinta años y a mis
humildes compañeras por el delito de estar contratadas por la emisora. ¡Basta ya de "jamón" y "planecitos" para pelotillear y camelar a las instituciones!
Ahora le interesa mover el tema hibernado de Tabakalera, más dinero, y
nos sale con la “calidad”. LLevarse gran parte del Zinemaldia a Tabakalera. La última de este director del Festival donostiarra
es de traca. Cada año saca un conejillo de la chistera, como Sánchez con los
presupuestos, para mantenerse toro el año en ese chollo de Festival que ya maneja
entre público y privado más de 9 millones de euros. Y continuamos sin conocer
las cuentas, tan sólo alguna para mostrarnos la ciclópea grandiosidad que, dice,
alcanza en cantidad el evento cinematográfico de nuestra muy querida ciudad.
Como el inconsistente de Pedro Sánchez, cambia de programa según varía la
estación y la conveniencia; y ahí queda todo. Hace dos años se descolgó con un
estrambótico plan, nunca puesto en práctica y sustituido por el de hoy. En el
2017 pendoneaba por el Zinemaldia con que en Euskadi y en el ámbito nacional, el
mismo acontecimiento cinematográfico, acaparaba una repercusión en medios era
brutal, podía mejorar muy poco. Con que a nivel internacional, en revistas especializadas
y agencias estamos muy bien. Teníamos a las agencias orientales y
latinoamericanas más importantes. Pero faltaban los grandes medios de
comunicación, el Herald Tribune, la BBC, el New York Times y a sus críticos
estrella. Y cada año invitarían entre ocho y diez de las primeras figuras
relacionadas con la crítica cinematográfica a nivel mundial de este tipo de
medios Y trabajarían para que vinieran sus críticos para conocerlo y hacerse
eco de la ciudad; con grandes reportajes sobre todo lo que rodea al festival,
además de las películas, claro. Hoy olvidado aquel proyecto sobre aquello, del que se presentó al
consejo una pequeña propuesta, para ver si a lo largo de los próximos cuatro
años se definiría una actividad relacionada con los medios de comunicación, que
diera una presencia realmente importante en este tipo de medios. Con embajadores
críticos y hambrones al socaire de nuestra gastronomía a la que decían acudían
sobre todo los asiáticos. ¡Estupendo! Todo ello se programaba en una labor a
muy largo plazo; en cuatro años se podrían ver algunos resultados y el objetivo
a más largo plazo, para hacerlo bien, Rebordinos lo calculaba de quince a veinte años.
Aquel plan del que jamás se mencionó ni se puso mínimamente en práctica,
hoy, ha sido sustituido por otro. A Rebordinos le ha sucedido lo que ocurrió
con Franco en una inauguración, una
anécdota en una fábrica, donde todo estaba en perfecto
funcionamiento cuantitativo, pero no tenían obreros. Ahora, este sujeto ha
descubierto que realiza un festival enorme, que se sale por las orejas, es
inmenso, tanto que le puede estallar un día por sobresaturación de cantidades
ingentes de Festival, textualmente: "No podemos crecer año tras año sin
parar, no sería viable, se volvería contra el propio Festival.... PERO QUE CARECE DE "CALIDAD"
Desgraciadamente ahora, tras 10 años, se acuerda de que no ha crecido
en calidad. Que el Festival ya estaba con sus secciones antes de que llegara
él. Apartados que funcionaron con más o menos acierto o interés. Pero él no
aportó nada nuevo y parece ser que tampoco "calidad". Vivió de rentas y lo único
que hace es quejarse y pedir más dinero. En esta ocasión, a pesar de la bajada del IVA, subió un 25% el precio
de entradas y acreditaciones; consiguió un millón cien mil euros más que en
anteriores ocasiones, cuatro millones de euros, de las cuatro instituciones:
Gobierno Vasco, Ayuntamiento donostiarra, Diputación de Guipuzkoa y Madrid. En
total 5,1 millones de euros. Con el resto, entradas que vienen los filmes
libres de cargo, acreditaciones, publicidad y demás pelotilleo lloroso a
alcaldes, diputados y demás, maneja este grupo de amigos casi 9 millones de
euros. Todo para que, desde el 2010, no se ha molestado lo más mínimo por
innovar el acontecimiento, no ha hecho nada por mejorar esa calidad de la que
habla y tan sólo se haya preocupado de aburrir con un esquema repetitivo que ha
ido a mucho peor en la selección del filmes de todas las secciones; con una
merma notable de glamour; una censura atroz
a la disidencia periodística y un clasismo repugnante propio de la época
de Franco. Con este personaje, la prensa de “tarjeta verde” es humillada y ninguneada
todos los días, despreciada y tan sólo cuenta para pagar una acreditación (este
año un 25% encarecida) y para que la usen como el papel higiénico. A mí en
concreto me expulsó por mis críticas y a toda la emisora, chicas humildes que
no tenían la culpa de nada, comportándose como un carcundioso que va
de progre y de simpático.
