Momentos finales corales con los personajes que han ido quedando hasta el final y una búsqueda de felicidad o al menos tranquilidad bien merecida tras las grandes penurias pasadas.
Preciosos últimos días. No sólo por el buen sabor de boca sino porque atrae su valentía y su osada realización. Hoy por hoy es el serial más crítico y con mejor guión de la televisión. Nos ha deleitado con estos sorprendentes personajes entrelazados, de los que siempre hemos aprendido mucho de nuestro pasado, con historias diversas que no decaen jamás, en las que ha ido profundizando y con un exhaustivo tratamiento decoroso y leal de los personajes excelentemente interpretados.
Un serial inteligente y costumbrista, con referencias del Polar y de los clásicos del Thriler norteamericano. Una serie con un gran tratamiento de la narración con muchos personajes e innumerables situaciones, que ha sabido mezclar la ternura moderadamente ácida, con el dramatismo imbuido de casticismo costumbrista, con hondas raíces de referencia política basado en personajes reconocibles, y situaciones verosímiles que son nuestras raíces. Para gente que quiere saber algo más, que busca sinceridad y entretenimiento y que huye de la demagogia y basura televisiva.
Ha sido una secuencia preciosa la de estos dos enamorados, entremezclada con las chicas que buscan la felicidad y al hombre y pareja de su vida. Limpieza y honradez. Grandes y buenas mujeres. Me recuerda mucho este tipo de televisión a aquel vanguardista cine español de Bardém, Berlanga o Fernán Gómez así como del teatro de Muñoz Seca. ¡Lo que aprendí yo en sólo una tarde charlando en el Festival de Donosti con Luis Berlanga! Un serial alejado del folclore, cine de comedia romántica y costumbrista en la que sonreía la suerte a estas parejas. Como a "Nicolás" y "Clara", "Encarna" (cuya actriz me recuerda muchísimo a Analía Gadé y el enorme "Fortunato", "Lucía" y "Américo" y sin olvidar los desgarros de "Laura" y "Arteche" o los amores pasados de arroz pero tan válidos y verdaderos como los de "Serafina" y "Paco". Todo en una comedia muy ágil que ha combinado con fortuna y soltura lo dicho: Ternura y acidez en un cuadro coral.
Una secuencia preciosa la de "Nicolás" y "Clara". Hay que colocarse en aquella época, cuando las parejas eran tímidas y tímidamente se agarraban de la mano e iban haciendo cola al cine para ver filmes como el hoy recordado: "El tulipán negro" del gran Cristian-Jaque (aunque este filme resultó caricaturesco y pinchó), donde efectivamente interpretaban Laurita Valenzuela y un histriónico y amanerado Marsillach. Eso sí con la bella Virna Lisi y el apuesto galán Delon; en boga en aquella época, con su penetrante sonrisa que vendía y aquella voz maravillosa que le ponía en el doblaje aquel enorme y tan maltratado por la TVE: Antolín García. Pero aquella gente era feliz aunque no comprendiera ese horror del filme que tomaba con frivolidad aquella carnicería que sufrió el pueblo francés ante los tiempos convulsos de 1789. Pero las parejas se querían y arrullaban entre si mientras los cines (en San Sebastián se estrenó en el "Astoria") se hacía chanza de los crímenes de aquella Revolución donde aquel loco de Marat demandó acuchillar a 270.000 parisinos con total desfachatez de pedir tal horror; y se entretenían con aquel baile del final con aquel baile frenético y el caballo persiguiendo a muerte a uno. Pero así era aquella buena gente y de este modo les engañaba Delon con su sonrisa Profiden que vendía crímenes con su estética pinturera.
Pero aunque han pasado muchos años tiene el guión tanta ternura y comprensión y es tan objetivo que nos coloca en aquella época, comprendiéndola y amándola. Es una serie emblemática y que ha cambiado el punto de mira de aquella época tan mañida pero tan poco bien tratada y alejada de esto que le sobra a esta serie: realismo descarnado, drama pasional, toques de humor inocentes; tan especial por muchas razones, incluidas las políticas y de grandes iconos de personajes reales de aquel tiempo tan bonito y triste.
Esta sencilla trama de comedia y drama es para mí un homenaje a tanto cine que nos precedió, a aquel neorrealismo costumbrista del que se conoce hoy muy poco pero que inspiró a los más grandes filósofos e ideólogos de Francia y, después, del mundo. Hay un personaje sublime es "Paco"/Luis Bermejo que es el prototipo de aquella época, su icono: la quimera que mantiene las esperanzas y hace seguir adelante; está el machismo de la época y la corrupción de los jueces; la pena de muerte y el contrabando y la droga. Serial que dice verdades como puños sobre el terrorismo; el corazoncito de la policía que no deja de ser un trabajador más en el engranaje de Franco; y el amor que es lo de siempre y para siempre y el sufrir tanto por él.
Una televisión excelente. Donde hasta Bogart huía hoy con "Víctor". Todo pierde sofisticación. Se transforma hasta tener un tono crítico como aquel cine del llamado "desarrollismo" que tanto padeció los rigores y censuras. Un serial arriesgado donde vemos a gente corriente o dictadora que pasaba por aquel Madrid donde la parejas se seguían arrullando y vivían al margen del franquismo y del terrorismo.
Este tema salió al mercado en tal día como hoy de 1964. Es precioso y os lo dedico.
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