Simplemente precioso. Que más decir que no se haya podido ver y llorar en este día de mi Santo, en el capítulo del
parto, en PV. Hoy, ha nacido una chica actriz que, si no cae en tontunas,
jilipoyeces y pasarelas, puede llegar
muy lejos: Ariadna Gaya. La compañera fantástica de un padre, en un parto, que casi finaliza abrazándole al final del mismo. Pero, no. Rechaza al hundido "Tristan", que sale amargado de la estancia, con gran pena y que ya piensa que, definitivamente, jamás, la
recuperará como a su hija que es. La hija que trajo, él, al mundo, en los últimos instantes de vida de su amada "Pepa". Yo creo que sí se reencontrarán.
Los dos, en este momento televisivo sobre el significado de que, el pasado, nunca muere y vuelve, con
otras personas, retornando con muy reconocida emoción. Lo dijimos el otro día, “Tristán”,
tanto buscar día y noche por la "Cañada" a un fantasma, a “Pepa”/Megan, mientras
que, el ectoplasma era real y se encontraba exiliado en Suiza. Renació
en "Aurora", con la bondad, el arrojo, la maña, lo
benditamente descarado y la inmensa personalidad generosa y humana de su gran madre:
La gran Comadrona con título, “Pepa Balmes”.
La hija, que ha tenido esta
tarde enfrente "Tristán", le ha reubicado la fuerza cósmica que nuclearizaba la vida del
atribulado padre en tiempos de cuando luchaba por conquistar a su madre, que
ella se la transmitía.
¡Que secuencia!. En la cual, sin mostrar sanguinolentamente la maravilla
del nacimiento del ser humano, hemos contemplado, nada menos, que el fresco de las raíces de
una vida. Casi, como en el film de Edward Dmytryk, “El árbol de la vida”. El camino desde la juventud de aquellos
protagonistas, hasta la madurez. El sendero hacia la reconciliación entre padre
e hija. El alma de un “Tristán” perdida por entre sombras, veinte años después.
Ha sido un capítulo muy
profundo y sentimental sobre el origen
y el significado de la vida, sobre el sentido de una existencia que se repite.
¡Volver a ver hoy a “Pepa” en aquellos memorables partos!. Cómo no electrizarse
ante el recuerdo de aquélla mujer que poseía más alma que nadie y que rompía
moldes como ninguno. De aquella gran actriz, hoy en papeles menores, Megan Montaner. La verdad es que, “Tristán”, siempre fue un muy buen
chico, pero pardillo.
Secuencia muy bien
interpretada y de gran belleza formal, con una atmósfera entre claros-oscuros
algo góticos y con esa mano trémula en el final, con la que intenta acercarse el padre a su hija y
que es rechazada.
Hay algo sutil en el personaje
de “Aurora”. Se ha contemplado hoy en el final del parto. Es lo más
apasionante. La duda de una mujer que, como su madre, lo tenía todo claro y
que, aunque no le faltaban razones, caía en el empecinamiento. Pero son muy
difíciles de vencer las penumbras de la niñez a la que fue condenada.
A destacar la secuencia final entre “Martín”/Jordi y “Fernando”/Carlos.
El recrudecimiento de la rivalidad. Me ha gustado Jordi. Esta soso
últimamente, y esos planos de mirada de ceño que no se desfrunce hacia su
contrincante, le conceden un periodo de gracia.
Me ha gustado porque, lo que
viene, es menos predecible y monocorde, en su relación. Hasta ahora, el trío se
comportaba dentro de los esquemas de un “dejavú” apabullante. Hoy, enfrentados sobre
quien de los dos es el más duro y el más justo y enamorado. Como en aquel “Duelo en OK Corral”, el código del honor
en uno de los protagonistas, en “Martín”, ese embeleso hacia su “María”/Loreto,
esa su amistad y amor por su amor imposible en apariencia, ese orgullo y esa
defensa de la vida de ella, por encima de la del ex sacerdote, han compuesto un
broche final magnífico. Igual que en el film de John Sturges, pero en PV y con vaqueros también.
!Maravilloso!. Selu, esta tarde,
breve pero sustancioso. Nos habla de esa lucidez que perdura, aunque sea
fugazmente, como cuando quería ser amigo de “Aurora” en aquel tiempo bonito e ideal, a pesar de sus desvaríos.
Dos cuestiones: No es cierto
que a Carlota Baró le tengo relegada, ni muchísimo menos. Tal vez, algunas
personas están leyendo estas crónicas hace poco. De ella, he escrito y dicho de
lo mejor que siento por una buena actriz y por una excelente persona. Es la
mejor actriz de PV. Así le considero. Y sé de la carga y sacrificio que
conlleva e importancia de su papel sufridor y nexo de unión entre las diversas tristezas de PV, tanto en su dramatismo como en la interpretación. Y pido
lean anteriores capítulos. No me lo dicen con mala fe, pero deseo aclararlo. Es una actriz de cine además con ribetes teatrales de teatro clásico. Podía ser una excelente protagonista en "La Regenta" o en títulos de Galdós y Clarín.
Otra cuestión: No suelo contestar a las personas que me escriben en el Blogger. Es por
falta de tiempo. ¡Disculpad!. Agradezco de todo corazón a los miles de lectores
que tienen estos escritos sobre el serial. Es ensueño concentrado todo y yo lo
destaco de un modo muy querido. Me gusta mucho y creo que se nota.