Ahora nos viene con que ha caído en cuenta con aquello de la “calidad”.
De los millones anuales de euros podía haber reservado algo para la misma, año
tras año. Sólo ha hecho coger y coger dinero. ¿Cómo va a estar consolidado un
Festival que no tiene calidad? ¿Cómo vamos a afrontar tranquilos la próxima
Edición si sigue faltando la “calidad”? ¡Imposible! Antes de que llegara este
incompetente y listo director, con Galán por ejemplo, el Zinemaldia tenía
cantidad y calidad. ¿Dónde se encuentra ahora la misma? Dos supinos incompetentes,
Olaciregui y él, la perdieron por el sendero de la “pasta”. Los dos se han
cargado este gran Festival; lo dice Rebordinos que carece de “calidad”. ¿Para cuándo
la misma? ¿Para el 2030?
Rebordinos está fuerte de dinero, y como no da las cuentas no sabemos
si lo que cuenta de resultados en la “memoria” es cierto. Aunque juega con la
ventaja de englobar a invitados y acreditados a todos los asistentes, muchos de
ellos pagados y con hotel gratuito; incluidos periodistas (algunos popes y VIPS
de prensa); gentes de la producción; distribución; negociantes; curiosos amigos
del director; gentes de la vida alegre o que pasaban por allí; mendigos que van
a comer gratis a Zabaltegi; asistentes actorales
corales comilones; actores muertos de hambre y que matan a base de nuestros
impuestos el mismo; todos y además de los pobres lacayos periodistas de la "verde", que son
los que pagan todo y mantienen a esta gentuza y se encuentran a las puertas de
muchos eventos porque sobran. Esa es la calidad de este acontecimiento al que
Rebordinos ha acercado a una dictadura
bananera mucho peor que la de Miguel de Etxarri. Por ello, expone como un triunfo financiero inversor, entre el 2010 y
2018, que la recaudación ha pasado de 691.929 euros a 907.515, mientras que los
acreditados han subido de 2.820 a 4.144 y los de la industria han aumentado de
984 a 1.698. Tampoco, a pesar del dinero que se lleva, ha subido tanto porque
si en nueve años les hemos dado 37,1 millones de euros, y sólo ha incrementado
las ganancias en ese periodo en 15.586 euros por recaudación; 1.324 personas más
en acreditados y 714 de incremento de representantes de industria. ¡Menudo
Triunfo!
Ahora quiere poner más salas, más público para la mismas, como si ello
fuera el motriz de “calidad” en un festival adscribiéndolo a Tabakalera que es
un desastre anunciado, un pozo sin fondo y un polo estratégico de reflexión
sobre tecnología e industria audiovisual que es una penosa ruina. El Zinemaldia
requiere cortar el grifo a esta gente, de primeras. Debatir democráticamente en
las instituciones sobre qué modelo festivalero queremos y, tras ello, pensando
en la calidad del Festival sobre todo, echar a esta cuadrilla de mantenidos millonariamente y
nombrar otro equipo urgentemente. ¡Échenles, por favor, por justicia y por
nuestra Ciudad!
A mi me e expulsó este tirano porque denunciaba entre otras cosas las cuentas. Si tomamos como referencia que en 9 años sólo ha incrementado las cuentas de recaudación en 15.586 euros, una media de 1.700 euros por año, eso se van en por ejemplo en un día de esos operadores que traen a precio de oro de Madrid cuando en Donostia los hay en paro y muy buenos. Yo no le perdono lo que nos hizo es un falso integral.
ResponderEliminarDesconocía estos números pero menuda cara tiene esta gente siempre llorando
ResponderEliminarEste tenia un video en Errente que atendia de puto culo y era un muerto d hambre ha subido todos sabemos como y además debía de tener una casa de protección oficial el y su mujer en Aiete. Es un cara
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